Este viernes se concretó el despido de los 30 trabajadores que iban quedando en la empresa Bellavista Oveja Tomé, luego que en diciembre se cerrara una importante sección productiva. Con sólo personal para el desarme de maquinaria que fue vendida y guardias, todo parece indicar que nuevamente la emblemática textil se apronta para un cierre que esta vez puede ser definitivo.
Hace siete meses, los dirigentes sindicales de la empresa Bellavista Oveja Tomé pusieron la voz de alerta en cuanto al incierto futuro que enfrentaba la textil. Hasta ese momento se habían producido cerca de 30 despidos y se preparaba la venta de maquinaria.
Rápidamente el administrador y el dueño de BOT salieron a desmentir tales afirmaciones y aseguraron que la empresa se mantendría en el tiempo. A comienzos de octubre, el panorama continuaba poco claro y los despidos seguían, en bajo número, pero sin reemplazo, disminuyendo lentamente la dotación.
En ese pelea, bastante solitaria, los dirigentes contaron con el apoyo de la diputada Clemira Pacheco, quien hizo públicas sus aprensiones respecto del futuro de la empresa y llamó a sus propietarios a transparentar sus reales intenciones. Además de asegurar que les expresiones de la parlamentaria no eran reales, la administración se mantuvo hermética, sin dar informaciones ni siquiera a los dirigentes sindicales.
En diciembre del año pasado, la desazón había cundido entre los trabajadores, ya con el cierre de la sección Cardados y el despido de sus 30 operarios, prácticamente Bellavista Oveja quedaba paralizada. De hecho, ya no había materia prima ni insumos para producir.
Es así como este viernes, la secretaria del sindicato, Cecilia Romero, confirmaba a Radio Agua Marina de Tomé, el finiquito de los 30 trabajadores que aún quedaban y la mantención sólo de personal para el desarme de las maquinaria que se habían vendido y los guardias.
¿Es el fin de Bellavista Oveja Tomé? Lo cierto es que aún no hay nada claro. Lo concreto es que ya no hay producción de ninguna índole en la emblemática fábrica tomeseña y a nadie parece interesarle mucho.
De las esperanzas de un nuevo rumbo para Bellavista, luego que en noviembre de 2010, los empresarios Juan José y Juan Carlos Sabat compraran la empresa que había quebrado en el 2008, ya nada queda. Hubo mucha ilusión en cuanto a la posibilidad de hacer resurgir la textil y recuperar sus tiempos de esplendor. Por un tiempo, al parecer, así fue, ya que la dotación fue aumentando paulatinamente hasta llegar a unos 150 trabajadores. Pero no hubo inversión ni adquisición de materias primas e insumos, simplemente se produjo con lo que había al momento de a quiebra. Así, hasta que se llegó a 2013, cuando ya el desenlace parecía evidente, aunque muchos prefirieron ignorarlo. Y hoy, lo único claro es que Bellavista ya no tiene a sus trabajadores textiles y tampoco a sus principales maquinarias, y que el destino de sus vetustas y emblemáticas instalaciones es, por ahora, una incógnita que tampoco parece preocupar mucho.
Fuente: http://www.tribunadelbiobio.cl/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=8045&Itemid=100