El pasado 14 de abril fue detenido el abogado mapuche José Lincoqueo, siendo además allanado su hogar desde donde agentes del Estado wingka robaron importantes documentos. Los cargos son “ejercicio ilegal de la profesion” y “desacato a la ley”, esto último por su negativa a ser sometido a un supuesto examen psiquiátrico.
Se trata de una historia de persecución en contra del peñi ya conocida por muchos mapuche, puesto que desde el año 2000 registra detenciones y hostigamientos hacia su persona.
La razón: haber escarbado en antiguos archivos y dar impulso a un planteamiento que, desde la propia jurisprudencia wingka, pone de manifiesto el carácter genocida de la ocupación de nuestro Wallmapu, por las fuerzas militares del Estado wingka.
Lo que José Lincoqueo sostiene, en resumen, es que toda la institucionalidad wingka en nuestro territorio tiene su origen en un acto ilegal y violento. Que atropellando tratados y parlamentos (en los que el Estado chileno y representantes mapuche fijaron una frontera que separaba al territorio chileno de Wallmapu) busca la desaparición física y espiritual del pueblo Mapuche.
Lo trascendente de las ideas de José Lincoqueo es que todo su argumento tiene aplicación en la actualidad. Y son un fundamento más para las movilizaciones por la recuperación de nuestro territorio y soberanía.
Esto explica el amedrentamiento del que es víctima por parte del Estado. Ya que en más de una ocasión su casa ha sido asaltada y su integridad como mapuche violentada.
A los mapuche, en estos casi 130 años de ocupación chilena y argentina de nuestro Wallmapu, no nos queda más que agradecer la entrega de nuestro peñi Lincoqueo, que a través de su trabajo nos da más herramientas para abandonar las posiciones rastreras frente a la institucionalidad wingka. Como por ejemplo, las que piden mayor justicia (que jamás provendrá de un Estado genocida), o las que piden participación y democratización, como si fueramos los indios de Chile.