Ingrid Fierro Torres, dramaturga: “para mí tiene todo el sentido generar despertares de conciencia con una obra dramática que nos ponga en un lugar de quiebre y reflexión”

Por Alejandra Villarroel Sánchez Estaba en pleno laboratorio de dramaturgia escribiendo la historia de una mujer que vive violencia al interior de un espacio íntimo, cuando la actriz, dramaturga, gestora y educadora artística Ingrid Fierro Torres (1983) escuchó la noticia del femicidio frustrado de Nabila Rifo en Coyhaique. Era el 2016 e Ingrid iba en micro rumbo al trabajo. El caso la atravesó tanto que a partir de ese momento comenzó a ser uno de sus referentes en el proceso creativo de la obra “Hortensia”, que luego de tres meses de escritura posteriormente llevaría a escena el 2017, pensando al teatro no sólo como una herramienta artística sino también terapéutica, cuyo sentido es generar cambios significativos en las personas desde la convicción de “crear para activar y concientizar desde el arte. Tal como lo experimenta en los círculos separatistas de mujeres donde participa con talleres en los que a través del acompañamiento y ejercicios de mutua escucha abordan las múltiples historias de abuso que las interseccionan.   Nació en Concepción, ciudad en la que, antes de viajar a especializarse en dramaturgia por el Royal Court Theatre de Londres, egresa de la Escuela de Arte Dramático del Sur, y donde además funda en el año 2017 la compañía artivista feminista Teatro Resistencia, conformada por cuatro mujeres que cultivan un trabajo multidisciplinario enfocado en la creación de textos dramáticos, interpretación, diseño, gestión y desarrollo de planes de mediación lectora, dirigidos tanto a estudiantes, docentes y mujeres. La joven compañía también articula colaboraciones con distintas organizaciones y subjetividades del territorio, entre ellas Justicia Para Dorito, Asamblea Separatista del Biobío, Red Chilena Contra la Violencia hacia las mujeres, Abofem y Asambleas territoriales. A cuatro años de su origen escritural y tres de su estreno escénico, el aplaudido monólogo “Hortensia” se transforma hoy en un libro y pieza de teatro sonoro, que serán liberados el próximo miércoles 25 de noviembre en el Día Internacional Contra la Violencia Hacia Las Mujeres, durante el hito de cierre “Yo Leo Hortensia”, el más reciente plan de mediación lectora de la compañía. Enfocado principalmente a mujeres, cada semana de este mes el programa realizó actividades formativas y conversacionales orientadas a estimular el acercamiento entre las comunidades y el texto desde una reflexión crítica con perspectiva feminista. Toda una proeza en un país donde tanto la escasa valoración que se da al hábito de la lectura (el 84% de la población adulta no entiende lo que lee) como el aumento de los casos de violencia hacia la mujer (sólo en 2020, 44 femicidios y 168 femicidios frustrados), parecen constituir una política de Estado anclada en la misoginia e irreflexión. Si piensa en cuándo se inició su vínculo con la literatura, Ingrid remonta a momentos de su niñez, etapa en la que tempranamente encontró en los libros, la lectura y la escritura un punto de fuga y sana distancia frente a la hostilidad del mundo adulto. Recuerda que en su casa no había libros. En la luminosa biblioteca de su escuela sí. Durante los recreos los hojeaba, tocaba y olía. “Yo no quiero que mis libros estén supeditados, quiero que estén al alcance de todas las personas, que se elaboren con materiales idóneos, con creaciones en la portada, con hojas de buena calidad. Quiero que sean hechos con amor”. Ingrid, una obra de teatro parte de un libreto, es decir, el texto dramático ya existe antes de representarlo sobre el escenario. Entonces ¿por qué se torna necesario publicar y qué usos supones puede tener el libro “Hortensia”? Pueden crearse distintas manifestaciones a partir de un mismo objeto artístico, en este caso de una obra dramática, que como bien