El incremento de casos de Covid-19 en la región del Biobío y la cantidad de camas UCI y UTI disponibles, permite hablar sobre cómo el sistema de salud pública ha llegado a una crisis, en la que las licencias y la poca cantidad de capacitaciones hacia reemplazos es sólo una parte del problema.
Por Angeles Arriagada Saavedra
Según el Informe Epidemiológico del DEIS del 20 de enero de este año, en el Biobío llegan a más de 3 600 casos activos, esto ha generado un colapso del sistema sanitario, en especial en las comunas de Concepción, Talcahuano, Hualpén, Chiguayante, San Pedro de la Paz y Penco, que, solo en ellas se concentran 1 737 casos. Por lo mismo, RESUMEN contactó con Hernán Cabrera, quién es el presidente de la Fenpruss en la región del Biobío, para hablar acerca de las distintas aristas acerca de esto.
Cabrera comenta que la crisis se ha agudizado, con consecuencia sobre el aumento de pacientes en unidades críticas: “Nosotros vemos que hace ya desde un par de semanas los casos no han bajan de los 400, vamos entre 500, 400 casos diarios, lo que significa que esto también afecta la ocupación de camas críticas, consideramos que más o menos aproximadamente el 1% de los casos de los contagiados requieren asistencia de unidad crítica, llámese UCI o UTI, estamos hablando de cuatro o cinco pacientes diarios”.
Con respecto a la medida tomada desde el principio de la pandemia del traslado de pacientes críticos a otras regiones, el dirigente nos señala que esto ya es una realidad y que en este momento es una medida eficaz para evitar el colapso: “Sabemos que ya se están trasladando porque los hospitales no pueden caer en no tener camas disponibles, porque eso significa tener que trasladar en situación de urgencia y no programado, lo que hace más grave la situación y de más riesgo”.
También puedes ver:Biobío registra 3 622 casos activos COVID-19: vea cuáles son las comunas más afectadas
La situación de cansancio de los trabajadores y trabajadoras también aparece como un ítem sumamente preocupante. Ante esto comentó que se ha visto un aumento considerable en licencias médicas y a la vez de las consecuencias de estas problemáticas: “En todas las unidades y en todas las áreas de los hospitales hay niveles de estrés muy altos, las condiciones de trabajo cambiaron de abril a la fecha; cómo se venía trabajando antes, la relación con los compañeros y todo eso afecta del punto de vista de la salud mental. Ahora si tomamos específicamente las unidades críticas hay un alto porcentaje de personal muy agotado, muy cansado, con alto ausentismo también; debido a licencias, un gran número de personal reemplazante, así que vemos compleja la situación, que se ha ido naturalizando esta carga y finalmente las consecuencias se van a ver más adelante”.
Con respecto a un balance acerca de las vacunas, se mostró muy crítico a cómo éstas se están repartiendo en el país y las diferencias que se han establecido entre regiones: “Hemos sido críticos como organización, a nivel regional, particularmente en la región, hemos visto esta diferencia odiosa que se ha dado en otras regiones, que ya cubrieron a la totalidad de la población funcionaria, sin embargo en el Biobío sólo han vacunado y priorizado a la población (funcionaria) crítica”.
Esta diferencia, es más clara, con respecto a la recientemente creada, región de Ñuble, según nos señaló: “Uno celebra que se vacune a la población funcionaria, no quiero decir con esto que sea malo; el tema es que, en una región tan vecina, los trabajadores y trabajadoras van viendo que no se tiene la misma consideración, entonces eso va generando dificultades, va generando ansiedad en los equipos de salud y diferencias odiosas que no tributan en mejorar los climas o cómo abordamos la crisis” concluyó.