Alejandro Hernández era el profesor más cercano a los estudiantes de la Escuela de Trabajo Social de la UTEM, hasta que el 2012 un informe de Contraloría develó su trabajo adicional en la ANI, desatando un vendaval de dudas y temores.
En los pasillos de la Escuela de Trabajo Social de la UTEM todavía se respira la desconfianza. El escándalo explotó el segundo semestre del año pasado cuando un informe reservado de la Contraloría alertó que uno de los profesores de planta de la casa de estudios estaba contratado al mismo tiempo en la Agencia Nacional de Inteligencia. En la Universidad reconocen que no sabían de la otra actividad de Alejandro Hernández Suárez.
“Él me había dicho que estaba cesante, por lo que me preocupé de darle más horas de clases. Entonces cuando me enteré de esto me sentí engañado, me di cuenta que me estaba mintiendo”, confidencia Rafael Pizarro, Director de la Escuela de Trabajo Social, quien agrega que al enterarse de sus otras actividades le solicitó la renuncia: “Se filtró esta información y a mi me pareció que era incompatible su trabajo en la Agencia con la docencia aquí en la Universidad. Yo tengo que velar porque nadie se sienta inhibido de expresar sus ideas, sean de izquierda o derecha”.
Era julio del 2012 y Hernández abandonaba las cátedras que dictaba en la UTEM. En un comienzo la información se manejó con cautela y nadie supo bien por qué uno de los docentes más cercano a los estudiantes se alejaba del plantel. “En un comienzo los estudiantes me culparon por haberlo echado, él era muy querido”, indica Pizarro.
Uno de los dirigentes estudiantiles de la carrera, quien prefiere mantener su identidad en el anonimato, corrobora la cercanía que el ex profesor tenía con el alumnado: “Sus cátedras de teoría política eran muy interesantes y era uno de los profes más cercanos a nosotros. No se situaba desde la jerarquía. Además se mostraba preocupado de nuestra vida personal y respetaba nuestra forma de pensar. Había más confianza que con otros profesores, ahora me arrepiento de haberle contado algunas cosas”.
Tanta era la cercanía de Hernández, que los estudiantes más politizados de la carrera siempre lo llamaban para que guiara sus tesis. Uno de ellos lo explica así: “Todos lo considerábamos cercano, era el menos amarillo”.
Algunas de las tesis que guió el funcionario de la ANI fueron: “Subversión y Delincuencia. Aproximación al rol del Trabajo Social, frente a la ideología, la hermenéutica y la praxis rebelde”; “El hiphop como espacio de organización y resistencia de los jóvenes poblacionales” y otros estudios de pre grado relacionados con la organización comunitaria y los centros penitenciarios.
Cuando a fines del segundo semestre se filtró en la comunidad universitaria la real razón del alejamiento de Hernández de la docencia; abundaron los rumores, temores y preguntas. ¿Qué labor cumple el ex profesor en la Agencia Nacional de Inteligencia?
En conversación con El Dínamo, el ex profesor universitario reconoce su labor en la ANI, pero descarta ser un agente: “Agente no es un término correcto, porque no está definido así en la ley ni dentro de lo que nosotros como profesionales hacemos”, a lo que agrega que su trabajo se limita a realizar análisis, los que afirma están relacionados con “la prospectiva y análisis estratégico”.
A continuación aclara que sigue ligado a la UTEM: ”Yo coordinó el Magíster en el Programa de Estudio de Política Pública, especialmente en lo vinculado con la prospectiva y análisis estratégico, que es lo que yo hago en mi pega”.
Efectivamente, en la Universidad asumen que Hernández continua ligado a la institución: “El señor Alejandro Hernández Suarez se encuentra actualmente contratado a honorarios, ejerciendo como coordinador del Magíster en Políticas Públicas y Seguridad Ciudadana del Programa de Estudios de Políticas Públicas de nuestra Universidad, donde no realiza labores de docencia”, señalan en un comunicado desde el Gabinete de Rectoría UTEM.