¿Las poblaciones o el modelo que genera violencia?
Desde los últimos hechos ocurridos el pasado 11 de Septiembre en algunos sectores de la periferia de Santiago, el gobierno junto a la derecha han hecho creer a la ciudadanía que esto sólo tiene que ver con la delincuencia generada por la falta de policías en la calles, cosa que generó una cumbre de seguridad una semana después de los hechos de violencia en Santiago, la que llevó al aumento de carabineros y más armas para combatir la delincuencia, control de armas y el narcotráfico en las poblaciones.
Este modelo económico impuesto a principios de los 80’s y que se consolida con la Constitución creada por Pinochet fue el que generó lo que hoy vemos en nuestras poblaciones. En Santiago como en regiones las políticas fueron las mismas: “limpiar los grandes centros urbanos de sectores poblacionales y pobres”, fue de esa forma que se expandió el sur de santiago y acá en Concepción todo lo que es el borde costero en San Pedro de la Paz, medidas que tenían como único objetivo expulsar a los pobres a los márgenes de la ciudad, sectores que eran y son aún denominados basureros, donde se acumula pobreza y una gran cantidad de problemas sociales como el hacinamiento, violencia
intrafamiliar, droga, alcoholismo, cesantía, entre otros. Es éste el resultado de las políticas impuestas por la dictadura militar y administradas perfectamente por los actuales gobiernos de la Concertación, quienes han continuado las mismas medidas que tienen como objetivos central limpiar la imagen de la ciudad, cuestión que pasa por sacar la pobreza de los lugares donde se concentran los grupos económicos.
De esta forma comienzan a crearse verdaderos bolsones de pobreza en lugares que no cuentan con lo mínimo como transporte público, centros de salud, escuelas, supermercados, etc. Situación que va generando marginalidad y violencia, en respuesta a una violencia estatal que se materializa en la falta de acceso a lo más básico y a la participación política comunitaria degradada por la competencia constante que se genera entre organizaciones para que se les financien proyectos.
Lo que hoy vemos en nuestras poblaciones son el resultado de lo que este modelo económico ha sembrado, es hasta incluso un “aquí estamos, existimos”; cosa que va a ir en aumento mientras no se den soluciones acertadas a los problemas sociales existentes, y eso no lo vemos en las últimas medidas de la presidenta, las soluciones para el gobierno pasan por más policías y armas en las calles para enfrentar la delincuencia y el narcotráfico y no por más oportunidades, equidad, educación y salud gratuita digna al acceso de todos/as.
El borde costero de San Pedro de la Paz es un sector que está incluido dentro de estas políticas gubernamentales, es un sector donde lo único que ofrece el Estado son soluciones insuficientes y paliativas, el hacinamiento continúa y eso acarrea problemas que llevan a la drogadicción, alcoholismo, violencia intrafamiliar, etc. Por ejemplo, al hacer las erradicaciones nunca se pensó en las personas, ¿en qué trabajarán?, ¿cómo se movilizarán?, ¿a qué centro se salud acudirán?, ¿Qué áreas de esparcimiento existen? etc. El objetivo era sacar la pobreza de la ciudad sin importar sus costos, una vez escondidos ya no existen. Los sectores poblacionales comúnmente no son armónicos, acá no llega el municipio a construir plazas y las mantiene (como si lo hace en lugares céntricos de la comuna), no son lugares donde se destaquen los grandes centros de esparcimiento; al contrario, son lugares donde el Estado y el municipio han contribuido a un empobrecimiento cultural, situación que genera una violencia explícita al salir de las poblaciones y ver otros lugares de la comuna que son tratados de forma distinta por su nivel económico.
Desde que San Pedro de la Paz es comuna las cosas no han cambiado en las poblaciones, conflictos como los que tuvieron los/as pobladores con ESSBIO hace unos años contra la planta de tratamiento de aguas servidas no contaron con el apoyo del municipio, las filtraciones en las viviendas mal construidas por el SERVIU donde los pobladores/as se negaron a pagar, las viviendas que no se podían incluir al servicio de agua potable en Lomas Coloradas, las extracciones de arena en las dunas que nos protegen del mar que el municipio autoriza, los conflictos con los cesantes, los rellenos en el humedal que generaron inundaciones en Candelaria, etc, son solo ejemplos de situaciones donde el municipio no asume su rol de protección a la comunidad, al contrario, se pone del lado de las empresas olvidando que fueron elegidos por los mismos que ahora le dan la espalda.
¿Entonces quién está en crisis?, ¿son las poblaciones o el modelo?, ¿quiénes generan violencia? Los medios de comunicación masiva y el gobierno nos tratan de alertar de la inseguridad que está generando esta situación en las calles de las poblaciones, pero en ningún momento se explican tal situación al ver la desigual estructura económica que está generando crisis por sus propias contradicciones antes planteadas, claro, no les conviene ya que para mejorar esto tendríamos que cambiar este sistema por otro donde la distribución de la riqueza sea distinta, más equitativa e igualitaria, cosa que no le conviene a los que están en el poder hoy, los que están amarrados y comprometidos con los intereses económicos de un pequeño sector del país, situación que genera que nuestros gobernantes, incluidos los de la comuna, se transformen en títeres de aquellos que tienen el poder económico, ¿somos nosotros o ellos los que están en crisis?.
Richard Yáñez