dices, posterior a la escritura se montó como obra teatral para ser exhibida en un espacio físico. Luego de esta etapa, sentimos la necesidad de dejar un registro concreto  en un libro, ya que tener la obra sólo en el computador o en el recuerdo de las personas que en algún momento la vieron en el teatro, es difícil plasmarlo, como también seguir activando a partir de esta historia, si hoy en día no se puede escenificar. En el caso de “Hortensia”, creemos que la obra no puede morir, sino resignificarse para seguir despertando conciencias, principalmente de mujeres. En este momento el libro adquiere relevancia para nosotras, ya que nos permite seguir en pie desde el arte y desde esta historia en particular, la que esencialmente no nos interesa vender, sino obsequiar a quien quiera leerla. Dentro de las actividades de difusión del plan YO LEO HORTENSIA, se cuenta un estreno de Teatro Sonoro y la entrega de libros en plazas públicas de tres comunas. ¿Por qué crees relevante circular en esos nuevos formatos fuera del espacio oficial de distribución y llegar directamente a los territorios? Me parece relevante el nuevo formato de Teatro Sonoro porque mantiene vivas las historias, la creación y la audiencia. Lamentablemente, no podemos confiarnos en que llegará el momento de volver a ensayar y preparar un montajes de manera presencial, por lo menos este año, aunque en algunas regiones ya partieron. Personalmente disfruto mucho de este formato sonoro, porque puedes ponerte los audífonos en cualquier parte y dejar volar tu imaginación sólo escuchando. Es como traer de vuelta el Radioteatro, a diferencia que antiguamente lo hacían con objetos y voces en vivo, y en este formato, puedes grabar las voces que se hacen en vivo, editarlas, buscar y descargar sonidos, ponerles efectos, etcétera. Y, en cuanto a la entrega y liberación de libros, no es algo que como autora haya decidido de la noche a la mañana, si no que desde que comencé a escribir hace un par de años, me lo planteé como uno de los propósitos de vida, intentar hacer llegar la lectura, en este caso, libros a todos los espacios posibles, sin que el dinero o acceso (sea por motivo económico, falta de conocimiento, o poca relación con el área dramática) impida este encuentro entre la historia y quien desea leer. Que no sea ésta una razón para privarse de disfrutar de la lectura y conocer obras dramáticas. Te puede interesar: PODCAST | Cerro a la Izquierda: Literatura y violencias hacia las mujeres, "Yo leo Hortensia" No es la primera vez que abordas tus publicaciones como espacios reflexivos no convencionales ¿cómo han sido esas experiencias? El año 2019 trabajamos en un proyecto para sacar adelante la publicación de la obra “2070, el Último Documental Animal” también de mi autoría. Este libro ilustrado lo obsequiamos a estudiantes de enseñanza básica y media de distintas escuelas y liceos de la región, bibliotecas y otros espacios culturales, todo se hizo con el objetivo de intentar mediar la obra dramática y teatral que fue puesta en escena por la compañía teatral penquista La Otra Zapatilla, con la que realizaron distintas funciones en la región, siendo seleccionados por Festivales como Santiago y Conce a mil, entre otros. Para esto, trabajamos con Jorge Contreras, amigo y pedagogo, Licenciado en Español, creando un cuadernillo didáctico que articula algunos objetivos de aprendizaje del ramo de Lenguaje y Ciencias de 7°, 8° básico, 1° y 2° medio, el que está contenido en la segunda edición del libro, y la mediación de la obra teatral se desarrolló con la colaboración de Diego Álvarez, Camila Montecinos, Lisette Venegas, Carlos Poblete y de la mano con la Corporación Cultural Artistas del Acero. El 2019, nos enfocamos a esto principalmente, generar espacios de reflexión en torno a la obra, crear material pedagógico y guiar el proceso de publicación para entregar finalmente, en manos de las y los estudiantes, el libro ilustrado