Por Valentina Luza
En un mundo que se ve golpeado duramente en cuanto sigue avanzando la Covid-19, los países han sufrido diferentes niveles de impacto en sus sociedades y sistemas de salud. De esta manera se han preparado para un aumento de la presión sobre su personal, recursos y sistema. Es en este contexto gran mayoría de ellos se han visto en la necesidad de posponer servicios que no son de primera urgencia.
Es debido a esto que algunos Estados han dejado en segundo plano la asistencia hacia los derechos sexuales y reproductivos, revelando las falencias de parte de los gobiernos para para gestionar las crisis en esta vereda; abortos parados u desabastecimiento de métodos de anticoncepción, entre otras variantes. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha hecho un llamado a garantizar el derecho y la protección de la salud sexual y reproductiva como servicios que no pueden, ni deben pararse pese a la crisis sanitaria.
Asimismo, el actual confinamiento y crisis ha demostrado ser altamente peligroso para niñas, mujeres y diversidades que se encuentran siendo los más afectados ante hechos de violencia, violación, y abuso sexual. Según cifras del Ministerio de la Mujer y Equidad de Chile, las denuncias y llamadas de orientación en esta materia han aumentado en un 80%. En muchos casos incluso las víctimas se encuentran aisladas con sus propios abusadores, lo que sería una variante de alto riesgo ante la posibilidad de embarazos no deseados.
Según el Instituto Guttmache, una organización que vela por la salud y los derechos sexuales y reproductivos a nivel mundial, estima que durante esta crisis global –solo con una disminución del 10% en el acceso a la atención los paises con ingresos bajos- se causarían aproximadamente 3 millones de abortos en condiciones de riesgo, 15 millones de embarazos no deseados adicionales y 28.000 muertes de personas gestantes durante el presente año.
Este escenario es grave y preocupante en un mundo que se ha caracterizado por someter a las mujeres a una violencia estructural basada en el control de sus cuerpos y decisiones. Los avances de los últimos años respecto al feminismo, han aportado a que muchas mujeres busquen ayuda y orientación para poder decidir de una manera libre sobre sus cuerpos. Aun así, el desafío es grande.
Aborto seguro en medio de una pandemia: una tarea –casi-imposible
¿Cómo es abortar en medio de una pandemia? ¿Cómo es hacerlo en la clandestinidad? ¿Cómo es hacerlo temiendo por tu vida? Esas son las primeras preguntas que cruzan la cabeza de miles de mujeres que se encuentran en Chile y Latinoamérica donde el aborto –fuera de 3 causales- sigue estando penalizado. La adquisición del medicamento en el tiempo adecuado, el éxito o fracaso de éste, son tópicos angustiantes en medio de una crisis sanitaria. La realidad es que los abortos, la anticoncepción y los embarazos no paran nunca.
Desde la OMS el proceso del aborto es recomendando hasta la semana 12 y es seguro realizarlo en casa con las medidas y el medicamento correspondiente- el cual es conocido como misopostrol o misotrol- siguiendo la asistencia adecuada. Al ser ilegal fuera de excepciones, como lo es en nuestro país, el escenario se dificulta aun más: si abortar en situaciones no excepcionales ya era difícil, en este contexto es peor.
Y es que el cierre de fronteras ha provocado un desabastecimiento desmedido del medicamento, lo que muchas veces dificulta la tarea para quienes tomen la decisión. Otro eje preocupante a la hora de abortar en la clandestinidad es el boom de información, en muchas ocasiones confusa y no-segura.
En una reciente nota del El Mostrador, una joven contó su experiencia sobre abortar en medio de una esta crisis sanitaria: “pensaba que si necesitaba ir a urgencias, con todos los casos de Covid-19 que existían en ese momento, fácil me contagiaba o arriesgaba a estarlo” comentó, haciendo relación con la angustia que significa tener que recurrir a urgencias en caso de emergencias y el mal trato que reciben muchas mujeres al llegar.
Para evitar esto, existen redes feministas que se dedican a acompañar con ayuda concreta y orientación. Estas organizaciones compuestas por diferentes profesionales; abogadas, matronas, psicólogas, entre otras, buscan hacerle frente a un sistema desigual y represor hacia los cuerpos generando un camino seguro y alternativo que velan por la soberanía de los cuerpos.
Una de esas redes es Con las Amigas y en la casa Conce, una red lesbofeminista extendida por todo Chile que se encarga de hacer acompañamientos tanto en información, contención emocional y demases. En una entrevista con RESUMEN comentan cómo todo el acontentecer las ha hecho adaptarse a las nuevas medidas de distancia y cómo han tenido que equilibrar todo junto a sus vidas individuales ante el ajetreado acontecer: “Consideramos importante la solidaridad y el apañe entre nosotras, sobre todo en estos momentos de incertidumbre” comentan.
Al no poder hacer los acompañamientos presenciales la red ha potenciado su trabajo con infografías a través de sus redes sociales y vía telefónica: “El aborto es un proceso guiado por el miedo en general, controlado por la policía de la casa y la institucional, por lo que el estar presentes y acompañar tiene múltiples dimensiones, una de ellas es desde el apañe con información dura”.
“Entendemos también que el confinamiento acentúa las múltiples violencias que vivimos a diario solo por el hecho de ser mujeres, eso lo complejiza todo”. Un ejemplo de eso es cómo la comunicación se ve limitada con las mujeres que sufren de violencia por parte de sus parejas, o en el ámbito institucional. El hecho que el aborto sea legal solamente en tres causales sumado a la objeción de conciencia que solo pone más trabas burocráticas a este proceso que debería ser atendido de forma libre y segura en los hospitales como cualquier otro proceso de salud.
