El siguiente es el primero de una serie de micro reportajes titulados “Que el conocimiento Fluya como el Agua” que abordarán la situación de diferentes cuerpos de agua en el Biobío y otros territorios. Todo bajo el objetivo de divulgar el conocimiento científico y socioambiental en la población y las comunidades.
Por Esteban Flores Haltenhoff *
En enero del año 2020 se declararon 3,34 km2 como Santuario de la Naturaleza en San Pedro de la Paz, estos incluyen la Laguna Grande y parte del Humedal Los Batros. Voces gubernamentales regionales y comunales celebraron usando frases como “se trata de más de 330 hectáreas de un territorio que hay que cuidar, y con esto se dan las condiciones para ello” o “esto va a beneficiar a todos los vecinos, y si bien no podemos revertir el cambio climático, este tipo de acciones ayudan a detener, que no avance más”.
Qué más quisiéramos que unirnos a celebrar avances en la protección de la ecología de nuestros territorios con frases tan felices e ideales como esas, pero la realidad nos exige ir mucho más allá en nuestras intenciones y decisiones si queremos “cuidar” la ecología y las formas de vida humanas, animales, vegetales, o “detener” el daño sobre este sistema hídrico. Para sostener esta visión crítica procederé a contarles, basándome en investigaciones realizadas en estas lagunas, cómo funciona ecológicamente el sistema lacustre urbano de San Pedro, cuál es su estado actual y cómo se proyectan los efectos sobre su calidad ecológica de la urbanización descontrolada.
[caption id="attachment_66253" align="alignnone" width="760"] Laguna Grande y Humedal Los batros, a un costado el desarrollo inmobiliario invadiendo el humedal[/caption]
Sistema lacustre urbano de San pedro de la Paz
Un sistema lacustre es una serie de cuerpos de agua (lagunas, lagos, humedales) que están conectados en secuencia y que el agua recorre desde su inicio hasta su final de forma natural. En ese sentido el sistema lacustre urbano de San Pedro, está compuesto por la cuenca de la Laguna Chica (4.5 km2) es decir, los cerros que alimentan a la laguna, ya sea con el agua que escurre por la superficie cuando llueve o por las napas subterráneas que alimentan la laguna durante el año; la cuenca de la Laguna Grande (12,7 km2), y el gran humedal Los Batros que conecta este sistema con el río Biobío.
Durante los últimos años las organizaciones territoriales han logrado volver de conocimiento general que la Laguna grande de San pedro, cuando su nivel sube mucho producto de las lluvias, libera sus aguas hacia el río Biobío a través del humedal Los Batros, evento que ocurría principalmente entre mayo y noviembre según nos cuenta Oscar Parra en una de sus publicaciones, ya en el año 1989.
Pero es mucho menos conocida la conexión entre la Laguna Chica (área de la superficie de agua 0,82 km2, Profundidad máxima 18 m), y la Laguna Grande (área de la superficie de agua 1,55 km2; Profundidad máxima 13,5 m). Cuando los eventos de lluvia son muy intensos, la Laguna Chica sube su nivel y estas aguas se liberan hacia la Laguna Grande por antiguos humedales que fueron canalizados a través del canal Michimalonco, como también nos contaba Parra, hace más de 30 años.
Por lo tanto, cuando hablamos de proteger la ecología de este sector, no sólo debemos hacerlo de los rellenos invasores y la basura que se tira al agua, sino también debemos proteger la calidad del agua que lo alimenta desde las cuencas y que viaja a través de este sistema lacustre, generando un efecto en cadena que se distribuye desde los cerros que alimentan la Laguna Chica, luego va hacia la Laguna Grande que luego alimenta al humedal los Batros y que termina drenando al río Biobío.
[caption id="attachment_91153" align="alignnone" width="1280"] Desarrollo urbano e inmobiliario en la ribera de la Laguna Chica[/caption]
Historia del sistema lacustre urbano de San Pedro de la Paz
Como nos cuenta Urrutia y su equipo, en el año 2000, la historia escrita sobre este sector identifica los primeros impactos importantes en este sistema lacustre cerca del año 1570, cuando las tropas españolas comienzan la “colonización “ de la ribera sur del Biobío transformando zonas de bosque nativo en zonas agrícolas mediante quemas y talas y que se intensifican con la construcción del fuerte San Pedro desde 1603.
Durante 250 años este proceso no logró expandirse demasiado producto de la influencia mapuche en la zona que evitó el avance, pero desde 1850 con la avanzada militar chilena sobre el Wallmapu se produce un nuevo boom agrícola asociado a la demanda de cereales que se produce en Estados Unidos producto de la fiebre del oro, transformando nuestra zona en uno de los principales productores de grano, aumentando las quemas de mayor magnitud, destruyendo gran parte de la flora nativa que rodeaba este sistema (arrayanes, boldos, helechos, hongos, etc.) y cambiándolo por intensivo uso agrícola.
