El día de ayer salió a la luz una noticia que generó el enojo de gran parte del profesorado de Chile. Dicha noticia expresaba la voluntad de los senadores de la Alianza por Chile (que aglutina a RN y UDI) y la Nueva Mayoría (actual coalición de gobierno) pidiéndole al ministro de educación, Jaime Eyzaguirre, que siguiera tramitando el polémico proyecto de ley de carrera docente, el cual fue el principal impulsor de la movilización de estudiantes y trabajadores de la educación que ya lleva 4 semanas en curso.
Haciendo oídos sordos al reclamo del profesorado nacional, el cual ha manifestado abiertamente su rechazo completo al proyecto (por tanto, está exigiendo su retiro inmediato para elaborar un proyecto nuevo desde las bases del colegio de profesores, que contemple las necesidades reales de los docentes), desean seguir avanzando en el proyecto pese a la negativa antes dicha. No sólo eso, sino que además, los senadores representantes de dichas coaliciones han manifestado el respaldo al ministro, apoyo que se expresará con una aprobación transversal al proyecto de ley puesto en cuestionamiento en los últimos meses.
Sin lugar a dudas el tema es indignante. Pero más allá de la rabia que puede generar esta actitud, detengámonos a leer lo que significa esto entre sus líneas. En primer lugar, el gobierno ha dejado en claro que no le interesa la educación chilena ni los profesores de nuestro país. Si así fuese, al menos hubiese hecho caso al llamado de profesores y profesoras a construir un proyecto de carrera docente con nuevos y más firmes cimientos, contemplando lo que realmente piensa, quiere y necesita el docente. Esto es justamente lo que pedían los profesores antes de iniciar su movilización. Pero, lejos de eso, y mostrando una tozudez de principio a fin, en vez de hacer caso a la voluntad general (y el 97% de rechazo al proyecto avala lo que digo), propone su modificación superficial la que por razones obvias no deja conforme al conjunto de los profesores que han decidido mantener su movilización.
Junto con esto, el gobierno ha demostrado que lo último que les interesa es el profesorado, ya que esta “carrera docente” propuesta por la nueva mayoría contiene en sus entrañas un oscuro contenido que hará a los profesores competir entre sí, agobiándolos aún más con labores extenuantes y estableciendo una pirámide de privilegios que sólo dividirá en vez de unificar a los docentes, además de proponer un futuro incierto a todos y todas quienes, hoy en día, se encuentran estudiando carreras de pedagogía en las universidades nacionales. Entonces, ¿Qué tan necesario es este proyecto si no beneficia ni a estudiantes ni a los trabajadores de la educación? Es más, ¿Por qué hoy en día la intentan imponer a toda costa si supuestamente era una propuesta, la cual ya fue rechazada completamente en más de una oportunidad?
Esta respuesta está contenida en sí misma. Todo lo anterior beneficia a los mismos de siempre, a esos que ven negocio en todo lo que existe, incluyendo la vida humana. El proyecto de carrera docente es una arista más del ambicioso proyecto de reforma educacional de la Nueva Mayoría que se suma a otras reformas (como los son la reforma laboral y el proyecto de previsión social, ambas con bases claramente neoliberales) los que en su conjunto pretenden profundizar y sofisticar el actual modelo económico, anteponiendo lo intereses del empresariado por sobre los intereses y necesidades de las grandes mayorías que nuevamente son pisoteadas.
Es por eso que los ricos y corruptos, como clase social adinerada y acomodada en las esferas del poder político y económico de nuestro país, han intentado en todo momento frenar la movilización de los profesores, desuniendo su organización, tergiversando sus demandas y criminalizando la protesta social; Ahí la prensa, la policía y el gobierno han trabajado coordinadamente para que las demandas de profesores y estudiantes no se escuchen más allá de su círculo inmediato. Para poder acallar el grito colectivo de quienes hoy luchan en las calles y en las aulas de Chile, han usado todos los recursos posibles, desde el hostigamiento laboral, pasando por la manipulación de la dirigencia vendida y traicionera encabezada por Jaime Gajardo, hasta la invisibilización de las movilizaciones a través la desinformación y la mentira de los medios de comunicación, sin olvidar la represión policial, todo con tal de aprobar el proyecto “a la buena o a la mala”.
Ahora bien, lo más importante de todo es que cuando el pueblo se une para recuperar su dignidad, quienes se la han robado muestran su verdadera cara. Hoy vemos desde el PC a la UDI unidos bajo una misma causa, “meterle un nuevo golazo” al pueblo chileno mediante este nefasto proyecto de ley. Esto muestra que sin lugar a dudas son parte integrante de un mismo bloque que administra el poder: es el mismo grupo y una misma clase pero representada desde diversas caras y perspectivas, con matices y con diferencias superficiales pero con un trasfondo que los une. Es esa clase social que vive del trabajo de las grandes mayorías, la que vive de las deudas, pesares y miserias de quienes cuentas las chauchas para ver si logran llegar a fin de mes. Si, todas esas lucas que nos faltan o que se nos van rápidamente de las manos terminan en los bolsillos de estos caballeros y estas señoritas de traje fino y elegante que lucran hasta con el agua que tomamos día a día.
Pero, por su parte, ellos no respetan las leyes; si no me cree, recordemos el caso Penta, el caso Larraín o el caso Caval, en donde todos sus involucrados hoy gozan de libertad o están cómodamente disfrutando de sus gigantes mansiones. También evaden los impuestos; si cree que miento, pregúntele a la señora del negocio de la esquina o del carrito de completos y probablemente comprobará que pagan más impuestos que cualquiera de las empresas que en uno o dos días ganan lo que un trabajador obtiene en un año de sacrificado trabajo. Todo lo anterior es porque las leyes no son neutrales, tampoco lo son quienes las escriben, tampoco quienes las aplican; Si duda de aquello, dígame por que quienes roban millones están libres (como en el reciente caso de los ejecutivos farmacéuticos coludidos que fueron absueltos) y quien roba un saco de papas o vende CD’s piratas está preso en la cárcel. Eso, estimados y estimadas, es porque los pobres estamos obligados a respetar las leyes pero los ricos pueden eludirlas con facilidad ya que este sistema está diseñado a su justa medida. Aquello se llama corrupción, se llama injusticia y se llama desigualdad, conductas antidemocráticas que rigen nuestra supuesta “democracia”.
Entonces, yo me pregunto muy seriamente ¿Porqué estos corruptos se quejan cuando en las calles la gente protesta con rabia, si esta misma rabia la han engendrado los mismos que hoy gobiernan Chile? Para ellos es fácil pedir calma, cuando son ellos mismos lo que disfrutan de sus comodidades gracias a los problemas que nos obligan a manifestarnos. Lo que si tengo claro es que con lo que han declarado nos han dado una bofetada que nos exige salir nuevamente a la calle. Con esta vuelta de espalda hacia los estudiantes y trabajadores de la educación, esta clase podrida y corrupta representada en el Congreso y el Gobierno están pidiendo a gritos que los trabajadores y trabajadoras de Chile les demos vuelta la espalda.
Quizá esa sea la gran respuesta a nuestros problemas: botarlos a la basura, prescindir de ellos para así avanzar de una vez por todas hacia la vida digna que merecemos y que estos ladrones de terno y corbata nos han negado a lo largo de la Historia. Ahora bien, lo que han enseñado los profesores y profesoras de Chile es que la dignidad no la obtendremos de la mano del patrón ni a través de la “buena voluntad” de este turbio gobierno; Nuestra dignidad sólo lo recuperaremos luchando, hasta que de una vez por todas se nos haga costumbre.