Feminista que trabaja activamente por la vinculación de las mujeres en el mundo del software libre, la colombiana Liliana Cruz participó en el Encuentro Internacional de Software Libre celebrado en Quito en noviembre. Cruz presentó la charla “Mujeres, feminismo y software libre”.
¿Cuáles serían los aspectos fundamentales de tu ponencia?
Principalmente habla de los dos movimientos: del software libre y el feminismo. Al realizar un paralelismo entre ambos, identificamos la necesidad de que existan sinergias, porque en el movimiento del software libre la participación de las mujeres apenas alcanza el 2% del total a nivel mundial. Hay una fuerte invisibilización de las mujeres y una baja participación en el uso de las herramientas
Comenzamos con un recorrido por la historia de las mujeres en el mundo de la tecnología, y nos preguntamos si es que no han hecho tecnología o es que han sido invisibilizadas. Evidentemente, las mujeres sí han realizado tecnología, la primera persona que programó fue Ada Lovelace, seis programadoras estuvieron detrás de la construcción de la primera macrocomputadora y hay muchas mujeres hackers aunque no se visibilizan. Es ahí cuando nos damos cuenta de que las comunidades del software libre son muy sexistas y machistas. Cuando una llega a una comunidad de este tipo, los chicos no ven a la chica como su par de conocimiento sino como una niña que hay que conquistar. En las comunidades de software libre también existe mucho el bullying, sobre todo el bullying sexual. En las listas de correo las chicas no se sienten cómodas para participar. El mundo del software libre ha identificado esta problemática y se han creado, en diversas herramientas y aplicaciones, comunidades de mujeres. Por ejemplo está Debian Women, Fedora Women, la Chicas Linux, y otras activistas por el software libre.
¿Cuáles han sido históricamente las respuestas desde el feminismo?
Ha habido diferentes respuestas como es el feminismo radical, el feminismo social, el hacktivismo feminista, hasta llegar a las comunidades de mujeres que promueven el software libre. Hay que decir que desde el feminismo se ha pensado mucho el tema de la tecnología, si había que participar o no. En un primer momento existió un rechazo tecnológico pues la tecnología es patriarcal, y muchas mujeres no querían participar en ella. Después de un largo tiempo y tras varias reflexiones surgió una línea dentro del feminismo, el ciberfeminismo, que habla de esta participación.
¿En qué consiste esta corriente?
El ciberfeminismo es aquella línea de estudio del feminismo que habla de la relación de las mujeres con la tecnología. En el interior del movimiento feminista surgió primero un ciberfeminismo más radical en los 90, con la publicación del Manifiesto Cyborg y el Manifiesto de la Zorra Mutante. Luego surgió una tendencia que se mantiene, que es el ciberfeminismo social: de qué manera utilizamos la tecnología para encauzar causas de género. Por ejemplo, con los feminicidios en Ciudad Juárez, muchas hackers españolas utilizaron las herramientas tecnológicas para visibilizar lo que ocurría allí. También hay otra respuesta que es el famoso hacktivismo feminista, que consiste en utilizar las redes para mostrar una problemática de género. De ahí viene lo que nosotras llamamos hackear al patriarcado: hay que utilizar las herramientas que hizo el patriarcado para hackearlo.
¿Por qué hay que hackearlo?
Porque hay que meterse dentro de ese mundo patriarcal y romper el sistema. Como lo hacen los hackers en la tecnología, nosotras lo tenemos que hacer en el mundo real. No podemos estar sujetas a las mismas estructuras masculinas que nos dominan, sino que tenemos que entrar y cambiarlas, romperlas. Ésa es una de las cosas que buscamos.
¿Cómo es para las mujeres el mundo de la tecnología?
Es muy masculino. Al no tener el mismo acceso a la tecnología a nosotras se nos tiene en un nivel bajo de conocimiento. Todo lo cultural del mundo patriarcal se permea en el mundo tecnológico, y eso hace que haya una baja participación femenina. Cuando nos vamos al software libre, que se supone son comunidades abiertas y que aceptan la diversidad, comprobamos que son comunidades en donde se prima el conocimiento. Así que es más una competencia de egos y de conocimiento, y para las mujeres es más difícil el acceso.
¿Cómo ha sido tu experiencia en el mundo del software libre?
Empecé hace unos cinco años. Me pareció algo chévere que se ajustaba al mundo nuevo posible que muchas personas soñamos. Al incorporarme a las primeras reuniones había diez chicos y yo era la única chica. Vi que el vocabulario o el lenguaje que ellos utilizan con las mujeres y cómo se acercan a una chica nueva que llega, sobre todo si la chica es bonita, es bien fuerte. Se siente mucho el sexismo. Por eso vi la necesidad de trabajar el tema de género.
A pesar de que son comunidades de software libre, de cultura libre, que promueven conocimiento abierto, que promueven la diversidad, sus prácticas muchas veces no son así. Están llenas de lo que yo llamo machos alfa dominantes, líderes masculinos que invisibilizan el trabajo de las mujeres. Pienso que tiene que haber un trabajo de las personas que forman parte de ellas para que se visibilice el trabajo de las mujeres y se vinculen más chicas a las comunidades. Si no, va a pasar lo mismo que en muchos movimientos. No es coherente si no vamos todos y todas de la mano.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/saberes/21268-hay-utilizar-herramientas-del-patriarcado-para-hackearlo.html