[resumen.cl] Un ataque a la comitiva en que se encontraba el embajador de Chile en Haití, Patricio Utreras Díaz, ocurrió esta tarde en la localidad de Boutin, a dos horas de la capital Puerto Príncipe.
El embajador se encontraba en una actividad junto a miembros de la ONG América Solidaria, cuando al menos cinco individuos que bajaron desde una camioneta comenzaron a disparar con lo que serían AK-47.
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Según informaciones preliminares, uno de los funcionarios PDI disparó y dio muerte a uno de los 5 desconocidos que participaban de la emboscada.
Se presume que un ciudadano haitiano murió en este ataque, identificado como Frantz Eliancin de aproximadamente 50 años que se desempeñaba como chofer de la ONG. Sin embargo, en una rueda de prensa la Subsecretaria de Relaciones Exteriores,, Carolina Valdivia Torres, señaló que no es posible confirmar ni descartar todavía que existan víctimas fatales.
Intervención chilena en Haití
El año 2004 el presidente era Jean-Bertrand Aristide, un salesiano de la teología de la liberación que estaba avanzando en políticas progresistas, restableciendo las relaciones diplomáticas con Cuba y acercándose a la Venezuela de Hugo Chávez, entrando en confrontación con los intereses de Estados Unidos.
La oposición interna y la desestabilicación desde el exterior provocaron serias revueltas, y luego un alzamiento de grupos rebeldes que el 29 de febrero de 2004 derrocaron al presidente Aristide. Asume Boniface Alexandre, un aliado de Estados Unidos que solicita a Naciones Unidas su intervención con el envío de una FMP (Fuerza Multinacional Provisional) integrada principalmente por efectivos de Estados Unidos, Francia, Canadá y Chile. Posteriormente, a partir de junio de ese año fue establecida la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití) compuesta por más naciones y con una importante participación de países latinoamericanos como la Argentina y el Brasil.
Chile no sólo participó en sustentar el derrocamiento de un presidente democráticamente electo, sino que desde entonces se sumó a una ocupación militar y policial del país caribeño, que actualmente vive una de las principales crisis políticas y sociales más importantes desde la salida de Aristide, con intensas manifestaciones en una verdadera urgencia humanitaria, traducida en éxodos migratorios, inseguridad alimentaria, represión estatal y ausencia de democracia.