Por Valentina Luza / Resumen.clEl pasado 11 de septiembre se desató una polémica generalizada tras el inserto que el periódico El Mercurio incluyó en una de sus páginas, haciendo alusión y justificando la dictadura cívico-militar con un controversial título: “Chile se salvó de ser como es hoy Venezuela”. Esta acción generó una ola de reacciones negativas y una fuerte crítica a la violencia que se ejerce al ejercer el negacionismo histórico.
El título del polémico inserto se acompañaba de una serie de apartados que justificaban el golpe de Estado de 1973 asegurando que: “Allende utilizó la violencia y la ilegalidad para imponer una Dictadura Marxista Leninista" dando paso a la recopilación de diferentes reacciones de personajes y acuerdos políticos que aludían a “razones” por las cuales se cometió el golpe, concluyendo que: “La tragedia de Chile ayer es la tragedia de Venezuela hoy.”
Tras esto, diferentes sectores políticos -salvo excepciones-, lo calificaron de violento y acusaron que perpetúa una incitación al odio y un profundo negacionismo histórico. Por su parte, Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos desaparecidos, anunció una querella y acciones legales contra el Diario por publicar el texto y exigió un derecho a réplica en el medio.
Incluso un grupo de periodistas de El Mercurio expresó su descontento y repudio señalando que “el inserto no los representa” y que significaba en todo su contenido simbólico una grave falta de respeto por la memoria. Otra razón que exponen es que el texto fue solo firmado por 60 personas dentro de la corporación y no representó una unanimidad para su publicación; acusando así, un acto arbitrario.
Asimismo, el Colegio de Periodistas expresó: “La libertad de expresión fue una lucha de 17 años que significó censura y muerte de colegas. Conquistarla significó recuperar un derecho, pero también una responsabilidad. La prensa no puede ser promotora del negacionismo y tergiversación histórica, como hoy en El Mercurio.”
Libertad de expresión vs incitación al odio
Según un apartado de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, publicado en diciembre de 2018, titulado Negacionismo y Libertad de Expresión, hay limitaciones que diferencian un concepto de otro. Se exceden los límites de libertad de expresión cuando los dichos y/o acciones de alguna persona o ente institucional, relativiza o justifica ciertos momentos históricos que acunan episodios de violencia.
También por su lado, el Sistema Universal de Derechos Humanos ha consigna: “dichas limitaciones pueden estar justificadas cuando los actos o declaraciones negacionistas constituyan discursos racistas o de incitación a la violencia y a la discriminación.”
Es por esto que en diferentes países la apología a procesos políticos o históricos que significaron represión y violencia tiene consecuencias penales. El ejemplo más emblemático es Alemania, donde es un delito realizar discursos de odio y enaltezcan el Holocausto.
El negacionismo como violencia a los Derechos Humanos
Rodrigo Muñoz, Miembro de la Comisión de Memoria Historia y Derechos Humanos de la Corporación Mutual Bautista Van Schouwen de Concepción, ante este hecho expresa que: “El inserto evidencia una vez más la complicidad activa de la derecha empresarial y política con las violaciones a los DDHH y con todas las situaciones de violencia y crímenes que desató la dictadura en Chile. El Mercurio una vez más deja en evidencia que fueron parte activa de la represión de la dictadura.”
También, anuncia el posible apoyo ante una queja generalizada contra el inserto, afianzada con otros grupos de protección a los DDHH. Aludiendo que este acto es una nueva forma de agresión que no sufren solo las víctimas, sino todos aquellos que al leer este tipo de títulos les provoca una sensación de impunidad.
Sin embargo, Muñoz asegura también que no es un hecho aislado y que responde a la avanzada política que han tenido cada vez más los sectores de ultraderecha en el país: “el último año, los sectores más reaccionarios han estado en una ofensiva feroz contra las organizaciones de los Derechos Humanos y la memoria en general. Por un lado, las agresiones que han sufrido memoriales, hitos de memoria o lugares de memorias que han sido violentados por estos sectores y que vienen organizados por los poderosos desde la derecha más reaccionaria, evidencian esto.”
Para Rodrigo Muñoz estos hechos atentan no solo al patrimonio y la historia, sino también atentan contra el honor y la dignidad de las víctimas, concluyendo que: “hay un contexto actual en Chile de agresión y de violencia hacia todo lo que tiene que ver con la historia, la memoria y los derechos humanos.”