Tras anunciar la nacionalización del Litio, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), acaba de informar sobre la instalación del mayor productor de automóviles eléctricos en México: Tesla, propiedad del hombre más rico del mundo, Elon Musk.
Por Joaquín Pérez
La inversión asciende a 4.500 millones de dólares y busca la instalación de una gran fábrica de automóviles eléctricos, que llegue a producir un millón de vehículos al año en el municipio de Santa Catalina, en el norteño estado de Nuevo León de México.
Esta mega planta, a construirse en territorio mexicano, se sumará a los dos centros de producción que la compañía Tesla ya tiene fuera de los Estados Unidos: Shanghái (China) y Berlín (Alemania).
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Fue más de un año de negociaciones entre Tesla y el gobierno de AMLO y finalmente, ayer, López Obrador lo anunció públicamente desde el palacio presidencial en sus tradicionales comparecencias con la prensa: “Viene la empresa Tesla completa, toda la planta automotriz que va a ser muy grande”.
El acuerdo estaba entrabado en el uso del agua que una empresa tan grande generaría en un estado como Nuevo León, tan seco y carente de este vital elemento. Según López Obrador, Elon Musk habría dado garantías de ello. Actualmente, México ya cuenta con producción de autos eléctricos, en las plantas que Audi y BMW tienen en la región de Bajío (centro norte del país), pero sin duda estas son de mucho menor escala.
En el Estado de Nueva León, donde se instalará Tesla, ya existen fábricas de automóviles convencionales: Hyundai y Kia Motors, que generan más de 3.500 empleos.
La instalación de esta mega fábrica de Tesla abre todo un desafío para México, específicamente para el desarrollo industrial del país, contradiciendo las mentiras de los sacerdotes del neoliberalismo, que señalan que actos de nacionalización ahuyentan la inversión extranjera, discurso que escuchamos repetidamente en Chile, tanto desde la oposición de derechas, como desde el propio Gobierno, en teoría de izquierda.
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Mientras Argentina, Bolivia y México, avanzan en soberanía sobre el litio y los recursos naturales, lo que ha implicado inversión y transferencia tecnológica, Chile sigue siendo el típico país subdesarrollado que entrega sus recursos naturales en bruto, para beneficio de las llamadas naciones del primer mundo.
Chery a Argentina
En Sudamérica, Argentina acaba de anunciar también una gigantesca inversión de la empresa automotriz China Chery, que llegaría a los 400 millones de dólares.
Chery levantará una fábrica de baterías de litio, en la norteña región de Jujuy, y otra de automóviles eléctricos, en un sitio aún sin confirmar, que pretende producir 100 mil vehículos eléctricos al año. Según las autoridades argentinas, esta fábrica de Chery emplearán a más de 6 mil personas. Hay que señalar que Argentina aún cuenta con sector industrial automotriz, que ha logrado sobrevivir los embates de nefastos gobiernos neoliberales como los de Menem, De la Rua y Macri.
El plan de inversión de la empresa china a siete años consta de dos etapas. Entre 2023-2025 se invertirán 300 millones de dólares para alcanzar un nivel de producción de 50.000 unidades al año y se generarán 4.000 empleos directos. Entre 2026 y 2030, se prevé llegar a las 100.000 unidades y totalizar 6.000 puestos de trabajo y 400 millones de dólares de inversión. Chery producirá 20 modelos de vehículos, entre ellos, eléctricos (BEV), híbridos (HEV) y de combustión interna (IEC).
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