Según anuncian los medios del duopolio Edwards-Saieh (Emol y La Tercera), el gobierno de Sebastián Piñera inscribe dentro de sus prioridades solucionar los problemas de crisis energética. Llama la atención la ambigüedad que puede adquirir este concepto, pues en nuestro país tanto la generación, la transmisión y la distribución de energía eléctrica está en manos 100% privadas ¿qué significará crisis energética para un paìs con el sector energético privatizado? ¿Significará los mismo para los usuarios del sistema que para los que ofrecen servicios?¿No será que unos imaginan una verdadera crisis energética y los otros una crisis del negocio energético?
La última pregunta es importante, porque hay antecedentes del actuar de los grupos de interés que permiten hacer ese tipo de conjeturas. No es solo la compra a precio huevo de Endesa al Estado, por parte de estos grupos vinculados a la Dictadura y la Concertación lo que hace que podamos dudar de sus acciones. Hace poco, el descaro de esta empresa se vio con el intento- aún por verse- de aumento de capitales en Enersis- desvalorizando las acciones de las AFPs y obligándolas a invertir más para mantener su participación en Enersis; haciendo caja con las cotizaciones de los trabajadores, como dijo alguien por ahi-
Hace unos años en California, estalló una crisis energética que derivó en apagones y alzas de tarifas eléctricas. Tiempo después, para muchos estadounidenses lo que paso realmente fue una manipulación de las generadoras de energía eléctrica para manipular los precios, incurriendo en desperfectos técnicos intencionadamente- apagando una generadora de Energía en Las Vegas- y de esta forma beneficiarse de las alzas. Entre los que tienen esta postura está incluso un premio Nobel de Economía.
¿Si pasó en EEUU, por qué no en Chile?
La ética empresarial se ve bastante cuestionada con este tipo de hechos, por lo que dudar de lo que ellos aseveran no es un razgo paranoide, sino un sano ejercicio.
¿Por qué si hay una crisis energética no se habla de ahorrar o de eficiencia energética?
Hay ciertos argumentos para señalar que esta majadera crisis, no es tal o al menos, no es como la presentan.
En primer lugar, se habla mucho del consumo residencial de energía eléctrica, cuando representa solo el 15% de la participación en la distribución. El mismo Instituto Nacional de Estadísticas (INE) señala que "Desglosando los destinos con mayor participación para la Distribución de energía eléctrica se aprecia que los sectores Cobre, Celulosa y Otras Industrias tienen un porcentaje significativo, registrando en conjunto 87,24% del total."
En la región, el principal consumidor de energía eléctrica es la Industria de Celulosa y papel, con un 35.40% de la participación en la distribución.
En segundo lugar, habría problemas con los recursos naturales, y desde las cúpulas empresariales y de gobierno en vez de proponer cuidarlos, siguen entregando a empresas transnacionales como Endesa los derechos de agua a perpetuidad. Los Saltos del Laja son la manifiesta conciencia ambiental de esta generadora de energía.
En tercer lugar no se habla de eficiencia energética. En medio del debate de la instalación de centrales nucleares en Chile, se señaló en algunos medios que " La gran minería puede obtener el 25% de la energía que consume tornándose más eficiente".
Las grandes empresas no ahorran energía pues les sale bastante barata. A diferencia del ciudadano común y corriente, las grandes empresas son clientes libres, no regulados y negocian los precios de las energías directamente con las generadoras y distribuidoras.
En cuarto lugar, el actuar del gobierno pone de manifiesto que los intereses de las generadoras y distribuidoras de energía y grandes consumidores de energía están por sobre la salud y el bienestar de la población. Según Pablo Astudillo, Ingeniero en biotecnología molecular de la Universidad de Chile, comparando a nuestro país con Alemania, Canadá, Dinamarca, Inglaterra, Japón, España y Estados Unidos, hay evidencia de "que Chile, pese a ser el único país que ha aumentado ostentosamente su consumo eléctrico, es el país con la peor distribución del ingreso y pobreza (de los analizados), el que más ha aumentado su producción de CO2, y el menos eficiente en traducir el consumo energético en un mayor PIB, por lo cual no es verdad que duplicar nuestra energía nos ayude a superar la pobreza, y la premisa misma de duplicar la energía corresponde a lo que en términos técnicamente más elegantes se conoce como una “sobreestimación”."
Un mayor desarrollo del país del que habla majaderamente la clase política-empresarial, con todos los costos sociales y ambientales que ha significado, significa y significará, no es beneficioso para la mayor parte de la población.
Si se intenta responsabilizar al consumo residencial del crecimiento exponencial de energía y no es cierto, Si no se asume el problema de los recursos naturales como un problema de soberanía, si no se exige a los mayores consumidores- y mayores despilfarradores de energía- en medio de una crisis energética ahorro y eficiencia y si se intenta acallar toda oposición a las políticas energéticas destructivas como un atentado al desarrollo del país, estamos presenciando todo un escenario de manipulación de la población.
Lo que reafirma esta postura es que el gobierno decidió implementar un proyecto de Ley que perfecciona el sistema para crear una Carretera Eléctrica Pública, que según las propias palabras del mandatario "busca generar mayor certeza jurídica a inversionistas". El proyecto acoge las críticas del empresariado hacia las trabas que se han impuesto desde el ámbito medioambiental, asumiendo el Estado la responsabilidad de resolver estos problemas y por otra parte también resolverá los temas de expropiación de terrenos.
La crisis energética, parece paulatinamente, una crisis de acumulación de capital de las grandes empresas, acostumbradas a la inversión a corto plazo y con utilidades siderales. Utilizan el sentido común para enmascarar sus mezquinos intereses.
Miente, miente, que siempre algo queda. Decía Goebbels, ministro de la propaganda nazi.
¿Quién podría negar que hay una ofensiva mediática y política a favor del negocio de la energía?
Foto: Laraquete Sustentable