Intercambio de semillas por la soberanía alimentaria y la justicia de género

En la actividad, realizada el pasado jueves en el Internado del Liceo Bicentenario San Nicolás, las participantes pudieron compartir sus propuestas a nivel orgánico, una instancia previa al 3er Congreso Nacional ANAMURI, que será desarrollado en Valparaíso en octubre.

Por Catalina Barrios Benavente 

La agroecología, la justicia de género y la educación logran unirse en torno a una tradicional actividad, el intercambio de semillas o trafkintü, ceremonia ancestral del pueblo Mapuche. Son semillas con historia, de personas que las guardan y cuidan a través de cultivos que han pasado por diferentes generaciones. Es una actividad que aporta a la memoria humana y de la biodiversidad, y es fundamental para la seguridad y soberanía alimentaria.

En este caso, se trata de cuidadoras de semillas que son activistas de ANAMURI, la Asociación de Mujeres Rurales, Indígenas y Afrodescendientes. Alicia Muñoz Toledo, presidenta de la organización, señala para Revista Pantana que “un intercambio de semillas tiene un valor trascendental porque es recoger la historia de nuestras abuelas, de nuestras madres, (...) es sobre cómo nos enseñaron a sembrar, a recoger los alimentos, a amar la tierra”.

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Además, afirma que “hoy día, lo único que necesitamos es tierra para sembrar, tierra para cultivar, porque la agricultura familiar campesina va a salvar el planeta. Necesitamos, solamente, circuitos cortos, donde la agricultura en manos de mujeres tiene ese objetivo, enfriar el planeta”.

El espacio para el encuentro fue facilitado por el Liceo Bicentenario San Nicolás, con el objetivo de, a futuro, poder desarrollar el vínculo de las niñas con la agroecología.

El Congreso en Ñuble tenía el propósito de encaminar su trabajo hacia el 3er Congreso Nacional ANAMURI. Por lo que las asistentes pudieron realizar propuestas orgánicas, como la importancia de unirse con otras mujeres, de hacer redes para fortalecer la organización y que puedan ser escuchadas.

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Odila Otarola Inostroza, presidenta de la Mesa Rural de Mujeres de San Nicolás, dice que le ha tocado participar en diferentes encuentros en otras regiones del país para realizar diagnósticos de programas de gobierno sobre las temáticas trabajadas por ANAMURI, que son principalmente, soberanía alimentaria y justicia de género.

Esta mesa rural de San Nicolás fue conformada por un grupo de amigas el año 2005, luego de trabajar en distintos territorios de la comuna donde había mucha violencia intrafamiliar y de género, siendo esa su primera línea de trabajo, para luego enfocarse, además, en temas rurales. Así, en 2010, se integraron a ANAMURI, lo que potenció su activismo agroecológico.

En ese sentido, Odila destaca la “importancia de la agroecología para toda la familia en medio de la crisis alimentaria y el cambio climático”. Asimismo, asegura que sus objetivos son ser un aporte a la comunidad, cuidar los ecosistemas y a la juventud. Desde ahí nace el lazo entre la Mesa y el Liceo Bicentenario San Nicolás.

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El director del Liceo, Víctor Reyes, asegura que en su institución quieren “seguir la ruta que tiene ANAMURI, ya que nos llama la atención el liderazgo de las mujeres que integran la organización, son muy empoderadas en agroecología, socioambiente, seguridad alimentaria y de género. De esa manera, podemos fortalecer nuestro trabajo respecto de la vulneración de derechos de las niñas. Queremos que estén en un ambiente seguro”.

El Liceo tiene un grupo llamado “Alza la voz”, conformado por niñas que son vigilantes de cualquier situación que vulnere a sus compañeras en un contexto familiar, amistoso o educacional. Víctor dice: “ya tenemos trabajado el tema computacional, con más de 200 niñas adquiriendo importantes competencias en programación. Pero nos falta lo agroecológico, la tendencia hoy es cuidar el entorno natural, y los niños y niñas están concientes de esto. Nos tenemos que adaptar y por eso nos interesa mucho el vínculo con ANAMURI”.

“Nos sumaremos a las instancias de la organización a nivel nacional, queremos seguir trabajando, por eso ofrecemos los espacios del Liceo y puedan hacer sus encuentros”, afirma el director.

Por su parte, la Delegada Presidencial Provincial de Punilla, Rocío Hizmeri Fernández, estuvo presente durante el intercambio de semillas, y señaló a las mujeres participantes que “ser gobierno implica un compromiso social importante, que es fortalecer el tejido social, por lo que nos ponemos al servicio de ustedes”, así es como también dispuso de espacios institucionales a organizaciones sociales que están presentes en los territorios.

Mientras tanto, ANAMURI se prepara para su 3er Congreso Nacional, que será en Valparaíso desde el 19 al 22 de octubre. Por ahora, estiman que llegarán entre 600 y 700 asistentes, con la consigna “sin miedo, con convicción y esperanza convertimos nuestros sueños en acción”.

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