El Estadio Collao fue reinaugurado el pasado jueves, con cuatro horas de retraso debido a las múltiples protestas sociales con que Concepción recibió nuevamente a Bachelet, en medio de un violento y desproporcionado actuar policial.
Más de 30 mil millones de pesos costó la remodelación del Estadio Municipal de Concepción, popularmente conocido como el Estadio Collao, una cifra superior a lo que se gasta en la construcción de estadios completamente nuevos. Recordemos que antes de la remodelación diversos ingenieros y arquitectos hicieron ver su opinión sobre el desgaste del recinto deportivo que lleva a su haber dos terremotos: 1960 durante su construcción y el reciente del 2010. A ello se suma que el Estadio nunca fue concluido del todo y las estructuras que no quedaron del todo protegidas, por lo que se evaluaba un peligro desgaste de las estructuras.
Para entender esta obscena danza de millones en una simple remodelación, hay que entender que el Estadio fue adjudicado para su remodelación por una empresa constructora española: COPASA, esas empresas españolas de poderoso “lobby político” que se adjudicaron otras obras en la región, todas ellas inconclusas hasta hoy, excedidas en los tiempos y en los precios, como la Ruta 160 entre Concepción Arauco, el Puente “Callampa” sobre el río Bio Bio que inicio su construcción tras el terremoto y la ruta a Cabrero. A estas obras de constructoras españolas podemos sumar las del puente basculante en Valdivia y otras a los largo de nuestro país, y que por si solas han demostrado que tras ellas hay una complicidad corrupta de autoridades políticas que adjudicaron licitaciones hechas a la medida para saquear al fisco de Chile.
El Estadio de Collao fue una obra que costo más de 30 mil millones, pero los obreros que trabajaron en ellas recibieron sueldos de 250 mil pesos, no contaban con condiciones dignas ni siquiera para comer, la horas extraordinarias, casi obligatorias se pagan a 1.300 pesos y para más aún se les despedía sin bono ni finiquito utilizando una forma contractual precarizante para los trabajadores de la construcción.
Sin embrago, la construcción del Estadio Collao es obscena además, porque con una presidenta que sufrió prisión política y una ministra del deporte con origen de izquierda y que por lo demás es de Concepción, olvidó un espacio de Memoria Histórica en este recinto deportivo que vio pasar cientos de trabajadores, estudiantes y pobladores de nuestra región detenidos y torturados en el lugar, espacio que si contemplo la remodelación del Estadio Nacional en Santiago. Este mismo hecho resulta más obsceno al observar las situaciones laborales denunciadas durante su construcción las dos paralizaciones de obras que realizaron los trabajadores y contra las cuales se unieron a los intereses empresariales en forma descarada y beligerante autoridades políticas municipales, regionales y nacionales.
Es de esperar que entre otras cosas el estado se haga cargo de invertir algo menos que eso en recuperar estadios que se han destruido en la comuna como el Penco o que permanecen en estado deplorable como el de Schwager, o algo más fácil aún: que se recupere el Estadio Atlético Municipal de Concepción ubicado en la misma avenida Collao, apropiado por los milicos en las postrimerías de la dictadura militar, donde hoy esta instalada una universidad privada, torres de telefonía celular, entre otros negocios que se realizan con este recinto que los deportistas de la región reclaman sea devuelto a la población o al Ministerio del Deporte.
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