[Elicura Chihuailaf ] En esta Luna de los Frutos Abundantes en mi comunidad he visto una vez más el Azul profundo del amanecer; qué privilegio, me digo. El respirar de los esteros se despliega entre los árboles que rodean nuestra casa. Un pájaro carpintero aparece y desaparece golpeando la madera de un viejo portón (su martilleo se va apagando poco a poco en la diversidad de cantos que nos regala el Sol). Escribo junto al lugar en el que hasta el terremoto del triste 2010 estaba parte de nuestra antigua casa Azul; ahora crecen allí hierbas medicinales que brotaron desde su Sueño: paico, hinojo, manzanilla, sanguinaria, sietevena, llantén. El agua, el agua, espíritu de vida ahora amenazada. Las mega-empresas forestales Arauco y Mininco continúan su invasión a nuestro territorio, avanzando con sus tanques-plantaciones de pinos y eucaliptos; diezmando bosques, napas y vertientes. “El asunto no es cambiar el modelo de reforestación, el problema es la certificación”, dicen. ¿Es la legalización definitiva del terrorismo forestal?
La Asociación de Comunidades Mapuche Lafkenche de Mariquina, “coordinación que agrupa a las comunidades defensoras del Lafkenmapu frente a la invasión de Arauco y su Planta de Celulosa Valdivia en nuestro territorio”, dice en parte de su reciente declaración: “Con ocasión de la puesta en escena de un pseudo-diálogo impulsado por el Gobierno Neoliberal y Colonialista de Piñera como volador de luces luego de la huelga de hambre de nuestros hermanos presos políticos, nuestra coordinación con el propósito de confirmar nuestros análisis de la estrategia de dominación que está actualmente impulsando el nuevo gobierno en el plano político, designó a representantes para que asistan a la Mesa de ‘Diálogo’ realizada el 20 de enero de 2011 en la Región de los Ríos”. Representantes que entonces fueron excluidos, dicen
“El Gobierno, a través de esta manipulación que comenzó con la supuesta mesa de diálogo del Cerro Ñielol y que ha continuado con mesas de diálogo regionales, está buscando limpiar su imagen, distraer y engañar no sólo a los mapuche, sino también a la opinión pública nacional e internacional, ocultando su verdadero rostro y el del Estado de Chile como marioneta, bisagra de intereses económicos de grupos nacionales y trasnacionales -que saquean y destruyen nuestros territorios-, así como su real imagen de violador histórico y sistemático de nuestros derechos humanos y colectivos”
“Cualquier tipo de diálogo que tenga como propósito sentar las bases de una nueva relación entre el Pueblo-Nación Mapuche y el Estado de Chile, tiene que poner en el centro del debate aspectos sustantivos como son los derechos colectivos al territorio, el autogobierno, la autonomía, la libredeterminación, la paralización de todos los Megaproyectos económicos y expansión forestal en nuestros territorios. De igual forma, tener como base los tratados y parlamentos establecidos con la Corona Española y luego el Estado de Chile donde se reconoció como límite entre ambas naciones el río Bío Bío. Estos parlamentos tienen plena vigencia, incluso el Convenio 169 -que tiene rango constitucional- lo reafirma en su Artículo 35”
En días recientes, la Asamblea Ciudadana Magallánica demostró –una vez más- que la razón de la mayoría puede derrotar la dictadura del mercado neoliberal y que los partidos políticos deben sumarse (y contribuir) a los objetivos y formas de lucha planteadas por los Pueblos y por la ciudadanía y no por los afanes de poder de sus cúpulas. Me parece que los magallánicos han mostrado también la necesidad de que Chile se transforme en un país de regiones autónomas
Mientras en Colombia la poeta Angye Gaona, que ha sido parte del equipo organizador del multitudinario y maravilloso “Festival de Poesía de Medellín”, fue recientemente encarcelada por el Estado, me dicen: “Respira y prepárate, pecho blando / No quieras contener todo el aire de los abismos, / toma sólo el de tu pequeña inspiración, / acarícialo por instantes, / susúrrale como si al último aliento / y déjalo libre ir allí, / a donde tú también quisieras: / vasto, inmenso, indistinto. / Sopla fuerte lo que guardas. / No recojas más lágrimas, pecho blando. / Y si un niño preso llora, dirás, / y si un hombre es torturado, dirás. / Que no es tiempo de guardar la ira, te digo. / Es momento de fraguar y hacer lucir el filo”.