Hoy no es derrota, es una nueva oportunidad

Por Fabián Inostroza, estudiante de Educación Básica UdeC.

Claramente el día de hoy no será un día cualquiera, antes de comenzar a discutir el proyecto miles de profesores fuera del recinto legislativo vociferaban el “No a la Carrera Docente”, frase que no fue escuchada por una nueva y vieja alianza de Nueva mayoría y la Derecha.

El profesorado no es quejumbroso en pedir salida a un proyecto que en su confección no tomó en cuenta los 5 puntos mínimos de la reforma educacional del año 2014, con esa carencia patente salía el proyecto al mundo en las manos del ex ministro de la cartera educacional Sebastían Eyzaguirre, donde ahí el ejecutivo pudo sacar adelante con discrepancia del movimiento social de ése entonces.

Hoy el contexto no es tan distinto, el proyecto de carrera docente se rechazó tajantemente a nivel nacional, con una histórica desaprobación a la labor llevada a cabo por su presidente Jaime Gajardo, que más bien le importa ser maniobrado por sus jefes partidistas y el no asumir su rol de “Lider” en el magisterio nacional.

Mientras la comisión de educación discutía indicaciones más, indicaciones menos, miles de profesores comenzaban el paro desde las diferentes comunas del país, con intervenciones en las calles y mostrando el descontento social de un profesorado cansado de la ceguera de cada gobierno entrante. La diferencia en esta ocasión, era que el #ParoDocente se hacía insostenible para el ejecutivo.

Desde ese momento el profesorado en su conjunto, con gran participación de las bases, comenzaba a ser el “jugador N°12” en jerga futbolística, poniendo en aprietos a sus propios dirigentes nacionales por hacer oídos sordos a lo que la mayoría gritaba con fuerza: “La carrera docente se hace con los/las profesores”

De apoco la presión se volvió insostenible. Los comunales del magisterio comenzaron a trabajar en conjunto con solo una convicción, levantar su real postura. Llegaron los “zapatazos” y “el manifiesto de las pelotas plásticas” que aglomeraron y dieron a conocer a los y las profesoras del país, donde se desnudó que al lado habían otros con los mismos problemas, sin discriminar comuna o entre particular y subvencionado, el profesorado nacional vivía en carne propia lo que era el trabajo colaborativo. Trabajo colaborativo que se contradice con lo que pasa hoy en las escuelas y el trasfondo que han tenido últimamente las reformas al trabajo docente.

Como ya lo sabemos, la comisión de educación en su última reunión y de forma resolutiva, rechazó la noción de legislar el proyecto de ley. Se manifestaba una crisis disciplinaria dentro de los parlamentarios de la Nueva Mayoría, donde la otrora dirigenta estudiantil, Diputada Camila Vallejo salía acongojada por la decisión que por una parte ya la veía aprobada.

Pero al igual que los últimos acuerdos, aquellos de las viejas alianzas políticas de Chile, nos hacían recordar el “Telefonazo” de Eyzaguirre a Gajardo en el año 2014, los brazos en alto del 2006 y tantos otros. En este caso, cual conejo dentro del sombrero, cerca de las 19hrs el gobierno mostraba un “nuevo proyecto” a jefes de bancada de la Nueva Mayoría y Alianza a los que les pidió encarecidamente legislar, nuevamente el gallito “entre las cuatro paredes” triunfó y se logra votar en pleno a la mañana siguiente. A veces los parlamentarios se preguntan: ¿Qué hemos hecho de mal? O ¿Por qué nos dicen que somos de la vieja política?, las respuestas las dejaré en puntos suspensivos, ya son conocidas y se infieren de esta reflexión.

El “conclave” superó al parlamento, haciendo aparecer lo que los ciudadanos no quieren ver, esas reuniones a puertas cerradas, tan cerradas que no permiten visualizar a la gran mayoría de la sociedad y por sobre todo la opinión de los y las afectadas: Los profesores. Y así, los jefes de bancadas de diputados de gobierno y oposición firman documento para aprobar la legislación del proyecto de ley, y nuevamente nos hace sentido “La alianza y nueva mayoría unida, jamás será vencida”.

Nuevamente el profesorado de distintas partes del país se aglomeraban fuera del congreso nacional, muchas caras conocidas de una ardua lucha dada por más de un mes y medio de paro, pero con la esperanza de que todavía quedaba algo de paño que cortar, que las movilizaciones docentes no fueron en vano. No con la esperanza ingenua esperando una votación negativa al proyecto, si no que con la rabia sumida en la canción “Arriba las manos, abajo los plumones, nosotros no educamos a políticos ladrones”. Ya no estaban afuera para pedirles a legisladores que voten por su postura, si no era por una concientización colectiva y de organización que unían al profesorado chileno con más fuerza que años anteriores, que el “gallito” final no estaba en el congreso, si no que estaba en la calle.

Como ya lo sabemos la idea de legislar el proyecto de desarrollo profesional docente se ha aprobado en la cámara baja, vimos las intervenciones de los y las diputadas, una minoría votaba en contra con convicciones desde “la calle” u otros refutando la movilización social o “echando la pelota” a las discrepancia internas del magisterio nacional. Finalmente, las bancadas oficialistas u opositoras dejaron en claro que “Avanzar en el proyecto de ley es mucho más importante que cualquier decisión de parte de los movimiento sociales y en éste caso, los profesores de Chile”. Esto sin duda marcó un antes y un después en la actual política chilena.

Fuera del congreso y en todo Chile, miles de profesores recibían la noticia de la aceptación de la legislación del proyecto de ley, pero no con un pesar como en las veces anteriores, si no con una rabia interna por todo el trabajo hecho hasta entonces. En ese momento todos y todas profesamos un sentido de rechazo a la decisión tomada por el congreso, no como en los “gallitos perdidos” anteriormente, si no que con gran capacidad de organización se estuvo a punto de doblegar al gobierno y oposición.

Profesores, estudiantes y trabajadores de la educación, nos dimos cuenta que con la organización, no cómo ésa que la política educacional no nos deja en el aula, es el único sentido de protesta y liberación a un gobierno y oposición que lamentablemente no escucha a la sociedad y que más encima construye sus laberintos a puertas cerradas.

Hoy el profesorado está lejos de terminar ésta lucha, aunque haya cansancio y sueldos impagos. Queda en nosotros las miles de movilizaciones, pancartas, zapatazos e intervenciones junto a los estudiantes, estas no serán en vano.

HOY no es una derrota, HOY es una oportunidad para que en primer lugar la sociedad entera se dé cuenta de la clase política que concibe la política lejos de la ciudadanía y por sobre todo, es una oportunidad para que los y las docentes del país demostremos que nuestro rol y nuestra convicción en la educación que Chile necesita, estará presente en cada letra y número que se escriba en nuestras aulas.

Fuerza a los profesores y las profesoras de Chile, la sociedad está con nosotros, lucharemos hasta que la dignidad se haga costumbre.

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