La historia tras la Dorito: No todas las golondrinas vuelven a casa

Por Verónica Urrutia * La muerte de Isidora González, joven punk de Nonguén, aún tiene consternados a familiares, punks y activistas feministas que esperan una resolución en este caso que, envuelto en un ambiente de trasnoches, aún no concluye. ¿Es que a todos los punks los pueden atacar sin que nadie alce la voz? La calle y el exceso golpea duro a quienes prefieren abandonar sus hogares y lanzarse a conocer otras ciudades, amistades o la fatídica vida del “rock and roll”. Bajo el humo blanco y litros de licor, los pasos de Isidora González Rojas, la hija mayor de Karem y “Pistola”, un antiguo punk penquista, se hacían notar. Dulce, tierna, amante de los animales y amante del “chocorron”, económico trago compuesto de leche con chocolate y ron barato, el recuerdo de su voz de ardilla llamando a su hermana Rayen entre las paredes del Bar La Trinchera de Concepción, aún vive. Hace tres años, en 2014, Isidora decide viajar por Chile, haciendo de sus destinos frecuentes y favoritos, las ciudades de Curicó, Santiago, La Serena e Iquique donde compartió con otros punks y su pololo de entonces, “el Pelao Ángel”. Con él no sólo recorrió el país, también conoció la violencia, el engaño, el desprecio y la traición. Estando en Iquique, la Dorito –como le decían sus cercanos- con esos altos y bajos emocionales producto de la lejanía y la fiesta interminable, decide “bajar”, acercándose cada vez más a Concepción. La penúltima parada fue Melipilla, donde conoció a Guillermo Atenas Cornejo, de 33 años, esquizofrénico y adicto a la pasta base. “Ya me quiero ir de Melipilla” El 2 de agosto de 2017 fue el último contacto de Isidora con sus amigos y familiares. Días antes había comentado que “el Atenas” le había pegado, que estaba cansada. Sus amigos le ofrecieron ayuda; que volviera a Concepción. Algunos pretendían enviar pasajes, pero el entorno en que se encontraba la joven era demasiado vertiginoso. Nadie confía en adictos y el basuco ha vuelto a ser la droga de moda en Chile, atrapando a todos los que le rodeen. Conseguirla es fácil, basta darse unas vueltas por las calles de Concepción para encontrarla de día en plena Plaza Perú, en las cercanías del Estadio Collao o de la Laguna Las Tres Pascualas. Las malas amistades que rodearon a Doro hicieron de estos recorridos una rutina diaria. La misma que en Iquique, la misma de Melipilla. Una madre y hermana preocupadas no fueron suficientes para que reflexionara sobre el peso que estaba llevando en sus hombros. Difícilmente Isidora podría escapar de ese círculo vicioso si sus propios amigos, a veces la dejaban sola para poder obtener el polvillo; sola en la calle a las 2 de la mañana, resistiendo el frío y los peligros de la noche con una caja de vino. El 5 de agosto sus cercanos esperaban a Isidora en Santiago para una actividad musical organizada por jóvenes del movimiento subterráneo Metalpunk de esa región; el 2 de septiembre también, pero no había señales de ella. Empezó, entonces, una campaña por Facebook para saber sobre su paradero lo que creó conflictos entre los mismos jóvenes: algunos apoyando su búsqueda, otros dándola a suertes, que la droga y el carrete la tenían cegada y no había de qué preocuparse. Error. Este no es el primer caso al que las personas le bajan el perfil porque aparece la palabra punk. El errado concepto de que los miembros de este movimiento son personas peligrosas, que están bebiendo toda la tarde en las céntricas calles de la ciudad, peleando y pidiendo dinero -lamentablemente es el ejemplo que supuestos seguidores de esta ideología muestran para justificar la fácil vida de la calle,- dejando de lado y bajando el perfil a quienes luchan día a día contra la represión del Estado, como por ejemplo en casas Okupas, donde no solo participan punks. También invitan a la población a ser parte de ella, ofreciendo talleres para niños y adultos, bibliotecas, huertas y espacios para desarrollar el ámbito musical. Otros participando en agrupaciones animalistas, escribiendo fanzines (revistas de bajo presupuesto que contienen literatura) o también tocando en bandas. Es la otra cara de los integrantes punk que viajan a otras ciudades sin pedir dinero a cambio, sólo para llevar el mensaje