Por Juan Contreras Jara / resumen.clTras el crimen de Camilo Catrillanca perpetrado por parte del Carabineros de Chile al interior de la comunidad tradicional Temucuicui, en la Araucanía, distintas han sido las repercusiones que ha tenido hasta la fecha. Al interior de los territorios mapuche en resistencia, como también en las ciudades a lo largo del país, surgieron acciones de rechazo a esta nueva muerte cobrada por agentes del estado chileno, en contra de un comunero de 24 años de edad.
Pero el abuso y la extrema violencia ejercida una vez más por efectivos policiales en comunidades mapuche, no significó solo la muerte de Camilo Catrillanca, si no que develar un nuevo caso de maltrato hacia la infancia mapuche, por parte de Carabineros de Chile.
En el operativo que terminó con la muerte del comunero mapuche, también se agredió brutalmente a un menor de quince años de edad, ahora principal testigo del crimen de Catrillanca. La víctima cayó a su lado, mientras se agachaba para que las balas de los carabineros no le dieran a él. El adolescente fue bajado del tractor y golpeado reiteradamente por los efectivos policiales y luego subido a un carro policial, donde continuaron agrediéndolo.
Posterior a los vejámenes efectuados por Carabineros de Chile en contra de este joven mapuche, fue detenido bajo el cargo de usurpación y estuvo detenido durante 24 horas en la Comisaría de Collipulli, pero sin enterarse de los delitos que se le imputaban. Al efectuarse la audiencia de control de identidad, el juez de la sala declaró como ilegal la detención del menor de 15 años de edad. Todo lo anterior constituiría una flagrante violación a los derechos humanos del joven, según declaró la directora del INDH Consuelo Contreras.
Tras lo sucedido la Defensoría de la Niñez y el INDH anunciaron este viernes querellas contra quienes resulten responsables de las torturas sufridas por este adolescente. Este último organismo gubernamental elaboró un informe en el cual se explicitan las agresiones ejercidas por los funcionarios policiales, al momento de atacar, detener, golpear y encarcelar al joven de 15 años de edad.
Dentro de las declaraciones que se recogieron tras la entrevista entre la abogada representante del Instituto Nacional de Derechos humanos en la Araucanía y el joven agredido por Carabineros, se exponen afirmaciones claves “Cuando dimos vuelta el tractor, avanzamos hacia adelante y carabineros dispara: estábamos de espalda. Había uno de ellos con cámara. Él fue el que disparó” y agrega “ahí dentro, un carabinero se sacó la cinta de grabación, la guardó. Puso otra cinta en la cámara y comenzó a grabar”. Situaciones que desvelarían el actuar intencionado de los funcionarios policiales por destruir la evidencia del asesinato de Camilo Catrillanca.
De las declaraciones contenidas en la entrevista que llevó a cabo el INDH, se recoge información alusiva al contexto de lo sucedido con Catrillanca. “Nosotros estábamos en la casa de Marcelo, con Camilo, y luego salimos hacia la casa de Camilo en La Romana. Nos pillamos que estaba cortado el camino y tratamos de pasar por un atajo, cuando nos encontramos con FF.EE. (Fuerzas Especiales) a pie. Ellos aparecieron de repente apuntando, aparecen 20 FF.EE. de infantería y comenzaron a disparar a quemarropa”.
La importancia de estas declaraciones
Las afirmaciones de este adolescente fueron revisadas hoy por el fiscal representante del Ministerio Publico, Roberto Garrido que en conjunto con representantes de la Defensoría de la Niñez, se trasladaron hasta Temucuicui para entrevistarse con el afectado, quien declaró como único testigo del asesinato de Catrillanca.
El joven mapuche declaró en calidad de testigo y también de víctima, tras el ataque sufrido por parte de Carabineros, la golpiza en su contra y su posterior detención en Collipulli.
Desde un principio el gobierno de Sebastián Piñera, a través de su ministro del Interior, Andrés Chadwick, han entregado total apoyo a la labor realizada por Carabineros en la comunidad tradicional mapuche Temucuicui, pese a que el resultado de este accionar fue el asesinato de un comunero mapuche y la tortura en contra de un adolescente de 15 años de edad.
“Nosotros estábamos en la casa de Marcelo, con Camilo (Catrillanca), y luego salimos hacia la casa de Camilo en La Romana y nos pillamos que estaba cortado el camino y tratamos de pasar por un atajo, cuando nos encontramos con Fuerzas Especiales a pie. Ellos aparecieron de repente, apuntando. Aparecen 20 fuerzas especiales de infantería y comenzaron a disparar a quemarropa.
Cuando dimos vuelta el tractor avanzamos hacia delante y Carabineros dispara. Estábamos de espalda. Había uno de ellos con cámara. Él fue que disparó.
Ellos estaban disparando a nuestras espaldas, primero balines de goma, pero, de repente, mandó como 4 o 5 disparos al aire y hacia nosotros, ya que las balas rebotaban en el tractor.
Camilo iba manejando y me grita ‘agáchate’. Me agacho y veo hacia la izquierda y veo que estaba botando una cosa amarilla por la nariz. Paré el tractor, me bajé con los brazos en alto y grito: ‘Le dieron’, ‘le dieron’.
Luego me tiran al suelo y me subieron a la tanqueta. Ahí adentro un carabinero se sacó la cinta de grabación. La guardó. Puso otra cinta en la cámara y comenzó a grabar. Cuando estaba esposado va un carabinero por detrás y me pega con la (subametralladora) UZI. Viene otro por detrás, que le decían coronel, y me pegó nuevamente.
Me ponen la esposa de plástico y me pegaban patadas y me decían ‘parate culiao’. Me levantan y veo al Camilo y lo entran.
Me pegan un ‘paipe’ (manotazo en la cabeza), me golpean con la puerta de la tanqueta y me suben. Llevan a Camilo a Ercilla.
Cuando me detienen, a Camilo lo bajan del tractor y se gritaban: ‘La mansa cagaita’, pa que chucha se pusieron a webear’. Lo llevan al Cesfam de Ercilla”