[resumen.cl] La Aguada es un poblado rural de la comuna de Yumbel, ubicado 70 km al sureste de Concepción. Desde 2012 han debido convivir con el emplazamiento de una central hidroeléctrica de pasada en el Río Laja (capacidad de generación 34, 4 Mw) que ha afectado la vida sociocultural, el paisaje, la calidad de las aguas, y las actividades económicas, principalmente campings, salus, turismo y alimentación; producto de la descomposición de materia orgánica en el lecho del río y a impactos no previstos por la empresa a la hora de poner en marcha su proyecto.
La Aguada es un poblado de alrededor de 1000 habitantes, cuya vida social y cotidiana se desarrolla principalmente a orillas del río Laja, uno de los afluentes del río Bíobio con las aguas más limpias de la región. Aunque parte importante de la población trabaja en los fundos o ciudades de alrededor, no es menor la cantidad de personas que desarrolla sus actividades económicas a partir del turismo, por medio de sus campings, locales de comida y servicios, que durante años ha sido frecuentado por turistas de todas partes del país.
Pero esta actividad se ha visto amenazada por la contaminación palpable de las aguas del río, lo que ha traído consecuencias negativas para el sector: cierre de campings, baja drástica en la afluencia de visitantes, desaparición de pequeños negocios, y por supuesto, la preocupación de los lugareños por el porvenir de la zona y de sus condiciones de vida.
La amenaza: la Central de Pasada “Laja”, que fuera de propiedad de la familia Matthei, y hoy del grupo GDF Suez, en proceso de expansión por todo Chile. En su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), GDF Suez indica que "la central deberá inundar menos de 100 há fuera del lecho del río para funcionar. Producto de la baja inundación, la central no afecta mejoras de propiedades vecinas y no es necesario reasentar comunidades." Además, GDF prometió un espejo de agua en la zona de emplazamiento del proyecto, pero la falta de previsión de la empresa y las deficiencias en el EIA lejos de construir dicho espejo, generaron las condiciones para que la materia orgánica depositada en el río, de la cual no se hicieron cargo, convirtiera a esta franja del río en un tranque putrefacto. La empresa indica al respecto que "las modificaciones al proyecto no contemplan cambios significativos en lo relativo a la calidad del agua, debido a que el reservorio continuará siendo pequeño y de profundidad similar. Adicionalmente, la existencia de mayor número de compuertas reducirá una eventual acumulación de sedimentos en las proximidades de la presa”. Estas declaraciones contrastan con la evidente contaminación de las aguas del río, visible en una gran mancha de desechos, y los malos olores que esta mancha expide.
Así, las preocupaciones de la comunidad no sólo dicen relación con la fragmentación de la vida social y la contaminación de la naturaleza, sino también con las condiciones de salubridad (el agua para el consumo interno proviene de napas conectadas con el río) tanto para sus habitantes, como para quienes visitan La Aguada. Ya se han registrado casos de bañistas que han quedado cubiertos de sarpullidos e irritaciones en la piel y los ojos luego de sumergirse en las aguas del río.
Recuperando identidad y organización en el territorio
La comunidad aguadina, lejos de estar alicaída y bajar los brazos ante la contaminación y la indolencia de GDF Suez, ha comenzado a despertar, y a organizar su descontento. Prueba de ello es que los pobladores han revivido el espacio de la junta de vecinos como centro vital de organización y deliberación de sus bases, además de constituir la Agrupación de Defensa del Río Laja que cuenta con cientos de adherentes interesados en la defensa del medio ambiente y el patrimonio cultural de la zona.
A través de diversas protestas en localidades cercanas, como los Saltos del Laja, y un corte de ruta el pasado 6 de febrero en Chillancito, se han ido visibilizando como actor social relevante en la provincia, gestionando y dirigiendo sus esfuerzos en la lucha contra la transnacional GDF Suez. No cuentan con el respaldo del municipio, y salvo una mesa técnica tripartita (empresa-estado-comunidad) para buscar soluciones al problema de La Aguada (comprometida por la Gobernación), el principal respaldo ha sido la comunidad misma, ya que según ellos, la mesa técnica de trabajo sólo ha servido para dilatar la problemática, sin encontrarse aún una solución concreta por parte de la empresa, ni mucho menos el gobierno, el cual no ha tomado posiciones a favor de la comunidad. Se sienten defraudados, y consideran que no pueden esperar más.
