Para poder prevenir un problema, hay que saber las causas. Esto, a la hora de enfrentarse a las alergias, no es fácil, porque aún no se sabe el origen. 'Si ya supiéramos mucho, de evitar las alergias, no haríamos investigación. Pero estas enfermedades son cada vez más frecuentes --se habla de epidemia mundial-- y todavía no sabemos cómo evitarlas ', dice Josep M. Antó, director del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental ( CREAL ), co-director del proyecto europeo sobre alergias MeDALL y uno de los máximos expertos mundiales en salud respiratoria y patologías alérgicas.
Estas últimas décadas se han multiplicado las pruebas científicas destinadas a evitar el cáncer o las afecciones cardiovasculares, pero para el asma y las enfermedades alérgicas aún no se han podido encontrar soluciones preventivas claras y efectivas. Y mientras tanto, sigue aumentando el número de afectados en todo el mundo: el crecimiento es continuo desde hace cincuenta años, sobre todo en los países occidentales, y se calcula que entre el 40% y el 50% de los tests hechos a niños de todo el mundo para averiguar las reacciones a los alérgenos más comunes salen positivos.
En vista de esta situación, los científicos muestran dos actitudes bien diferentes. Una es decir que como todavía no hay ninguna evidencia científica del origen del asma y de las alergias, no se pueden dar recomendaciones para evitarlas. La otra es basarse en lo que sabemos a estas alturas para proponer medidas razonables.
Un ejemplo muy interesante es el que ha publicado el programa finlandés de alergias, pionero a la hora de proponer medidas preventivas. El sistema de salud pública de Finlandia considera que, con el aumento exponencial del asma y las alergias registrado estos últimos años, es hora de actuar. Y para ello han creado un programa de diez años (2008-2018) que implica el trabajo en red entre especialistas alergólogos, médicos de atención primaria, profesionales de enfermería y farmacia y campañas informativas para llegar al público en general .
Se centra, sobre todo, en una serie de recomiendo aciones para toda la población orientadas especialmente a aumentar la tolerancia contra los posibles desencadenantes de las alergias. Pero en realidad son también indicaciones generales de hábitos saludables. Mal no harán, pues.Aunque todavía hay pocos datos, los primeros resultados ya indican algunas mejoras. Por ejemplo, estos últimos años se han reducido las visitas a urgencias y los días de hospitalización por causas relacionadas con el asma en Finlandia, pero hay más tiempo para saber si este plan innovador sirve para reducir la aparición de las alergias.
Sea como sea, la iniciativa ya ha sido ampliamente aplaudida por expertos de algunos otros países y, a través del programa europeo MeDALL, estas recomendaciones podrán ser exportadas a Noruega y, previsiblemente, en toda la Unión Europea.
Las recomendaciones de Finlandia
El programa finlandés de prevención de alergias incluye ocho grandes recomendaciones:
1. Promover la lactancia materna. El señalan como medida más importante. Recomiendan de no introducir los alimentos sólidos hasta el cuarto mes o, si es posible, el sexto. Es la misma recomendación que hace, de hecho, la Organización Mundial de la Salud, dados los beneficioscomprobados en la salud y el desarrollo de los niños que pueden alimentarse de leche materna, también por lo que respecta a la fortaleza del sistema inmunitario.
2. No evitar la exposición ambiental sistemáticamente. No hay que evitar siempre los pólenes, determinados alimentos o los animales como medida preventiva, a menos que lo haya indicado muy claramente el médico. Es más recomendable de encontrar el equilibrio entre evitar las situaciones de riesgo y mantener una buena calidad de vida. El contacto habitual con los elementos que pueden desencadenar alergia aumenta la tolerancia y da pie a detectar los posibles casos de reacciones adversas.
3. Reforzar el sistema inmunológico, mejorando el contacto conambientes naturales : áreas verdes, bosques, el campo, etc. Aunque todavía faltan más estudios que puedan confirmar esta influencia --y se hacen en todo el mundo, ya hay algunas investigaciones que muestran los beneficios protectores del contacto habitual con los espacios naturales.
4. Promover la actividad física. Además de los beneficios ya conocidos que se derivan de la práctica regular del ejercicio físico (protección sobre afecciones cardiovasculares, prevención de la obesidad, etc.), también puede tener efectos de regulación inmunológica y, por tanto, en la tolerancia a los agentes alérgenos.
5. Promover la dieta mediterránea. Una dieta equilibrada y variada, en la que se combinen todos los grupos de alimentos, con bajo contenido en grasas y presencia de fruta y verdura frescas tiene muchos beneficios, incluidos efectos inmunológicos positivos.
6. Evitar el uso de antibióticos si no es necesario médicamente. La resistencia a los antibióticos es uno de los grandes problemas de salud pública, por lo que esta recomendación ya es más que justificada. Pero, además, se investiga el efecto que pueden tener los antibióticos sobre algunos microorganismos presentes en el cuerpo humano y que tienen un efecto protector sobre la salud (es la llamada hipótesis de la higiene ). Si es cierto, limitar el uso de antibióticos sería especialmente beneficioso para los alérgicos.
7. Tomar productos probióticos en alimentos fermentados (los 'lactobacillus'). Aunque la evidencia es aún contradictoria, podrían tener un efecto positivo inmunológicamente, por lo que se han incluido en la lista de recomendaciones.
8. No fumar. Especialmente durante el embarazo y los primeros años de vida de los niños. La evidencia científica es clara: el tabaquismo de las madres implica más riesgo de infecciones respiratorias y asma en los niños.
Se trata, en conjunto, de medidas que son positivas para la salud en general, además de poder evitar las alergias. Muchas de estas recomendaciones, además, coinciden con retomar hábitos que se han perdido durante los últimos treinta o cuarenta años, justo el tiempo en que se han multiplicado las alergias en todo el mundo.
Aunque no hay todavía evidencia científica firme sobre el efecto real que pueden tener estas recomendaciones en la aparición e incidencia de alergias y todas las afecciones relacionadas, es cierto que las medidas de Finlandia son una apuesta por la salud . Y eso es siempre una apuesta ganadora.