Hoy 27 de febrero de 2018 ha fallecido Theotônio dos Santos. Nacido en 1936 en Carangola, Brasil, de profesión Sociólogo y Administrador Público, dos Santos sin duda será recordado como uno de los intelectuales y economistas latinoamericanos más importantes de nuestro tiempo. Su aporte no fue menor: junto a Andre Gunder-Frank, Ruy Mauro Marini, Vânia Bambirra, entre otros, formularon la denominada Teoría de la Dependencia.
Luego de la gran crisis capitalista de 1929 y de la II Guerra Mundial, se comienza a imponer en la mundo la idea keynesiana de “desarrollo” como el modelo económico capitalista dominante. En la región latinoamericana, el esfuerzo de adaptar este modelo a las especificidades sociales, productivas, políticas y culturales del contexto local es liderado por la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe -CEPAL-, con sede en Santiago de Chile. En ese esfuerzo la CEPAL introduce categorías conceptuales valiosas para interpretar nuestra condición económica como el binomio desarrollo/subdesarrollo que da cuenta de una relación asimétrica entre países centrales y periféricos. Pero pasan los años -y las décadas- y la aplicación práctica de la propuesta cepaliana resulta insuficiente: no se lograba salir del subdesarrollo y alcanzar el pleno desarrollo de los países centrales como se tenía previsto.
Como respuesta, durante los años 60 del siglo pasado, desde Brasil, un puñado de científicos sociales fuertemente influidos por lecturas sistemáticas de El Capital de Karl Marx -entre los que Theotônio dos Santos fue el pionero-, elabora una propuesta crítica que intenta superar las limitaciones y contradicciones de las recetas del modelo capitalista desarrollista aplicado por ese entonces en nuestro continente. Instalados en el experimental Centro de Estudios Socio-Económicos (CESO) de la Universidad de Chile luego del golpe de estado brasilero en 1964, los teóricos de la dependencia tomaron las categorías de la CEPAL para llevarlas más allá y postular una teoría que, en términos generales señaló que el subdesarrollo no es una etapa previa al desarrollo, sino que se trata de una condición que se mantiene mientras exista la explotación y saqueo económico de unos países sobre otros, es decir mientras exista una global desigualdad. Eso en una dimensión estrictamente económica, no obstante los alcances de esta teoría tenían un impacto aún más profundo.
En su trasfondo, la Teoría de la Dependencia se levantaba como una crítica filosófica al pensamiento económico moderno en general. Cuestionaba tanto a economistas marxistas ortodoxos como a los defensores del libre mercado al rechazar una concepción lineal de progreso económico e invitaba a plantear soluciones propias para nuestras condiciones históricas y regionales. Esta crítica sigue vigente en nuestros días. Porque urge una actitud de sospecha frente a un modelo económico que, tal como el viejo modelo desarrollista, se presenta como el mejor de los modelos posibles, pero en pleno siglo XXI no es capaz siquiera de resolver el problema del hambre o el empleo en el sur global. Y porque urge una actitud de cuestionamiento frente a un modelo que, como antes lo hiciera la fórmula mágica de la “salida del subdesarrollo”, ahora nos intenta calmar con la liturgia de “más y más crecimiento” mientras lo único que crece es la desigualdad.
La urgencia de estas actitudes son muestra de que, pese a que ya no esté entre nosotros, es importante tener presente a Theotônio dos Santos.