a través del país y del mundo. Estos malos ejemplos han sido los culpables de que la sociedad crucifique al punk, al ser, y que la justicia le baje el perfil a todo tipo de situaciones que los involucre. El único caso de asesinato a punks que llegó a buen término es el de Camilo Navea, joven porteño de 18 años y estudiante de veterinaria. Murió en la plaza Aníbal Pinto de Valparaíso por defender a un perro golpeado por un vendedor de sopaipillas, quien le propinó una mortal cuchillada. Camilo murió por su ideal animalista y gracias a la insistencia de familiares y del movimiento, el autor del crimen fue formalizado por homicidio. No así los jóvenes que han sido atacados por neonazis, por parejas, por otros sectores políticos. 7 de septiembre de 2017 La mañana del 7 de septiembre era soleada. En la Región Metropolitana los rayos entibiaban el ambiente gélido y entre gatos, plantas y resacas, los punks de Chile se enteraban de que habían encontrado un cuerpo a orillas de un canal de regadío, en el fundo Camarena, en la localidad de Huechún, Melipilla En ese momento, el capitán Alfredo Rodríguez, subcomisario de los servicios de la 24° comisaria de Carabineros de Melipilla, anunciaba que el cuerpo de la mujer no tenía extremidades, estaba amordazado con una bufanda y, además, su piel estaba acartonada producto de la sobreexposición al sol. La invasiva imagen en los noticieros de televisión del tatuaje en forma de golondrina en el cuerpo encontrado habló por sí mismo: encontraron a Isidora. En menos de 24 horas se formó una cadena de información entre Melipilla, Santiago y Concepción, entre punks y contactos de la PDI que podrían ayudar a acelerar el proceso de reconocimiento del cadáver. Guillermo Atenas habría asesinado a Isidora, apuñalando, descuartizando y ocultando su cuerpo en bolsas de basura. Hoy, se encuentra en prisión preventiva por cuatro meses, plazo de la investigación dispuesto por el Juzgado de Garantía de Melipilla. Pero el homicida no habría actuado solo. Un tal Patatín y una mujer habrían sido cómplices de este macabro acto que acabó con la vida de Isidora González de 23 años. La pareja no ha sido capturada por Investigaciones ni Carabineros, pero por datos de un vecino de Melipilla, que se encuentra asustado por la presencia de éstos cerca de su casa, se podría saber realmente qué fue lo que sucedió ese fin de semana, después de que Doro asistió a una tocata punk en Melipilla. Con fecha de 10 de octubre el Juzgado de Garantía de Melipilla declaró admisible la querella interpuesta por la abogada Yanise Núñez Leiva, en representación del Sernam por el delito de femicidio en contra de Atenas Cornejo. De acuerdo a la legislación chilena el delito de femicidio es la muerte violenta de una mujer a manos del marido, conviviente, ex marido o ex conviviente. Doro convivía con Atenas desde hace un par de meses. Muchas interrogantes persisten tras este macabro episodio. Familiares destrozados por la pronta partida de la Dorito, quienes en su funeral ofrecieron palabras y amor hacia ella; punks que piden a gritos que alguna vez la muerte de uno de ellos sea aclarada y sancionada como corresponde por los tribunales, comparando el asesinato de Isidora con la masacre en el concierto de Doom. En este episodio, en el Centro de eventos Santa Filomena, en la intersección de San Francisco con Alameda, Santiago, el 16 de abril del 2015, no hubo culpables y el responsable de la muerte de cinco jóvenes, entre ellos un menor de edad, sigue en libertad, organizando conciertos y creando estafas bajo la consigna del antifascismo. Las agrupaciones feministas siguen haciendo hincapié en las grandes olas de femicidios y llamando a tomar conciencia de lo macabro de este hecho. Consuelo Herrera Monsalve, estudiante de Sociología de Universidad de Concepción y activista del cordón feminista penquista dice: “Ella sí fue asesinada por ser mujer, mujer pobre, no acomodada porque quiso explorar otros caminos y llegó a un círculo donde se suponía que sería aceptada, pero terminó siendo reprimida y violentada igual que en cualquier otro espacio de esta sociedad.”   *Publicado originalmente en https://issuu.com/ucscconcepcion/docs/penquista_163__1_-final?e=2146311%2F54389909
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