Roberto Bolaño (1953-2003) escritor chileno, publicó esta novela el año 1998 gracias al primer lugar que por ella obtuvo en el XVI Premio Herralde de Novela en España. Fue así y quizás sólo así que en nuestro país, más bien los académicos, empezaron a validar a Bolaño como escritor, eso se acentuó aún más debido a la prematura muerte que lo sorprendió a los 50 años, el mismo Nicanor Parra realizó para él un artefacto que sentenció “Le debemos un hígado a Bolaño”.
Sin embargo, lo más interesante de la fiebre “Bolaño” fue, como pocas veces se ha dado en nuestra literatura, que lo jóvenes comenzamos a leerlo como si cada uno de sus libros fueran tan necesarios como el pan; y es que este escritor logró, como pocos, hipnotizar con una narrativa aguda, incisiva y redonda que a muchos no dejó indiferente.
Los detectives salvajes es una novela de búsqueda y viaje, el libro está estructurado en tres partes, la primera de ella se titula “Perdidos en México” en el año 1975, su protagonista Juan García Madero ha sido invitado a formar parte de un grupo literario cuyo nombre es “realvisceralismo” o “realismo visceral”, por dos misteriosos jóvenes poetas, Ulises Lima y Arturo Bolaño (alter ego de Mario Santiago poeta perdido en los desiertos de Sonora y Bolaño mismo) él acepta de inmediato y el torbellino de la historia se nos viene encima ya en las primeras páginas.
La segunda parte de la novela se llama “Los detectives salvajes” y abarca los años 1976- 1996, está compuesta por un serie de “testimonios” de personajes que alguna vez se toparon con Lima y Belano y que permite al lector construir la historia a partir de la primera parte, es decir se llenan los vacíos (aunque no los hay) de los acontecimientos de la primera, empezamos a entender por qué Belano, Lima y Madero huyen en la madrugada del primero de enero de 1976.
La tercera parte es “Los desiertos de Sonora”, la cual se constituye como la “continuación” de “Perdidos en México”, allí los personajes logran concretar la búsqueda, hallar a la madre del realvisceralismo, la poeta Cesárea Tinajero, pero algo sucede y bueno…no puedo adelantar el final del libro.
Los detectives salvajes tiene 609 páginas y contiene tal cantidad de historias dentro de la historia mayor como personajes entrañables y odiosos que Bolaño logra de manera maestra configurar para entregarnos una novela redonda, que crispa los nervios, emociona, hace reír y maldecir continuamente.
La multiplicidad que logra Bolaño no sólo es a través de los personajes o relatos imbricados unos en otros, podemos acceder además al (os) viaje(s) que allí se realizan, México, España, Francia, Tel- Aviv, Venezuela, Inglaterra entre otros.
La narrativa y poesía de Bolaño (La universidad desconocida 2007 reúne toda su trabajo poético) son tremendamente recomendables a cualquier lector que no tenga problemas cardiacos, porque cuando empiezas a leerlo, fácilmente puedes leer todos sus libros sin parar.
PS: QUEREMOS LEER ABAJO EL IMPUESTO AL LIBRO
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