Por Graham Readfearn para The Guardian, traducido por resumen.cl
El ex-director de clima de la NASA, James Hansen, y un equipo de científicos exponen un mecanismo en el clima que podría elevar rápidamente los niveles del mar varios metros.
El nombre de James Hansen se asomará bastante en cualquier historia que se vaya a escribir sobre el cambio climático.
Ya sea que mires hacia las ciencias duras, los riesgos de la interferencia política o el activismo contemporáneo, el Dr. Hansen es allí un personaje central.
En una audiencia del senado de los EE.UU en 1988, Hansen hizo la famosa declaración de que “el efecto invernadero ha sido detectado y está cambiando nuestro clima ahora”.
Hacia el final de su época como director del Instituto Goddard para los Estudios Espaciales de la NASA, Hansen describió como los oficiales de gobierno cambiaron en ocasiones su testimonio, filtraron hallazgos científicos, y controlaron lo que los científicos podían y no podían decir a los medios –todo para maquillar los impactos de las emisiones de combustibles fósiles en el clima.
En los últimos años, el llamado “abuelo de la ciencia climática”, ha añadido a su currículum los roles de autor, activista climático dos veces arrestado y paladín en contra del carbón. Sigue manteniendo un puesto en la Universidad de Columbia.
Así que cuando la última pieza de investigación climática de película fue terminada y publicada durante esta semana, hubo un comprensible interés mundial, porque mapeaba un camino potencial hacia la “pérdida de todas las ciudades costeras” por el aumento del nivel del mar y el comienzo de “super tormentas” nunca antes vistas en la era moderna.
Entonces, ¿qué es lo que señala Hansen?
Bien, lo primero que hay que entender es que la publicación de Hansen, escrita con otros 18 co-autores, muchos de ellos nombres de gran reputación en la ciencia climática por derecho propio, está lejos de ser convencional.
La mayoría de los artículos científicos ocupan 4 o 5 páginas en una revista. El artículo de Hansen –en la revista Atmospheric Chemistry and Physics- ocupa 52 páginas (aunque es difícil ser quisquilloso con el espacio cuando estás explicando un posible camino hacia un trastorno mundial generalizado y a la reorganización completa de las líneas costeras).
La investigación tampoco fue publicada de modo convencional. Si estás teniendo una ligera sensación de déja vu respecto a los hallazgos de Hansen, entonces eso puede tener que ver con que una versión borrador del estudio se publicó y circuló ampliamente en julio del año pasado.
La revista funciona con un sistema poco convencional de revisión por pares donde los comentarios y las críticas de otros científicos son publicados para que todos puedan verlos, como también se publicaron las respuestas de Hansen y sus colegas.
Podría decirse que esta es una forma más transparente de conducir el proceso científico de revisión por pares –algo usualmente realizado en privado y de forma anónima.
Nada de esto debería desviarnos de los planteamientos centrales de Hansen y sus co-autores.
En primer lugar, Hansen dice que pueden haber descubierto un mecanismo en el sistema climático de la tierra no comprendido previamente que podría apuntar a un aumento mucho más rápido en el nivel del mar.
Cuando las capas de hielo de la Tierra se derriten, colocan un lente de agua fresca sobre los océanos colindantes. Este lente, argumenta Hansen, provoca que el océano retenga más calor, el que luego va a derretir la parte sumergida de grandes capas de hielo que están al borde del océano, provocando que éstas agreguen más agua fresca al lente (esto es lo que se conoce como “retroalimentación positiva”, y no debe ser confundido con el tipo de retroalimentación positiva que puedes haber recibido en la escuela por cumplir una tarea).
En segundo lugar, de acuerdo a la investigación, toda esta agua agregada podría primero hacer más lentas y luego detener dos corrientes oceánicas clave- y Hansen apunta a dos manchas de agua oceánica inusualmente frías en Groenlandia y la Antártica como evidencia de que este proceso ya esté empezando.
Si estos transportadores oceánicos [!las!] fueran impactados, esto podría crear diferencias de temperatura mucho más grandes entre los trópicos y el Atlántico norte, llevando a “super tormentas mucho más fuertes que cualquiera vista en tiempos modernos”, señala.