de la obra “2070, El Último Documental Animal”, el que aborda principalmente la crisis medioambiental y extinción animal. Así que ahora en el 2020, “Hortensia”, sería la segunda publicación que se hace de esta manera en la que nos salimos del circuito oficial de distribución, por lo que te contaba anteriormente. ¿Para qué darse la vuelta larga, si queremos facilitar el camino a la lectura? Y qué mejor manera de hacerlo que de la mano de compañeras que también están activando desde su trinchera, territorio, escuela, organización o asamblea. Para mí tiene todo el sentido del mundo trabajar con un objetivo claro, algo en lo que creemos pueda generar despertares a partir de una obra dramática, la que en este caso aborda la temática de violencia hacia las mujeres dentro del contexto familiar. Teatro como recurso pedagógico ¿Cuál crees que es el rol que la educación artística -específicamente el teatro - debiera tener en las escuelas hoy? Eso considerando que se tiene la experiencia de casi un año de pandemia en el cuerpo  Voy a hablar desde mi experiencia como artista educadora. Creo que si bien el teatro, como tal, tiene un rol social importantísimo dentro y fuera del aula, este año ha sido bastante complicado realizar talleres, así como también sobrellevar la vida en los distintos planos. Tenemos la experiencia de dos tercios de un año de pandemia y en general, creo que tanto las y los artistas educadores como docentes han intentado hacer su trabajo de la mejor manera posible, a pesar de las exigencias de tener que completar más informes, enviar más registros, realizar actividades novedosas y motivadoras en plataformas que no eran comúnmente utilizadas, conformarse con la baja conexión y participación. Nos situamos en un lugar complejo, en donde ni siquiera las y los estudiantes tienen deseos de conectarse, la mayoría está aburrido(a) de las clases virtuales, teniendo en cuenta además, el calor que hace y que en la semana pueden salir a jugar o a caminar. En el caso del programa de educación artística Acciona, por ejemplo, en el cual trabajo desde hace algunos años, creo que la coordinación y artistas educadores ha hecho lo posible por seguir en pie con todas las exigencias y obstáculos, pero ha sido una sobrecarga para todas y todos quienes trabajamos en el área de la educación, ya que no podemos lidiar a través de una pantalla con las afecciones de la vida personal de otras y otros en un contexto tan devastador, aunque  esencialmente el teatro apunte a desarrollar la confianza, la autonomía, el trabajo colaborativo, la reflexión crítica y las habilidades expresivas. Es triste, porque el teatro necesita del “en vivo”, del moverse, respirar, jugar, crear voces, socializar ideas haciendo, estar en presente, cosa que no está sucediendo virtualmente. Con esto pienso en la cantidad de obras teatrales que se han reproducido por distintas plataformas y rotundamente no cumplen mis expectativas, para nada, creo que para eso está el cine, los documentales, pero el teatro se desvía de su naturaleza como experiencia viva al reproducirse en una pantalla. Es por eso, que creo valorable el trabajo de Teatro Sonoro que se está desarrollando, como una forma de poner en valor las obras dramáticas y la versatilidad de la interpretación actoral a través de la escucha de voces y sonidos, intentando así mantener a la audiencia teatral. PRIMEROS PROCESOS CREATIVOS Y CONMEMORACIÓN DEL 25N ¿Qué recuerdos tienes sobre el inicio de tu relación con los libros y la escritura? Si pienso y voy más allá, creo que todo tiene un por qué. Me veo cuando chica en mi casa, padres separados, silencios, problemas que no son míos, no queriendo estar en la casa para evadir, saliendo en bicicleta a la calle, ¿qué hago en la calle?, Juego, juego y me siento con otras niñas sobre unas piedras gigantes e inventamos historias, cada una dice una línea, creamos una historia entre todas, vuelvo a la casa, no hay libros ¿qué hago? agarro un cuaderno, tomo un lápiz y escribo, cualquier cosa, pero escribo. Me acuerdo de un regalo que una vez una tía me hizo en navidad, era un diario de vida, lo amé, pensaba que era el mejor regalo que me podían haber hecho, tenía hojas con diseño como las antiguas esquelas, lo olía, pero no tenía olor, ahí comencé a dejar registro de lo que vivía y descubrí que me encantaba escribir porque sentía alivio, una sensación como de vaciarse, de resignificar. Y luego, cuando iba y llegaba a la escuela que estaba cerca de mi casa, en algunos recreos me iba a la biblioteca, era amplia, luminosa, tenía estantes altos, con vista a una plaza, la Plaza Cruz, ahí me quedaba a veces en el recreo mirando los libros y cuando tocaban el timbre, pedía uno. Tampoco digamos que leía tanto, pero me encantaba mirarlos, tocarlos. Bueno, yo no quiero que los libros ni mis obras estén supeditadas, quiero que estén al alcance de todas las personas que estén interesadas en leer, y que sea un libro hecho con amor, con materiales idóneos, con una bonita portada, y que, en este caso específico de “Hortensia”, se regale en espacios públicos, tal como lo haremos en plazas y ferias el día 25 de Noviembre a las 12:00 horas, en el Día Internacional de la No Violencia Hacia las Mujeres, actividad que no sería posible sin el apoyo y colaboración de distintas organizaciones y asambleas territoriales de mujeres. “Hortensia” en el contexto del 25N. Recientemente señalaste que el concepto género se institucionalizó. ¿Desde dónde crees apropiado abordar la realidad de la violencia en contra de la mujer?  Desde como recién acabas de nombrarlo, “violencia hacia la mujer” me parece que es mucho más específico que decir “violencia de género”, entendiendo que género es un concepto que nació hace unas décadas desde los programas de gobierno y se extendieron a las instituciones para intentar abordar desde la carpeta la violencia dirigida a un otro, otra u otre, no para especificar la violencia contra las mujeres desde los distintos planos: económico, laboral, sexual, político, comunicacional, etcétera. Lo mismo ocurre con el término “violencia intrafamiliar”, el que no se hace cargo de la diferenciación de poder ejercido al interior de la familia, entonces cuando escuchas intrafamiliar se entiende que algo ocurre dentro de la familia, pero ¿qué es específicamente lo que ocurre? ¿Quién ejerce el poder contra quién? Entonces, creo que para los Programas o instituciones es un concepto que sirve, ya que los casos pasan a ser un número más, y los términos finalmente no cuestionan el poder ejercido desde los distintos ámbitos y en los distintos espacios, como tampoco favorece el desenmarañar de manera justa los casos de violencia extrema con los que se llega a un juicio, por ejemplo, ya que argumentan que el término violencia intrafamiliar, excluye a las jóvenes no casadas, no convivientes, no madres, pololas, andantes, amigas, compañeras, amor ocasional; por lo tanto, la víctima en este caso, aunque sepamos que merece un juicio digno por todas las evidencias, no tendrá justicia, ya que la Ley VIF [Violencia Intrafamiliar] no hace referencia a ellas, y no hay ley que lo haga. Entonces ¿de qué estamos hablando? ¿Para qué llevar un caso así a Tribunal?... Entonces, es cuando la conocida consigna feminista “Nos matan y nos violan y nadie hace ná” toma real importancia. ¿Cómo vive la compañía el actual contexto de movilización feminista y qué planes proyectan hacia el 2021, qué temas quisieran investigar y recrear? Organizándonos en articulación y en colaboración junto con otras organizaciones u otras individualidades, para confluir en coyunturas, campañas y actividades. Lo del 2021, creo que es mejor no adelantar, ya que si algo ha develado la pandemia y la vida en general, es que puedes planificar o querer mucho algo,  pero no sabemos finalmente qué ocurrirá.
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