Por Joaquín Pérez / resumen.clAgencias internacionales también han hecho eco de la situación de conflictividad que, actualmente, se vive en el Gulunmapu (territorio Mapuche bajo ocupación del Estado de Chile), ello tras el asesinato del comunero Camilo Catrillanca por efectivos policiales el pasado miércoles 14 de noviembre en la comuna de Ercilla.
Según las cifras del propio Ministerio del Interior, en tan sólo 8 días, desde el mismo miércoles 14 al jueves 22 de noviembre, se habían realizado más de 100 acciones de protesta asociadas a comunidades mapuches. Este balance entregado por el Subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla, da cuenta de una magnitud política mucho mayor a las provocadas tras emblemáticos asesinatos de otros mapuches los últimos años como Álex Lemún (12 noviembre 2002) o Matías Catrileo (3 de enero 2008).
Para el Estado la cuestión es aún más preocupante, las acciones lejos de detenerse, continuaron con posterioridad al día jueves y no hay visos que la movilización disminuya, teniendo en cuenta que tradicionalmente el conflicto se agudiza entre los meses de noviembre a enero, entre otras cosas, porque muchas acciones son reivindicadas en recuerdo a estos mapuches asesinados.
A ello se suma la reunión realizada en Temucuicui este sábado, en que diversas comunidades consensuaron decretar un mes de rebeldía en territorio mapuche.
También se debe señalar que la solidaridad de la sociedad chilena a través de diversas manifestaciones de protesta ha sido mayor que en ocasiones anteriores, incluyendo acciones de sabotaje en el propio Santiago con quemas de 3 buses del Transantiago. (Providencia, Pedro Aguirre Cerda, Peñalolén), una camioneta policial y un vehículo municipal.
La cifra de acciones en tan sólo 9 días es más alta que el recuento anual de los años 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008.
Y si sumamos a estos 100 hechos los 87 registrados antes del asesinato del comunero de Temucuicui, este año 2018 ya supera lo registrado los años 2010, 2011, 2016 y 2017. Faltando, como señalamos, todas las acciones que se desarrollarán en las próximas semanas, de aquí a fin de año, periodo que tradicionalmente se eleva la actividad, en un año en que tras el anuncio del Plan Araucanía del gobierno de Piñera, las estadísticas policiales hablaban de una disminución de los acontecimientos de resistencia mapuche, estadísticas que coincidían con el barómetro de la Multigremial de la Araucania, situación que dio un giro en 180° con el asesinato de Catrillanca, pues hará concluir este año como uno de los más conflictivos desde el inicio de este último proceso de lucha de comunidades mapuches, iniciadas precisamente en noviembre de 1997.
Este 2018 concluirá con cifras tan altas como los años de mayor conflicto: 2009 (224 acciones); 2012 (309 acciones); 2013 (250 acciones); 2014 (289 acciones); 2015 (298 acciones), pero considerando que cualitativamente los hechos de este 2018 han sido mucho mayores a los de años anteriores.
El volumen y la magnitud de lo ejecutado en tan pocos días no tiene precedente contemporáneo en la historia del pueblo mapuche, probablemente, desde la derrota del último gran levantamiento en noviembre de 1881.(*)
Sin duda la constatación de esta realidad obligará a todos los actores -chilenos y mapuches- a replantearse los términos en los cuales visualizaban lo que desde el poder se han denominado como el “conflicto mapuche”: es la semana mas candente en 137 años al sur del Biobío.
(*) Mapuches comandados por los lonko Esteban Romero (Truf-Truf), Melivilu (Maquehue), Epul (Tromen), Lienan (Temuko), Marileo Kolipi (Purén), Epuleo (Victoria), Millapán y Necul Painemal (Chol-Chol), Ñanco (Tirúa), Painecur (Tolten), Neculman (Lonquimay) y Namuncura (puelche), Neculman (Boroa) desarrollan una serie de ataques a los fuertes chilenos de Lumaco, Imperial, Tirúa, Galvarino y Temuco. Acciones que se prologaran entre el 5 de noviembre y el 10 noviembre de 1881.