“Todo el infierno se desatará en el Atlántico norte y las tierras vecinas”, dice en un resumen por video.
El Dr. James Hansen, de la Universidad de Columbia, resume su última investigación en el derretimiento de las capas de hielo, aumento del nivel del mar y super tormentas.
Hansen señala evidencia proveniente de climas antiguos (conocida como información paleoclimática) para sugerir que esto ya ha sucedido en la Tierra –una interpretación que fue criticada durante el proceso de revisión por pares.
Ahora, según el IPCC [!panel!] los niveles mundiales del mar sólo se elevarán un máximo de no más de un metro hacia finales de siglo.
Pero Hansen dice que esto es muy conservador. Su artículo indica que los modelos climáticos, incluyendo los usados por su investigación, no capturan como corresponde las consecuencias del agua fresca añadida por las capas de hielo en derretimiento. El nivel del mar podría subir varios metros por sobre las estimaciones del IPCC, y el aumento podría ser mucho más rápido.
Entonces, ¿cuál es el resultado? Según Hansen:
Estas retroalimentaciones plantean preguntas sobre cuán pronto pasaremos el punto de no retorno en el que amarraremos consecuencias que no puedan ser revertidas en una escala temporal que le pueda importar a las personas.
Las consecuencias incluyen el aumento del nivel del mar en varios metros, lo que estimamos podría ocurrir este siglo o a lo más durante el próximo, si las emisiones de combustibles fósiles siguen a un nivel alto.
Eso significaría la pérdida de todas las ciudades costeras, la mayoría de las ciudades más grandes del mundo, y toda su historia.
La idea de que las capas de hielo se están volviendo inestables y podrían elevar el nivel del mar varios metros no es tan controversial como quizás pienses. Hay buena evidencia de que el nivel del mar ha subido varios metros en la historia de la tierra, mucho antes que llegaran los humanos.
Un estudio de mayo del año pasado [!ver!] halló que la capa de hielo de la Antártica por sí sola pudo haber elevado el nivel del mar hasta unos 17 metros, pero que esto ocurrió a lo largo de milenios.
Comentando el estudio de Hansen, el Dr. John Church, un experto en aumento del nivel del mar en el CSIRO de Australia, dice que los aumentos del nivel del mar en varios metros con consistentes con la investigación actual, pero que donde se equivoca Hansen es en su afirmación de que esto podría ocurrir antes de que termine este siglo.
Pero Church dice que a medida que suben las emisiones de combustibles fósiles, el mundo está amarrando a las generaciones futuras a niveles del mar mucho más altos.
“Incluso con los escenarios de menores emisiones hemos amarrado al mundo a un aumento del nivel del mar por siglos”, dice.
Otros científicos ya han desafiado muchas de las conclusiones de Hansen, como el mismo Hansen predijo que sucedería.
“Puedes estar seguro de que muchos científicos –de hecho la mayoría- encontrará algunos aspectos en nuestra investigación que ellos interpretarían distinto”, dice Hansen.
Pero también comentó que estos desacuerdos no deben ser malinterpretados.
Pienso que el público a veces mal interpreta nuestras discusiones científicas –cómo se realiza la investigación. El escepticismo es el alma de la ciencia. Toma tiempo para que las conclusiones sean aceptadas y se ordenen los detalles.
Y es en este espíritu que pienso que debería considerarse el estudio de Hansen.
Hansen y sus co-autores han expuesto su ciencia y están proponiendo una idea que vivirá, morirá o evolucionará a través del método científico.
Sea o no que marzo del 2016 se vuelva otro momento crucial en la carrera climática de Hansen, sólo el tiempo, y un fracaso en dominar las emisiones de combustibles fósiles lo dirán al final.
Un punto final.
Hansen ha pedido desde hace tiempo un aumento directo en el precio de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que argumenta que podría “acelerar la transición a energía más limpia”.
“Esta es una situación trágica, porque es innecesaria”, señala.
Ya podríamos estar haciendo desaparecer progresivamente las emisiones de combustibles fósiles si sólo dejáramos de permitir a la industria de combustibles fósiles usar la atmósfera como un vertedero gratis para su basura.