Este proceso fue llevado a cabo con prácticas de labranza europea que destruyen los suelos generando grandes tasas de erosión que evitan la regeneración de la vegetación. Dejando, para los años 1900, profundamente dañado todo este sector, así como la cordillera de la costa en general de nuestra región del Biobío.
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En décadas posteriores, se realiza un proceso de reforestación con especies exóticas como pino y eucalipto guiado por la compañía minera de Carbón de Lota, pero que es llevado a sus extremos después de 1973 con el impulso de la industria forestal no planificada facilitada por el DFL 701, impulsado por la dictadura, y que es la causa directa de la ocupación casi completa de nuestro territorio por la industria de celulosa.
Esta suma de procesos, ha modificado la cubierta vegetal de nuestros cerros, ha provocado una disminución de la fauna (insectos, reptiles, anfibios, mamíferos y aves), así como la homogeneización de la flora, destruyendo la esponja minero-vegetal por la gran cantidad de erosión, perdiendo la capacidad de almacenar agua en las napas subterráneas y eliminando los filtros naturales que aseguraban la gran calidad de agua de nuestras lagunas.
[caption id="attachment_91155" align="alignnone" width="1280"] Desarrollo urbano e inmobiliario en la ribera de la Laguna Chica[/caption]
La invasión urbana
Como si la suma de estos impactos sucesivos fuera poco para el sistema, desde los años 60 se debe agregar la influencia de los asentamientos humanos que comienzan a multiplicarse alrededor de los cuerpos de agua y que se inicia con la construcción de la Villa San pedro (1962-1967), perpetuándose como práctica inmobiliaria a lo largo del tiempo, distribuyéndose en el sistema con una gran cantidad de viviendas que se ubican en los cerros de la laguna chica, urbanizaciones ubicadas en los costados del humedal Los Batros y, por sobre todo, con el crecimiento desbordante de Andalué y el Venado que han invadido las cuencas que drenan hacia ambas lagunas.
[caption id="attachment_91162" align="alignnone" width="1273"] Expansión urbana e inmobiliaria sobre el humedal Los Batros[/caption]
Los efectos de la urbanización sobre estas lagunas son conocidos desde los años 80, cuando Parra y sus colaboradores midieron las entradas de agua que se producen desde las zonas urbanas, en comparación a las zonas con vegetación, demostrando que las zonas urbanas, impermeabilizadas por el exceso de cemento, aumentan la cantidad de agua que llega a las lagunas durante las lluvias, agua que en estado natural se guardaría en el suelo y mantendría la humedad durante el año, pero que al correr por las calles encementadas arrastra restos de cigarro, aceite de autos, basura, restos animales, bencina, y otros productos contaminantes que van directamente a nuestras aguas.
[caption id="attachment_91158" align="alignnone" width="1275"] Laguna Grande de San Pedro de la Paz[/caption]
El proceso de contaminación de este sistema lacustre comienza en los cerros de la Laguna Chica, donde existe gran cantidad de casas, que en su mayoría no han contado con sistemas de tratamiento de aguas servidas, dejando sus desechos humanos en los suelos o directamente a la laguna. Esta cantidad excesiva de materia orgánica (heces fecales, restos de papel , y todos los restos humanos) van generando un proceso de exceso de “comida” para las algas, que se reproducen sin control, produciendo desbalances de oxígeno, evitando que entre la luz y dañando el equilibrio de todas las redes ecológicas del sitio, pero también dañando la calidad de agua que sostiene a la fauna y que permite los usos recreativos como la natación o el remo.
Este daño ecológico migra hacia la Laguna Grande a través del desagüe de Michimalonco, donde se suman los efectos de las nuevas urbanizaciones de los cerros, tanto en su proceso constructivo cuando eliminan la vegetación y producen grandes cargas de sedimentos, como durante el habitar humano de estas nuevas poblaciones que, si bien cuentan con plantas de tratamiento para sus desechos humanos, no cuentan con sistemas de filtros que eviten que el agua sucia que corre por sus calles y arrastra sus contaminantes llegue a la laguna, generando cada vez más daño ecológico.
