Como lucrar más a costa de los niños pobres
En los años del terror (1980) Chile implemento una transformación educacional, que terminó con el “Estado Docente”. Los gobiernos de la concertación continuaron esta política, donde la educación deja de ser un deber del Estado y se transforma en un negocio privado, por supuesto el Estado subsidia a los que lucran con la educación, a través de la subvención escolar, que entrega el Ministerio de Educación en función de la asistencia (Por eso es tan necesario para el director de un establecimiento tener por curso la mayor cantidad de alumnos posibles, incluso más de 45).
Los alcaldes se quejan hoy que la educación municipalizada es un mal negocio, con ese argumento se cerraron las jornadas de adulto en San Pedro, sin embargo ello es falso. Lo que si pueden decir los alcaldes, es que los escuelas son un mucho mejor negocio para ellos si esta en sus manos, la de sus familiares o amigos, en vez del departamento de educación municipal.
Pero volvamos a lo nuestro, si se cancela por la asistencia del alumno y esta es baja, los directivos alteran la información para no bajar la subvención, es decir, dicen que asisten más alumnos que los que realmente van al establecimiento, y bueno ahí están en parte los bajos resultados publicados cada vez que se toma una prueba SIMCE.
Debido a los constantes reclamos de alumnos y profesores por que aumenten los recursos que debe entregar el gobierno a los establecimientos, este ha decidido aumentar la subvención, pero por los alumnos que consideran prioritarios: los mas pobres o mal llamados vulnerables (Ejemplo tramo A fonasa, renta mínima etc)
Un alumno prioritario de primer ciclo de una escuela urbana que antes significaba $34.883 por concepto de subvención, para su escuela, hoy significa $63.960 mensuales.
Sin embargo la aprobación de esta ley, venía acompañada de graves prejuicios para los profesores, al modificar el Estatuto Docente, que son un conjunto de leyes que protegían a los profesores para no ser despedidos al antojo del empleador, como ocurre actualmente en los colegios particulares subvencionados o pagados.
Las modificaciones del Artículo 72 del estatuto señalan que por incumplimiento grave de las obligaciones que impone su función, tales como:
· La no concurrencia del docente a sus labores en forma reiterada.
· Impuntualidades reiteradas del docente.
· Abandono injustificado del aula de clases o delegación de su trabajo profesional en otras personas.
· Incumplimiento de sus obligaciones docentes conforme a los planes y programas de estudio que debe impartir.
Lo lamentable de esta situación es que creer que la educación se arregla solo con más recursos. El docente que cumple automáticamente sin criticar, sin pensar, sólo ejecutar lo que dice el ministerio o el sostenedor, podrá ser bien evaluado y recibirá una bonificación, como el empleado del mes en las grandes cadenas de comida, con la única diferencia que el profesor educa, enseña y debe ser ejemplo de dignidad, pero cual será esta, cuando no tenga ni siquiera tiempo para pensar y sólo sea un ejecutante mas, despojándolo de su condición de profesional, dentro de las piezas de un sistema competitivo, voraz y ambicioso, ¿es este modelo de sociedad el que legaremos a nuestros hijos?.
Teresa Castillo, Profesora de Estado