Lo que se necesita saber
El aborto desde la red es recomendando desde la semana 7 y con una ecografía que asegure la inexistencia de un embarazo anómalo. También estar acompañadas siempre de una mujer que respete y no juzgue tu decisión, ya que se necesita de un espacio seguro tomando en cuenta lo que significa a nivel psicológico y físico.
Asimismo, comentan que existen dos métodos para realizarlo: el primero se realiza con 12 pastillas de misoprostol, se parte con 4 pastillas de forma sublingual por media hora y luego se repite el proceso cada 3 horas, hasta completar la dosis de 12. El segundo método es combinado y mezcla mifepristona y misoprostol, este consiste en tomar con agua la mifepristona 48 horas antes del proceso y pasadas las horas, se deben poner 4 miso de forma sublingual por media hora y finalmente pasadas 3 horas se repite el proceso pero solo con 2 miso, teniendo 6 en total.
“Por último se recuerda que para realizar el procedimiento siempre debe ser de forma sublingual, ésta será siempre la forma más segura. También es bueno mantenerse activas durante el proceso por lo que sugerimos realizarlo de día, también se pueden acompañar con infusiones de hierbas y con masajes”.
El proceso de aborto requiere tanto de una preparación física, como psicológica que se acentúan en las manifestaciones del cuerpo, es por esto mismo que debe ser siempre guiado y acompañado de una persona de confianza donde quien se realice este mismo se sienta protegido.
Respecto al desabastecimiento comentan que: “Existen muchas páginas/números que las ofrecen (las pastillas) pero finalmente son fraudes, es difícil entregar una orientación explícita respecto a esto porque todos los contactos –en su mayoría- buscan lucrar con la desesperación de las personas gestantes. Incluso hay plataformas que tienen una fachada de organización feminista, pero sabemos que detrás solo buscan lucrar.”
Además, desde estas mismas páginas de mercado negro se recurren a ventas “en packs” que encarecen la venta con antibióticos y más medicamentos que no son concordantes a las dosis, ni los recomendados para un aborto seguro, poniendo en riesgo la vida de las mujeres y cuerpos gestantes. Este grave hecho queda en la impunidad al verse envuelto por la clandestinidad y el miedo, no teniendo a quién acudir.
Ante esto hacen un llamado a solo confiar en las redes seguras y las guías, como lo son los libros de Linea Aborto Libre: el Manual y el cuaderno de cuidados pre, durante y post aborto.
Desde la red enfatizan el apelar al autocuidado y autoconocimiento de las mujeres y personas gestantes sobre sus cuerpos, entendiéndolo como un proceso de aprendizaje sobre los mismos y sus ciclos, también explorar nuestra sexualidad abriéndonos a otras posibilidades que van más allá del sexo heterosexual penetrativo y reproductivo.
Estamos en un contexto de crisis grave que agudizará todas las desigualdades que hace tiempo se vienen apuntando desde la lucha feminista. Es por ello que se vuelve a enfatizar la importancia de asistir a todas las mujeres y cuerpos gestantes que deseen realizar el proceso, como si se trata de una emergencia sanitaria más.
Como la crisis reabrirá el debate
Alrededor del mundo estas situaciones y vulneración de los derechos volverá a discutirse desde las organizaciones saben que el desafío es volver a plantear las demandas para que éstas permanezcan en el tiempo y se concreten, presionando a las autoridades : “consideramos que es de suma importancia volver a discutir la ley de aborto en Chile, para que de una buena vez se respete el derecho legítimo de decidir sobre nuestras cuerpas, porque todas sabemos que no bastan tres causales” enfatizan.
El debate sobre el aborto y su despenalización no es nuevo. Sin embargo, el actual contexto reposicionara cómo éste mismo es necesario para la autonomía y cómo esta decisión debe estar bajo la mirada de la protección del derecho reproductivo de todas(es) y lejos del tabú.
No corresponde ni es posible reemplazar las tareas del Estado en sus obligaciones con los Derechos Humanos. Aun así, esto confirma la urgencia que se revise la política de respuesta ante la pandemia y se proponga una estrategia ante la salud sexual, porque ya se ha evidenciado que la crisis no golpea en la misma medida a todos, ni de la misma forma.
Existirán como víctimas de esta crisis, también todas las muertas por abortos clandestinos en un país que aún está penalizado el aborto libre. También recordar que el aborto en 3 causales sigue siendo un trámite burocrático lleno de trabas y en muchas ocasiones inseguro, envuelto por una moralidad intrínseca. Desde las mujeres que acompañan y de quienes han vivido el proceso se apuesta por un aborto libre que garantice la salud y protección bajo una mirada de derecho.
Por otro lado, dejar fuera las atenciones asistenciales en materias de sexualidad implica generar una crisis en materia de salud y social, que infringe directamente la dignidad por la que se ha luchado hace un tiempo en las calles. Todo apunta que dejar en segundo plano la discusión sobre el aborto seguro es algo que no se puede retrasar más en el tiempo mientras mujeres, niñas y cuerpos gestantes sufren las consecuencias de este sistema que las sigue criminalizando y persiguiendo por abortar.
Para más información segura visita las redes sociales de la organización o puedes escribir a [email protected] para dudas puntuales.