[resumen.cl] “No hay que ser epidemiólogo, ni especialista en nada, para saber que un virus de amplia transmisión respiratoria debe tener obstáculos para pasar de una persona a otra, y esto amerita la implementación de medidas efectivas y de condiciones materiales de vida que lo permitan”, señala Lautaro López Stefoni, director de EPES (Educación Popular en Salud) de vasta trayectoria tanto en Concepción como en Santiago y miembro de la Mesa Regional por el derecho a la Salud del Biobío.
EPES durante este período de pandemia ha centrado sus esfuerzos en activar las redes de apoyo que abordan problemas concretos que viven las comunidades, facilitando el vínculo de las y los vecinos con trabajadores/as de la salud, apoyo a iniciativas comunitarias de sobrevivencia, distribuyendo de material educativo sobre el tema, visibilizando las violencias asociadas a esta pandemia y buscando luces en torno al actual desastre sanitario que enfrenta nuestra región y nuestro país, desde una óptica de fortalecimiento de las organizaciones barriales, de trabajadores/as y enfatizando en la importancia de la salud pública garantizada por el Estado con una perspectiva de derechos humanos.
En este contexto, el director de la EPES, Lautaro López, conversó con RESUMEN respecto a los errores políticos que contempla esta pandemia de parte del gobierno en funciones.
¿Dónde está el error del gobierno en el manejo de esta pandemia?
El error se produce el día uno, cuando en vez de seguir estrategias de Covid Cero, de evitar o retardar la entrada de la primera ola de la pandemia como lo hicieron Nueva Zelandia o Cuba, se adoptaron estrategias planificadas de muerte, como es la estrategia de rebaño.
Ante el fracaso de la estrategia de rebaño, pasamos a la estrategia de mitigación, la cual tampoco ha sido eficaz, pues una pandemia requiere de una amplia gama de medidas en los territorios, lo que decide el número de casos activos, es decir, es central, el testeo, trazabilidad y aislamiento.
La acción en los hospitales con respiradores y camas UCI es solo un paliativo para contener en parte las consecuencias de su propagación. Una epidemia se ataca en su base, en la transmisión; para ello se debe trabajar a cabalidad en las pesquisas de casos y la trazabilidad, un punto en el que hemos estado mal desde el inicio de la pandemia en nuestro país.
¿Y por qué el gobierno adopta esta estrategia?
Ellos adoptan esta estrategia de manejo por una cuestión política y económica. El “enfoque biomédico” impregna a la élite que decide a pesar de los discursos académicos, atendiendo principalmente las enfermedades las que se combaten con camas UCI, respiradores, remedios, vacunas, atención médica especializada, todas cuestiones ligadas a lo que se podría llamar el negocio de la salud, lo que no se puede obviar.
Sin embargo, las políticas de salud centradas en la vida de las comunidades obliga a actuar a nivel de las condiciones de vida, prevención, promoción. Para entender lo que pasa en pandemia, hay que tener una visión respecto a nuestra salud pre-pandemia.
Puedes leer| Con más de un año de retraso: viajeros del aeropuerto de Santiago deberán hacer cuarentena en hotelesY a tu parecer ¿Cuál es el enfoque adecuado para abordar esta pandemia?
El de los países que han resultados exitosos frente a esta, aquellos que entienden que la salud se debe abordar a partir de un enfoque socioambiental, que como base debe atender las condiciones de vida que tiene la población.
En el abordaje de una pandemia no se pueden sustraer las condiciones socioeconómicas de la población. Si tienes un 40% de la población que trabaja en la informalidad, entonces a todas esas personas/familias se les debe garantizar una renta básica universal, política adoptada durante la pandemia por muchas naciones en el mundo. Si esto no ocurre, sumando a la cesantía estructural y pérdidas de empleo, inevitablemente esas personas tendrán que buscarse la vida: no pueden adoptar las medidas que restringen la movilidad, y con ello transformarse en factor de transmisión del virus.
Ha sido como escalada de errores: el manejo tecnocrático, la falta de participación real de los trabajadores/as organizados, de los colegios profesionales, gremios de la salud y la comunicación errática. Siempre las medidas sanitarias deben ser parte de un consenso robusto, bien pensado e implementación apelando principalmente a la educación, sin un diseño represivo ligado a acallar las voces de protesta.
Sí, debimos cerrar fronteras con mayor antelación, haber aislados los primeros casos, tal cual lo hicieron países asiáticos, Nueva Zelandia o Cuba, esa fue de hecho la propuesta del Colegio Médico, medida que no fue recogida, de forma arrogante.
Luego, todo se centró en habilitar camas críticas y la compra de ventiladores, acompañada además de farándula, cuando se debió centrar el esfuerzo de los primeros meses en testear, trazar y aislar. Se demoraron meses en incorporar a la salud primaria, por ejemplo, cuando ya había pasado el pick de la primera ola de contagios y ya teníamos miles de muertes.
¿Cómo ves el momento sanitario actual?
Con un temor enorme. La pandemia está desatada, esta segunda ola es mayor que la anterior y ya acumulamos más de 30 mil muertes, muertes que además las ponen los mismos de siempre, principalmente los sectores más humildes del pueblo.
Si nos retrotraemos un mes atrás, teníamos los permisos de vacaciones, las presiones por la vuelta a clases, la ampliación de permisos de funcionamientos para empresas, la reapertura hasta de casinos de juego. Hoy el pueblo está pagando con muertes todas esas decisiones erráticas del gobierno.
¿Qué se podría hacer para intentar revertir esto?
La salud es un tema inminentemente político y lo que se requiere aquí es un consenso político sanitario.
¿Cómo es eso?
Tenemos probablemente el gobierno con menos crédito político de los últimos 100 años, con nula o escasa ascendencia sobre la ciudadanía, se debe generar un diálogo político-social como Estado, donde intervenga la comunidad científica, las universidades, colegios profesionales y el amplio abanico de organizaciones, que generen un consenso básico de políticas para enfrentar la pandemia. Es la única forma de que la población acate las medidas o las logre entender.
El problema es que este gobierno, sin legitimidad y con altísimos niveles de descredito, ha sido incapaz de construir ese consenso político sanitario a pesar de que el mundo social, científico y académico ha sido muy generoso en ese aspecto.
Hay que recordar que este es un gobierno cuestionado por cuestiones tan salvajes como la mutilación masiva de ojos, de centenares de jóvenes, además tantas otras violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
Pero a ahora a lo concreto…
Lo concreto ahora ya es el cierre de fronteras, endurecer la cuarentena durante todo el mes de abril, pero otorgando los recursos para que la población pueda subsistir con dignidad al confinamiento. En el confinamiento debe tener además un fin sanitario y no represivo, de lo contrario es mal entendido por la población que viene de vivir momentos traumáticos en este sentido.
Hay que acelerar aún más la vacunación también, y sin duda crecer en camas y ventiladores, en contratación de personal, en medidas de resguardo para estos trabajadores de la salud, por lo que lo que vendrá son días muy difíciles.
[caption id="" align="aligncenter" width="2048"] Lautaro López recibiendo premio de la Organización Panamericana de la Salud a nombre de EPES[/caption]
https://www.youtube.com/watch?v=pZ45eT5X-5M&ab_channel=ResumenTV