Alegría, cultura y esparcimiento en defensa del Río Laja y la comunidad
Durante la primera semana de febrero se desarrolló la Semana Aguadina, actividad que no se realizaba desde hacía más de siete años, y que de la mano de la capacidad de autogestión de la comunidad, trajo un aire festivo y de alegría a la zona, con concursos, juegos, comidas típicas y actividades en el río. Dicho festival se realizó en el marco de la recuperación de La Aguada como un espacio colectivo de todos sus habitantes, aprovechando también la instancia para informar a la multitud presente, sobre la agenda del movimiento socioambiental respecto a la hidroeléctrica. Inclusive, según fuentes del sector privado, existen más proyectos hidroeléctricos en carpeta para el Río Laja. La comunidad se encuentra al tanto de esto, y tanto desde la Junta de Vecinos N° 18, como de la Agrupación de Defensa del Río, comienza a gestarse un plan de trabajo y de lucha para proteger sus territorios; así como el apoyo de profesionales, otros movimientos, estudiantes y jóvenes de la región que han venido a engrosar el proceso de empoderamiento de los aguadinos.
Las organizaciones sociales y ambientales de La Aguada, no descartan en su estrategia, recurrir a nuevas movilizaciones, esta vez más masivas, así como judicializar el conflicto ante la inoperancia del gobierno.
Los intereses de GDF Suez
La transnacional de origen francés y belga, no sólo afila sus dientes en la región del Biobio. Desde diciembre de 2014, Isabelle Kocher, directora ejecutiva adjunta de GDF Suez venía sosteniendo reuniones con el Ministro de Energía, Máximo Pacheco Matte. En el encuentro, la ejecutiva manifestó su interés por invertir en Chile, ya que GDF espera “ampliar la presencia de la firma a los negocios de generación, transmisión e infraestructura gasífera”1. El gran zarpazo vino ese mismo mes, cuando GDF se adjudicó el volumen de 5.040 Gw/año por un lapso de 15 años para suministrar energía a las distribuidoras. Más aún: su filial en Chile, E-CL, contó con la aprobación del gobierno de construir una línea de transmisión que una el SING (Sistema Interconectado del Norte Grande) y el SIC (Sistema Interconectado Central).
Axel Levêque, gerente general de E-CL, señala que abastecerán de energía a partir de un mix de carbón, gas natural y energías renovables no convencionales.
El gobierno de la Nueva Mayoría, se encuentra actualmente revisando a través de una Comisión Asesora Presidencial, eventuales reformas a la legislación medioambiental. El panel de expertos lo componen principalmente consultoras del sector privado, luego de que las ONG ciudadanas invitadas a participar, se retiraran de dicha Comisión ante la falta de equilibrios en su composición, a todas luces empresarial.
Para los inversores del sector energético (GDF Suez, Colbún, Endesa, EDF y Abengoa) existe preocupación ante los cambios en las reglas del juego, aunque considerando el sello pro-empresa de la coalición gobernante, los escándalos de financiamiento y corrupción de SQM-Nueva Mayoría, y el hecho de que el estratégico cargo del Ministerio de Energía2 recaiga en un hombre de confianza de Andrónico Luksic (quien los últimos años ha entrado al rubro energético de la mano de AES Gener y GDF), da pocas esperanzas al pueblo chileno de que sus barrios, comunidades, patrimonio cultural y paisajes naturales no se sigan convirtiendo en zona de sacrificio.
Esperamos que la fuerza social colectiva y el empoderamiento de los vecinos de La Aguada permita sumar un ejemplar grano de arena más a la batalla de los miles de chilenos y chilenas honestas y decentes que abogan por una vida digna en su territorio.
Notas.