Miles de manifestantes en Lituania, Letonia y Bulgaria han atacado edificios gubernamentales y pedido la renuncia de sus gobiernos por el vertiginoso aumento del desempleo en Europa Oriental.
Los estándares de vida de esos países han sido siempre inferiores a los de muchos países en Occidente imperialista. Pero durante la existencia de la URSS y del bloque socialista, los trabajadores en esos países tuvieron puestos de trabajo seguros y acceso garantizado a la educación, la atención sanitaria y a las prestaciones de jubilación.
La policía atacó a manifestantes frente al parlamento de Letonia en Riga el 13 de enero. Los expertos pronostican un aumento regional de 15 a 18 millones de desocupados en los próximos meses, sin alivio ya que los puestos de trabajo para inmigrantes desaparecen en Europa Occidental y EE.UU.
Neil Shearing de Capital Economics en los países bálticos podría llegar a más de un 15%. La industria ha colapsado enteramente por la reducción de la demanda” en Europa Occidental y EE.UU. Sigue diciendo: “La recesión sumergirá esencialmente toda la economía de la región.” (Radio Free Europe/Radio Liberty, 29 de enero)
La economía capitalista mundial se está derrumbando. Los regímenes derechistas pro-capitalistas que han estado gobernando esos países desde principios de los años noventa están imponiendo severos recortes en los restos de programas de la red de seguridad social. Como resultado, los trabajadores se alzan en protesta.
El 16 de enero más de 10.000 convergieron en la catedral de Riga del Siglo XIII y luego marcharon al parlamento para protestar contra el programa económico del gobierno letón. El gobernador del banco central letón declaró “clínicamente muerta” a la economía.” (The Age, Australia, 1 de febrero)
El día siguiente hubo escenas similares en Vilnius, capital de Lituania. Una furiosa multitud de miles se reunió delante del parlamento gritando: “¡Ladrones, ladrones!” (World Press, 30 de enero) Su cólera se dirigía contra el gobierno, que había aprobado “reformas de mercado” formuladas por el FMI. Éstas llevaron a corrupción, drásticos recortes en los gastos del gobierno para servicios sociales, inflación, aumentos de impuestos y ahora un inmenso aumento en el desempleo.
Mientras jóvenes lanzaban adoquines a edificios del gobierno y escaparates, doctores, policías, agricultores y obreros protestaron contra los bajos ingresos y la política de austeridad del gobierno.
La semana siguiente estudiantes, maestros, doctores y funcionarios del Estado se reunieron frente al parlamento de Bulgaria exigiendo mejores derechos económicos y un fin de la corrupción.
Según Business Week del 29 de enero, Estonia y Hungría están al borde de levantamientos similares. En Hungría, la producción industrial está al nivel más bajo en 16 años. La moneda bajó a un nivel récord frente al euro mientras el gobierno en Budapest anunciaba más reducciones de gastos. (The Age, 1 de febrero) La economía de Ucrania también está en caída libre.
En una entrevista con la BBC del 22 de enero, Dominique Strauss-Kahn, jefe del FMI, predijo más disturbios, diciendo que podrían suceder “casi en cualquier parte. Podrían empeorar en los próximos meses.”
Las repúblicas de la antigua URSS y Europa Oriental son “mucho más vulnerables económica y políticamente que hace algunos meses,” dijo Joanna Gorska, jefa adjunta del buró Eurasia de Exclusive Analysis. (Reuters, 30 de enero)
¿Por qué enfrentan esos antiguos países socialistas – la así llamada Nueva Europa – una tal devastación económica que conllevan levantamientos de masas?
La terapia de choque mata a los ‘pacientes’
Toda Europa Oriental fue obligada, después de “la caída del comunismo,” a aceptar una doctrina económica llamada “terapia de choque.” Elaborada por el profesor de economía entrenado en Harvard, Jeffrey Sachs, esa política se caracterizó por la frenética privatización generalizada de las industrias de propiedad estatal, la reducción de salarios, desempleo masivo y desregulaciones de precios. La terapia de choque involucraba drásticos recortes en los gastos en salud y educación y limitaciones en las prestaciones de jubilación.
“Los hombres de negocios, no los economistas, determinarán las nuevas tecnologías, sistemas de organización y las técnicas de administración que serán la fuente de la revigorización de Europa Oriental,” dijo Sachs. (Economist, 13 de enero de 1990)
Una vez desmantelado el sector público, las corporaciones occidentales se aprovecharon de la mano de obra barata de una fuerza laboral desesperada pero bien educada. Desde 1989, más de 70.000 empresas han sido privatizadas en Europa Central y Oriental.
El auge que siguió, alimentado por el crédito fácil, inversión de fuentes dudosas, especulación desenfrenada y sórdidos negocios inmobiliarios, se convirtió en un descalabro con el colapso del sistema bancario global y la evaporación de los mercados globales.
El sufrimiento humano resultante es tan generalizado que la revista médica británico atribuyó en un reciente artículo cerca de 1 millón de muertes tempranas en los años noventa a la doctrina de choque en el antiguo “bloque soviético”, la privatización masiva de industrias de propiedad estatal, la desregulación de precios acompañada por drásticos recortes en los gastos en salud y educación, y limitaciones en las prestaciones de jubilación.
El informe señaló que las expectativas de vida han disminuido en cinco a siete años en algunos de los nuevos países capitalistas de Europa Oriental, y que “Desde los comienzos a mediados de los años noventa hubo más de 3 millones de muertes prematuras en países sometidos a la transformación post-soviética, y la región perdió a por lo menos 10 millones varones adultos.” (International Herald Tribune, 15 de enero)
La organización Internacional del Trabajo ha declarado que la terapia de choque causó un aumento de un 42% en las muertes de varones en Rusia, Kazajstán, Letonia, Lituania y Estonia entre 1991 y 1994, coincidiendo con un aumento de un 305% en el desempleo. (Agence France Presse, 14 de enero)
Las monedas checa, húngara, polaca y rumana han caído entre un 3,8 y un 11,6 por ciento desde comienzos de enero, y se espera más disminución.
Hay, sin embargo, una alternativa a la aceptación del desempleo y la muerte: un renacimiento de la lucha de los trabajadores, desde su propio punto de vista de la clase gobernante, el estratega del Royal Bank of Canada, Nigel Rendell advirtió de “colapsos de gobiernos y repentinos giros a la izquierda” en toda Europa Oriental y en la antigua URSS. (Reuters, 30 de enero)