Un estudio publicado por la Revista de la American Medical Asociation examinó la asociación entre la soledad y el riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson (PD). La soledad es un fenómeno complejo que puede tener un impacto significativo en la salud física y mental de las personas, señala. Sin embargo, su relación con afecciones neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson, no se comprende completamente.
En la investigación de Antonio Terracciano, PhD, del Department of Geriatrics, Florida State University College of Medicine, se recopilaron datos de un estudio de cohorte basado en la población que incluyó a 491,603 individuos del Reino Unido con edades comprendidas entre los 38 y 73 años. Estos individuos fueron seguidos durante un período de 15.58 años, y durante este tiempo, 2,822 participantes fueron diagnosticados con enfermedad de Parkinson. Los datos revelaron que aquellos que informaron sentirse solos tenían un mayor riesgo de desarrollar PD en comparación con aquellos que no informaron soledad. Esta asociación se mantuvo incluso después de ajustar por factores demográficos, socioeconómicos, de salud física y mental, aislamiento social y otros posibles factores de confusión.
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Los resultados demostraron que la soledad estaba asociada con un riesgo un 25% mayor de desarrollar PD en comparación con aquellos que no informaron sentirse solos. Además, este riesgo adicional no se vio afectado por variables como sexo, edad o factores genéticos de riesgo para la enfermedad de Parkinson. Se encontró que la asociación entre la soledad y la PD era más fuerte en el grupo de personas seguidas durante un período de 5 a 15 años en comparación con los primeros 5 años.
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El estudio tiene ciertas limitaciones, incluyendo la medición de la soledad con una sola pregunta, que no considera la gravedad o duración de la soledad. Sin embargo, esta pregunta ha demostrado ser válida en estudios previos. Además, la medición de la enfermedad de Parkinson se basó en registros de salud y autorreportes, lo que podría haber llevado a cierta subestimación de los casos.
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para la salud pública y la práctica clínica. La soledad es un problema común, especialmente entre los adultos mayores, y la enfermedad de Parkinson es una afección debilitante que afecta a esta población. La identificación temprana de la soledad y la evaluación de la salud cerebral podrían ser útiles para identificar a las personas en riesgo de desarrollar PD. La detección temprana es clave para intervenir tempranamente y reducir la carga de la enfermedad de Parkinson en la población.
El estudio proporciona evidencia sólida de que la soledad está asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson. Aunque se necesitan investigaciones adicionales para comprender completamente esta relación y sus mecanismos subyacentes, estos hallazgos destacan la importancia de abordar la soledad como una estrategia de prevención para la enfermedad de Parkinson y otras afecciones de salud. Al reducir la soledad y fortalecer las conexiones sociales, podemos potencialmente mitigar el riesgo de desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa.
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