Lo que el Arcis se llevó (o las razones de un autodespido)

Por Víctor Hugo Robles, periodista, activista, conocido como "El Che de los Gays"

Enfrentado a la más absoluta incertidumbre, recorridos y agotados todos los caminos de solución a las denuncias que hemos realizado, decidí presentar mi autodespido cumpliendo así con un voto político sindical.

En los inicios de los años 90s me integré a Universidad ARCIS, primero como joven estudiante de periodismo y luego como trabajador contratado. Han sido muchos años de permanencia y compromiso libertario. Un compromiso crítico que se mantiene en pie pero una permanencia que ahora se delimita. Porque si bien Universidad ARCIS ha experimentado en su historia –más de 30 años- una serie de situaciones complejas navegando siempre a contracorriente del sistema de educación privada y de mercado, jamás se había enfrentada a una crisis económica tan aguda como ésta –en lo académico, político, ético e institucional- provocando inaceptables transgresiones a los derechos laborales de sus trabajadores y a las libertades de opinión disidente de estudiantes y académicos.

En mayo de 2014 se prendió la luz roja, una de tantas, tal vez la última. Desde ese momento a la fecha, la vulneración de los derechos laborales han sido reiterada, expresándose inicialmente en el atraso en el pago de sueldos durante los meses de mayo a agosto de 2014, tiempos angustiantes e inflamables acompañados de justas protestas de estudiantes, académicos y funcionarios. Finalmente, desde octubre de 2014, agudizando al máximo la crisis generalizada, cesaron definitivamente los pagos de remuneraciones, cotizaciones previsionales y sociales en salud, cumpliéndose ahora más de seis meses sin pagos, sumado a dementes e increíbles explicaciones bancarias. Ningún trabajador/a soportaría tanta humillación e injusticia laboral, mucho menos en un espacio que predica el pensamiento crítico y los sabemos contemporáneos.

El trabajo sindical es duro pero llama la atención que el descrédito a la labor de organización y denuncia laboral ocurra en un espacio académico e intelectual que predica la valoración de las diversidades políticas, sociales, culturales y sexuales. En medio de este contexto de violaciones a los derechos fundamentales e integrando el Sindicato Histórico de Trabajadores/as de U. ARCIS, asumí la Secretaría General del Sindicato. Tal responsabilidad ocupada con la firme convicción de buscar soluciones efectivas para nuestros compañeros/as ha tenido múltiples costos. Junto a la valoración de mi compromiso como dirigente sindical, social y político, debo sumar el hostigamiento y las amenazas directas e indirectas a mi rol directivo recibidas a través de distintos medios. El trabajo sindical es duro pero llama la atención que el descrédito a la labor de organización y denuncia laboral ocurra en un espacio académico e intelectual que predica la valoración de las diversidades políticas, sociales, culturales y sexuales.

Mucho más alarmante ha sido el silencio de la élite política gobernante y de la mismísima Central Unitaria de Trabajadores/as, CUT, que enfrentada a justas denuncias e interpelaciones de clase solo responde con mutismo cómplice. De igual modo, duele verse reñido con “autoridades universitarias” que militan y/o simpatizan con partidos políticos de izquierda que dicen defender libertades pero que -contradictoriamente- violentan diversos derechos y deberes. ¿Qué diría Luis Emilio Recabarren, padre del movimiento obrero, sobre la Demanda Laboral por Derechos Fundamentales y Unidad Económica interpuesta en los Tribunales de Justicia por el Sindicato Histórico de Trabajadores de Universidad ARCIS en contra de la Corporación ARCIS, Inmobiliaria Libertad, Partido Comunista de Chile e Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, ICAL?

Hoy, enfrentado a la más absoluta incertidumbre, recorridos y agotados todos los caminos de solución a las denuncias que hemos realizado junto a estudiantes y académicos críticos, decidí presentar mi autodespido o despido indirecto cumpliendo así con un voto político sindical, determinación no exenta de dolor y contradicciones, pero sabiendo que es la única herramienta que nos ofrece la Ley Laboral para resguardar nuestros derechos como trabajadores ante el reiterado incumplimiento de las obligaciones del empleador. Sumo a este dramático escenario el inminente ingreso de un Administrador Provisional o de Cierre a Universidad ARCIS contemplado en la flamante Ley 20.800 que solo reguardará a los estudiantes, omitiendo los legítimos derechos laborales de académicos y trabajadores. Una figura político – administrativa que esconde otros objetivos. No seré cómplice de las maniobras desplegadas por el Ministerio de Educación que –gracias a sus asesores de partidos- pretende legalizar la impunidad política en la crisis económica e institucional de Universidad ARCIS.

Muchas gracias a todos/as quienes comprenden y solidarizan con las luchas de lo que Pedro Lemebel llamó “El Arcis de Noé”, especialmente al ex dirigente estudiantil y ahora diputado independiente Gabriel Boric que levantó su valiente voz para denunciar las malas prácticas e irregularidades institucionales, develando las responsabilidades políticas del Partido Comunista de Chile en la crisis económica de Universidad ARCIS.

Por la memoria de nuestra querida e inolvidable compañera Gladys Marín demando que esa histórica responsabilidad sea asumida a la brevedad pensando en la Comunidad de Universidad de Arte y Ciencias Sociales ARCIS, así como en el devenir ético – político de un valeroso, centenario e imprescindible partido obrero.

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