Por Alejandro Baeza
Durante estos últimos días, tanto por quienes trajeron a Chile y defienden la existencia del autodenominado “bus de la libertad” como por las tristes intervenciones en ambas cámaras del congreso en la discusión del proyecto de aborto en 3 causales de quienes se oponen a su aprobación, uno de los conceptos más utilizados y que insistentemente intentan instalar como idea fuerza en el debate público es lo que estos grupos denominaron como la imposición de la “ideología de género”.
¿Dónde nació esta idea? ¿Es realmente una ideología, así como estos grupos que por motivos religiosos se atrincheran? El ejercicio de definir “ideología” en una columna de opinión en un medio de prensa resultaría un trabajo infructuoso, pues hay tesis enteras de filosofía dedicadas al respecto, pero a modo resumen, tanto desde un punto de vista epistemológico, como político o sociológico, la llamada “ideología de género” es un concepto inexistente dentro de las ciencias sociales a nivel internacional y es así de simple. En Chile -según palabras de la profesora Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Santiago (USACH), Dra. Yanira Zúñiga- desde el punto de vista académico, quién más ha intentado instalar este concepto ha sido el profesor Hernán Corral de la Universidad de Los Andes, institución públicamente ligada al Opus Dei.
El objetivo de su creación, además de seguir instalando la idea de que cualquier trámite que busque legislar un tema que no calce con sus valores o religión sería un imposición, busca como propósito el denostar las reivindicaciones y demanda de derechos tanto de las agrupaciones en defensa de la diversidad sexual, así como de las demandas de las mujeres y del avance de las teorías feministas en el marco permanente por parte de ciertos sectores de derecha de automarginarse imaginariamente de las ideologías, asignándole a éstas una carga negativa, pues asumen sesgadamente estar libre de ellas al recibir sus conocimientos de una fuente superior (dogma), y que por ende en su cabeza se construye como objetiva y libre de toda interpretación “humana”. Los ideólogos de la derecha más conservadora ligada en gran medida a grupos ultra católicos como el Opus Dei y concomitante por cierto con la ideología del libre mercado que plantea tesis parecidas en esta materia, asumen como “ideológicas” a todas aquellas posturas que ellos no comparten o a las que derechamente se oponen. Un ejemplo claro de ello pudimos ver durante el agitado 2011 cuando en los debates y discusiones trataron de deslegitimar al movimiento estudiantil catalogándolo como “ideologizado”. A este respecto me atrevo a sostener que la tarea de Jaime Guzmán sigue dando frutos en Chile, fueron sus posturas las triunfantes en la restauración conservadora de la dictadura cívico-militar encabezada por Pinochet; sus teorías socio-políticas de las que son herederos principalmente en la UDI, sostienen la idea de que fue la ideologización lo que destruyó al Chile pre-golpe, y que por ende la UDI y sus preceptos que lo sostienen serían un partido de nuevo tipo, político sin ser políticos, por sobre la derecha y la izquierda, siendo poseedores de una verdad objetiva y neutra, claro, sólo los militantes de la UDI y los simpatizantes del guzmanismo son capaces de creer estas ideas irrisorias, por eso no me fue tan extraño cuando el año pasado Hernán Larraín se ofendió y sostenía vehementemente que su partido no era de derecha, sin ideología… limpio.
Para concluir esta breve columna, no hay ningún debate teórico ni académico en el mundo que permita hablar con propiedad de una supuesta “ideología de género”, menos aún de una campaña orquestada para su imposición, sin embargo, será éste uno de los principales argumentos que seguirán utilizando en debates futuros pese a su total carencia de peso teórico e incluso de sentido.
*Fotografía original de peru21.pe