[caption id="attachment_91161" align="alignnone" width="1271"] En primer plano desarrollo inmobiliario, en segundo plano el Humedal Los Batros amenazado por la expansión urbana y vial[/caption]
Acompañado del aumento de la contaminación, el relleno de humedales que rodea las lagunas hace que estos cuerpos de agua tengan cada vez menos capacidad de limpiar el agua (considerando que los humedales son los principales filtros naturales que protegen estas riberas). Así, ésta sale contaminada de la Laguna Grande circula hacia el humedal Los Batros, constantemente amenazado por rellenos y acelerada urbanización, sumando así una infinidad de impactos en esta “nueva zona de protección” que no sólo tiene que ver con lo que pasa en esos 3,3 km2 , sino que es producto de la actividad extractivista e inmobiliaria, que arrastra sus impactos a lo largo de todo el territorio que alimenta a nuestras queridas y vitales reservas de agua.
[caption id="attachment_91156" align="alignnone" width="1280"] Invasión de monocultivo forestal en ribera de Laguna Grande y Desarrollo Urbano / Foto de Maximiliano Pinilla Lopez[/caption]
Amenaza presente y futura
Este proceso de eutrofización antrópica (simplemente exceso de contaminantes producidos por la humanidad y sus actividades), asociado a la urbanización de los cerros que drenan hacia el sistema, fue analizado por Carolina Leal en colaboración con otros investigadores el año 2015, mediante el estudio de las vertientes que entran en la Laguna Grande, fortaleciendo el análisis presentado por Parra ya en 1989, pero que además permite generar escenarios futuros para el sistema lacustre en caso de aumentar la urbanización o de mantenerla.
[caption id="attachment_91160" align="alignnone" width="1267"] Laguna Grande, en los cerros se puede ver la expansión del desarrollo urbano en la cuenca del cuerpo de agua[/caption]
Sus principales conclusiones se resumen en:
Los niveles de contaminantes que llegan actualmente a la Laguna Grande son altos, y explican la deteriorada calidad de sus aguas.
A medida que la cuenca de la Laguna Grande siga urbanizándose, con nuevas expansiones similares a Andalué y Fundo el Venado, se verá que el aumento de nutrientes en la laguna empeorará aún más su calidad del agua,
La cuenca de la Laguna Chica sufrirá procesos de urbanización parecidas y se verá afectada de forma similar; es decir, aumentarán las cargas de contaminantes, lo que podría provocar que la Laguna Grande reciba aún mayores cargas de contaminantes por el desagüe de la Laguna Chica.
[caption id="attachment_66251" align="alignnone" width="760"] Desarrollo urbano sobre el humedal Los Batros[/caption]
Pero probablemente la conclusión que más atañe a las celebraciones de las autoridades locales con el nombramiento de sitio protegido, es que aunque no se propongan nuevas urbanizaciones, la calidad de agua de las lagunas seguirá disminuyendo mientras siga recibiendo las entradas de contaminantes de las urbanizaciones ya construidas, por lo que es indispensable controlar la cantidad de contaminantes que acceden a la laguna mediante sistemas de filtros, donde pudiéramos recomendar humedales artificiales y sistemas de biofiltros, pero también la regeneración de las franjas ribereñas con vegetación nativa.
[caption id="attachment_91159" align="alignnone" width="1271"] Laguna Grande de San Pedro de la Paz[/caption]
Palabras finales
La recopilación de publicaciones que construye este relato deja en evidencia que la utilización no planificada de los territorios produce daños ambientales acumulativos. Asimismo, nos plantea la necesidad de tomar medidas más íntegras para la protección de la ecología y el agua de nuestro territorio e impone el desafío a nuestras comunidades de generar maneras de habitar que respeten todas las formas de vida y que nos aseguren la posibilidad de hacerlo más equilibradamente en nuestro bello sistema lacustre urbano de San Pedro de la Paz.
Para terminar, espero lograr plasmar un concepto clave: proteger la ecología y detener el cambio climático no se logra con protección estética de los paisajes (miradores o “plazas del deporte”), requiere implementar medidas de ordenamiento territorial que permitan recuperar los ciclos naturales, sostenedores de la vida, principalmente el ciclo del agua dulce.
Fuentes
Parra O. (1989) .“La eutroficación de la Laguna Grande de San Pedro, Concepción, Chile: un caso de estudio”. Ambiente y desarrollo.
Urrutia, R., K. Sabbe, F. Cruces, K. Pozo, J. Becerra, A. Araneda, W. Vyverman y O. Parra (2000) “Paleolimnological studies of Laguna Chica of San Pedro (VIII Región): Diatoms, hydrocarbons and fatty acid records”. Revista Chilena de Historia Natural.
Leal C. ( 2015); Impactos del Desarrollo urbano sobre la calidad de agua de la laguna grande de San Pedro de la Paz. Memoria titulo Ingenieria civil Universidad de Concepción
* Esteban Flores Haltenhoff es divulgador científico, ingeniero civil y magíster en ciencias de la ingeniería