La comunidad educativa del único liceo de Tirúa depuso durante la jornada de ayer la paralización de sus actividades, que ya cumplía 12 días.
Por Branco Moreno Caro
Según detallan, se alcanzó un acuerdo con el Daem, pero si hasta el martes no se solucionan los problemas de hacinamiento, se reanudarán las movilizaciones.
Además de varios otros problemas estructurales y de administración, la falencia que más le preocupaba a los apoderados, profesores y estudiantes, es el limitado espacio que existe en las dependencias del establecimiento, que mantiene sobrecupo de matrículas y que tendría a los alumnos verdaderamente hacinados realizando sus clases y otros derechamente sin posibilidad de asistir.
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Las deficiencias ya existían antes -comenta el profesor Angelo Linfanti, quien es delegado del Colegio de Profesores de Tirúa-. No obstante: “Desde la pandemia, el liceo Trapaqueante ha venido experimentando un aumento explosivo en su matrícula, por lo que se comenzaron a notar de manera más evidente las falencias en la infraestructura y el mobiliario público”.
El único establecimiento secundario de la comuna no cuenta con las condiciones necesarias para sus estudiantes, según las denuncias, los baños son insuficientes e incluso no existe un espacio para atender a los apoderados.
A principios de año, con las matrículas sobrepasadas, el Liceo Trapaqueante seguía inscribiendo nuevos estudiantes en sus registros, cuestión que desembocó en un verdadero caos escolar y hacinamiento severo, muy poco habitual en los establecimientos educacionales de la zona, pero que se ha transformado en una cruda realidad para los estudiantes de la institución.
Los puntos de la movilización apuntan a: el mejoramiento de salas y baños; la habilitación de laboratorios de enfermería y acuicultura con insumos para que los alumnos puedan realizar sus prácticas; lo mismo con el gimnasio, que no se puede utilizar integralmente. El tema más importante es evitar el hacinamiento, creando un nuevo primero medio, con una nueva sala para que los estudiantes pudieran asistir a clases allí.
“Las mejoras que se le han ejecutado al Liceo en los últimos años han sido todas a base de containers” puntualiza el delegado del Colegio de Profesores. El establecimiento, además de ser el único de la comuna, mantiene calidad de polivalente, es decir; es científico- humanista y técnico profesional. “El problema es que, si bien existen laboratorios de química y enfermería, aparte de ser insuficientes para el alumnado, no existen los insumos totales necesarios para llevar de buena manera las prácticas y en caso de que estos llegarán, sencillamente no habría espacio en donde guardarlos” remata Linfanti.
La propuesta emanada desde la Daem de la comuna sería efectuar un “reordenamiento del espacio” además de habilitar una sala, que en estos momentos sería ocupada para realizar talleres y guardar insumos, para que los alumnos pudieran realizar allí sus clases; sin embargo, esta propuesta causó un rechazo en parte de los apoderados, porque el lugar no estaría oficializado por el ministerio de educación.
Maria Riffo, miembro de la directiva del centro de padres del establecimiento, se quejó de que hay casi se triplicó. Sin embargo, estimaron adecuada la suspensión de la paralización pensando en que sus hijos puedan volver a clases.
Agrega, finalmente, que existen más preocupaciones que aquejan a la directiva del centro de padres y apoderados y a toda la comunidad educativa en general: “cada día constatamos más las carencias del Liceo, ayer nos encontramos con la sorpresa de que un 3° medio estaba haciendo sus clases en un container, algo que nos parece indignante, además no está legalizado ese tema porque no es un aula, no están las condiciones, entonces ante cualquier accidente ¿quién responde?”.