“Sus manos bailan en las hebras como alitas de chincol es un milagro como teje hasta el aroma de la flor” ( Víctor Jara)
MUSEO DE ARTE Y ARTESANÍA DE LINARES La conmemoración de los 100 años del natalicio de Violeta Parra ha tenido, a lo largo de todo Chile y en el extranjero, innumerables y variadas manifestaciones. En una crónica anterior me referí a los murales realizados en Valparaíso por artistas populares latinoamericanos en homenaje a Violeta Parra y en esta ocasión la crónica tiene relación con la delicada, hermosa y especial artesanía en crin de las Artesanas de Rari. Visitando la ciudad de Linares, hace algunos días atrás, tuve la oportunidad de poder admirar, en el Museo de Arte y Artesanía de Linares, un extraordinario mural elaborado por las Artesanas de Rari. Miles de delicadas figuras de crin ( alrededor de 3.000) tejidas por las mágicas manos de las artesanas linarenses dieron forma a un hermoso mural de cuatro metros cuadrados. La Artesanía en Crin, única en el mundo, es originaria de la localidad de Rari, un pequeño pueblo ubicado en las cercanías de la ciudad de Linares y sus orígenes se sitúan alrededor de doscientos años atrás, con el uso de fibras vegetales en un primer momento, empezando a utilizarse crin de caballo en los años 1930. En un principio se utilizaron delgadas fibras obtenidas de las raíces de los álamos o sauces, pero debido a su poca flexibilidad resultaron ser muy quebradizas. En la actualidad, junto con crin de caballo, se usa una fibra vegetal de origen mexicano de nombre ixtle o tampico. Esta fibra vegetal se utiliza principalmente para realizar la estructura o esqueleto de la figura y el tejido se hace con crin de caballo. El material animal es ahora obtenido de mataderos por lo que, antes de su utilización, debe ser tratado con un proceso de lavado, limpieza, peinado y selección. La combinación de colores naturales y filamentos teñidos permite la confección de piezas multicolores. Esta tradicional artesanía es trasmitida de generación en generación, lo que ha permitido su permanencia en el tiempo. Hoy en día, incluso muchas artistas y artesanas de otros lugares de Chile, utilizan las figuras de crin de Rari como base para elaborar joyas combinadas con metales, especialmente plata. Las Artesanas de Rari han sido declaradas Tesoros Humanos Vivos al año 2010, precisamente por la singularidad y la calidad de su arte popular. En la desaparecida revista En Viaje N°416, del mes de junio de 1968, (la revista En Viaje fue editada por Ferrocarriles del Estado de Chile entre los años 1933 y 1973) hay una pequeña crónica elaborada por Guillermo Yunge T., con fotografías tomadas por Carlos Müller, referida precisamente a la artesanía en crin, la que he querido reproducir a continuación para entregar más antecedentes de este particular arte popular. “RARI: UN PUEBLO QUE TEJE EN CRIN” “Que se cuide el que tenga un caballo de cola larga por ahí por Rari, a un kilómetro y medio al suroriente de Panimávida y también, aunque no tanto, en la zona de linares, Colbún, San Juan, etc…las mujeres querrán cortársela pues, para ellas, constituyen las crines el material indispensable para su preciosa artesanía de sutiles tejidos. Tradición regional antigua quizás nadie la represente hoy tan bien y con tanto virtuosismo como doña Juanita Vergara, encantadora bisabuela que confiesa 89 años (…) Las bisnietas de doña juanita comienzan a tejer “como jugando” y no cumplen todavía los siete años. La tradición de los tejidos de crin es así una linda artesanía que no ha de desaparecer. Las tejedoras de Rari hacen prácticamente de todo, tejiendo sus figuritas con crines teñidos de colores que combinan audaz y armónicamente, armándolos sobre una fibra que importan desde Méjico y se llama tampisco. (Hasta hace algunos años utilizaban exclusivamente materiales locales, ya que el armado lo hacían con fibras de raíces de álamo que preparaban ellas mismas. El cambio obedeció a que las fibras se resecan con el tiempo y se quiebran. El tampisco mantiene su flexibilidad). Ramos de flores, aros livianísimos, rosarios en miniatura que aunque completos no pesan ni cinco gramos, canastillos con cincuenta o más botones de rosa, ingenuas novias, damas antiguas con quitasol y cartera y una infinita variedad de mariposas, canastillos que se autocontienen (como la clásica bola de la vida de los chinos) salen por cientos de las prolijas manos de las tejedoras de Rari, Panimávida y otros lugares cercanos. La “decana”, doña Juanita, se especializa en una camelias de 40 o 60 pétalos, cada uno de los cuáles es una obra de arte. A más de dos metros de distancia ni siquiera un botánico experto podría asegurar que las camelias de esta artesana nonagenaria, pero optimista, no estén recién cortadas de la mata y guardan el rocío. Cada una de estas flores de sortilegio demanda entre tres semanas y un mes de trabajo, “y gracias a Dios que me ha guardado la vista”, dice su autora. Curioso el caso de estos caseríos, Rari y Quinamávida. En el primero, todas las mujeres tejen sus afamadas figuritas de crin, en el último, todas participan del trabajo del teñido de la lana, hilándola las menores, trabajando el telar las maduras y cardando las ancianas. Espectáculo inolvidable y gratis, pues ambos caseríos son “de una sola calle” y sus industrias artesanales se practican en los zaguanes de las casas, impasiblemente ante viajeros y lugareños. (…) Nuestra portada muestra a Edilia Contreras, hija de doña Juanita Vergara, enseñando el arte del tejido de crin a su sobrina nieta Carmen Gloria…así como su madre le enseñó a ella, y a ésta la suya, hasta perderse el origen de este arte en nuestra historia”. Efectivamente, como expresaba la crónica del año 1968, esta artesanía no ha desaparecido y ha continuado trasmitiéndose de generación en generación, manteniendo intacta su esencia y autenticidad. El mural “Homenaje a Violeta Parra. De Artesanas a Artesana” es un claro ejemplo de esto. Este hermoso trabajo tiene además el inmenso valor de haber sido elaborado en forma colectiva por la Agrupación Artesanas de Rari. En la confección de este trabajo artesanal participaron 20 artesanas: Ana Muena, Dina Muena, María Muena, Norma Muena, Virginia Lara, Inés Tapia, Ginette Sánchez, Berta Carter, Eliana Carter, Teresa Carter, Ana Contreras, Guadalupe Sepúlveda,, Cristina Montecino, Ana Romero(diseñadora), Juana Cabrera, Margarita Cabrera, Ana Albornoz, Hortencia Palma, Eusebia Kessi, Brígida Caro. MUSEO VIOLETA PARRA DE SANTIAGO El Mural fue entregado en comodato al Museo de arte y Artesanía de Linares, permaneciendo allí por algunos días, siendo trasladado el 07 de noviembre al Museo Violeta Parra de Santiago, donde permanecerá en exhibición hasta fines de este mes. Posteriormente regresará nuevamente a la ciudad de Linares. La tierra linarense, cuna de las tejedoras de crin y de otra gran folclorista e investigadora como lo fue Margot Loyola, hizo volar las manos creativas de las Artesanas de Rari para rendir homenaje a otra gran mujer chilena: Violeta Parra.