[resumen.cl] «El médico debe respetar la autonomía de la persona... No se debe obligar a las personas en huelga de hambre a ser tratadas si lo rechazan. La alimentación forzada contra un rechazo informado y voluntario es injustificable.» Estos son algunos de los principios de la Declaración de Malta de la Asociación Médica Mundial sobre el trato hacia personas en Huelga de Hambre que el Estado de Israel se dispone a violar, estableciendo normas orientadas a prolongar la agonía de los presos palestinos que este martes cumplieron 23 días bajo esta medida.
El pasado el 17 de abril, fecha en que se conmemora desde 1974 el Día del Prisionero Palestino, unos 1500 presos iniciaron una huelga de hambre en diversas cárceles del territorio ocupado de Palestina. Sus exigencias están dirigidas al Estado de Israel y son diversas. Van desde la instalación de un teléfono público para comunicarse con sus familiares; el restablecimiento de la regularidad de las visitas cada dos semanas y su ampliación a una hora y media; el fin del impedimento a sus familiares de ingresar a las cárceles para visitarlos y de los malos tratos sufridos por éstos de parte de los carceleros israelíes; también exigen terminar la “política de negligencia médica” y la liberación de los prisioneros enfermos, con discapacidad y enfermedades crónicas; además demandan el fin del confinamiento solitario como castigo al interior de la cárcel y la anulación de la “detención administrativa” como justificación para mantener palestinos cautivos, los cuales pueden permanecer encarcelados por seis meses prorrogables indefinidamente, sin mediar juicio alguno.
Estas y otras exigencias constituyen una contundente denuncia de las condiciones carcelarias a las cuales se expone el pueblo palestino que osa a resistir la ocupación colonial de su territorio por Israel. Según Addameer, [Asociación de Derechos Humanos y Apoyo a los Presos Palestinos], hasta fines del 2015 habían unos 6.500 presos palestinos, de los cuales 450 eran niños y 587 permanecían detenidos bajo la figura de “detención administrativa”.
El Estado de Israel ha incursionado en una serie de acciones, intentando quebrar la voluntad de los presos y la revitalización de la resistencia popular palestina surgida a partir de esta protesta. Entre ellas está la divulgación de que Marwan Barghouthi, vocero de los huelguistas, se alimenta a escondidas. Una mentira grotesca que ha buscado infructuosamente verosimilitud con un burdo video, donde, supuestamente, el portavoz de la huelga, aparece comiendo dentro de un baño y, a partir del cual el Ministro de Seguridad Pública de Israel, Gilad Erdan, se ha creído con las condiciones favorables para declarar que “Barghouthi, es un asesino y un hipócrita que insta a sus compañeros de prisión ir a la huelga y sufrir mientras él come a sus espaldas”.
En otro intento, el Servicio de Prisiones de Israel ha impuesto a la abogada de Marwan Barghouti el requisito de no representar a ningún otro preso partícipe del ayuno para permitirle reunirse con él. Ante esta condición, la defensora, Abeer Baker, ha afirmado que el Servicio busca impedir que Barghouti envíe mensajes a otros prisioneros a través de ella.
Una de las medidas que concita la mayor preocupación por parte de la comunidad palestina e internacional, es la voluntad de Israel de alimentar forzosamente a los ayunadores, lo cual implicaría la aplicación de un maltrato mayor al que ya han recibido antes y durante la huelga de hambre, junto con prolongar su agonía. Esta medida fue anunciada la semana pasada por el Ministerio de Salud israelí, a través de una carta donde ordena a los médicos que se nieguen a alimentar por la fuerza a los presos palestinos, que estén en riesgo vital a causa de la inanición, ceder su lugar a otro profesional dispuesto a llevar a cabo tal acción. Esta imposición, contraventora de convenciones internacionales como la Declaración de Malta, se ampara en una ley promulgada el 2015 que faculta al presidente de un tribunal ordenar la aplicación de tratamiento médico a presos en huelga de hambre, aunque éstos se realicen contra su voluntad. La Asociación Médica de Israel ya había solicitado al máximo tribunal israelí pronunciarse respecto a la constitucionalidad de esta norma, siendo confirmada por él mismo el pasado 2016.
Frente a estas violaciones de garantías fundamentales y al colonialismo ejercido por el Estado sionista, crecen y se diversifican una serie de manifestaciones de oposición y rechazo. La campaña internacional de Boicot, Desinversiones, Sanciones contra Israel ya ha provocado el cese de la comercialización de productos de marcas israelíes en múltiples ciudades de Europa, así como también el fin de las operaciones de empresas dentro de los territorios palestinos ocupados, provocándole cuantiosas pérdidas financieras a la burguesía israelí, que probablemente aumentarán en el contexto de la huelga de hambre. En múltiples países se realizan manifestaciones de apoyo a los presos y de rechazo a la ocupación de Palestina. Por su parte, las comunidades de Franja de Gaza y Cisjordania han sostenido manifestaciones durante todos estos días, con el resultado de una cantidad creciente de personas (sobre todo jóvenes) encarceladas y heridas por distintas acciones de las fuerzas armadas israelíes.