Los futbolistas, las hinchadas y el levantamiento popular

Emerson Mora Le Fort Una de las actividades sociales pocos estudiadas por los historiadores, a pesar de tener 150 años de existencia, es el fútbol y todo lo que gira en torno a este deporte popular. Muchos intelectuales menosprecian al fútbol, así como subestiman al pueblo. Es una actividad deportiva analizada en crónicas periodísticas, columnas de opinión, programas de TV y en una mesa con varias cervezas. El fútbol es una actividad que reúne al pueblo, pero también es un negocio, por eso la suspensión del campeonato del fútbol nacional generó tanto debate. Las “vacas sagradas” del periodismo futbolero, como Fernando Solabarrieta, cambiaron sus pautas, los temas del mercado de fichajes, estadísticas, fixture y todo el “humo futbolero” fueron reemplazados por el “estallido social” y sus consecuencias sobre el campeonato nacional. Pero cuál es la verdad del fútbol chileno, en este momento del levantamiento popular. La intención es acercarnos a esa verdad y la verdad no es más que la realidad. La verdad del fútbol chileno se refleja en la realidad de sus protagonistas principales: futbolistas e hinchas. La realidad del futbolista chileno no es ajeno a la realidad social, así lo manifestó el 20 de La Roja “Yo vivo en población, sé lo que sufre la gente y sus necesidades. Estoy con ellos. Si estuviera en mi casa hoy, estaría con ellos, protestando”. Charles Mariano no entrega un apoyo retórico al pueblo, él es pueblo. Pero Aránguiz es una excepción a la regla, un jugador que tiene un sueldo millonario y sigue identificándose con los sectores populares. Él conoce la realidad social de sus vecinos de Puente Alto y también la de miles de jugadores, sobre todo de Segunda y Primera B, la precariedad contractual, la carencia de derechos laborales y los abusos que cometen algunos representantes, e incluso, muchos deben trabajar en actividades externas al fútbol para tener un ingreso extra al que reciben como jugadores de algún club. Charles Aránguiz sabe, pero dentro de su generación muchos no comulgan con los valores de la solidaridad ni muchos menos con el SIFUP, demostrado por ejemplo, en la poca empatía con los jugadores locales y en la decisión visceral de no presentarse a jugar contra la selección de Perú en Lima. Algunas estrellas de la “generación dorada” siguen enajenados de la realidad social en la que se criaron. Pero hay otra excepción a la regla, ese es Marcelo Pablo, un ex jugador formado en Argentina, que le envío un mensaje a quienes reclamaban contra los manifestantes en un centro comercial de La Dehesa, sentenció rotundamente “Si lo que le pasa a los demás te da lo mismo, si lo que están viviendo los demás no te importa, si lo que sufren los demás es tema de ellos y sigues viviendo arriba de una palmera, eres una reverenda mierda”. Barticciotto, aunque tenga una buena situación económica, se asume como parte del mundo popular. Un actor social criminalizado en estos últimos 30 años en Chile, son los hinchas de fútbol. Hay que diferenciar entre hinchas y mercenarios del fútbol. No solo las sociedades anónimas son mercenarios, sino también los jefes de “barra brava” y sus seguidores, principalmente de la capital. Financiados por dirigentes del fútbol, contratados por políticos para campañas electorales, trabajando de guardias en recitales y creadores de emprendimientos en torno al club de sus amores. Juan Cristobal Guarello sentencia “son una empresa, un legítimo producto del neoliberalismo más feroz. Siempre están buscando oportunidades de negocios y de manera eficiente utilizan su mecanismo de chantaje, amenazas y violencia directa bien disfrazados con una hipócrita pasión “descontrolada” por sus equipos”. Lo que este periodista omite o desconoce, es la existencia de tendencias al interior de muchos clubes, que buscan reconstruir socialmente el fútbol, para beneficio de sus simpatizantes, socios e hinchas, con actividades solidarias y de beneficencia, con algunos dirigentes que tienen militancia política popular y son miembros activos de las “barras bravas”, pero que disienten de los jefes y dirigentes. Estas hinchadas, indistintamente el equipo de fútbol que alientan, han resistido la represión policial por décadas, por eso el acrónimo inglés A.C.A.B. que en español se traduce “todos los policías son bastardos” lo llevan tatuado, en poleras, lienzos, murales, hace años. Por eso pueden marchar juntos, dándose una tregua a una pelea por los colores absurda, porque los une el odio a los uniformados y representantes del Estado. Por consecuencia son la “primera línea” en muchas ciudades, en el caso del centro de Concepción fueron capaces de marchar por las mismas calles hinchas de Fernández Vial, Universidad de Concepción, Huachipato, Deportes Concepción, Lota y Naval. Muchos veían la decidía de un gobierno derechista y del gran empresariado, veíamos a los ancianos vendiendo en las calles, aumento de la indigencia y mendicidad de niños y jóvenes. El endeudamiento para poder vivir. Observábamos las innumerables injusticias y abusos cometidos por los agentes del Estado y funcionarios de gobierno. Se veía venir un movimiento popular. Porque el “milagro económico” es una falacia y el único milagro evidente era como no había un “estallido social” en un país gobernado por políticos sin juicio de realidad. Pero como lo dice Evaristo de La Polla Records “todos los fascistas viven cara al culo, por eso no ven mas allá de su nariz”. La respuesta del Estado y su gobierno al levantamiento popular, fue la misma que en un estadio de fútbol, pero amplificada y sistemática, como si todo el territorio nacional fuera un estadio. De esta manera la “práctica profesional”, durante 30 años, de Carabineros y sus Fuerzas Especiales en los estadios, se aplicó de manera brutal y sanguinaria contra el movimiento social. Por eso no es extraño que las “barras bravas” fueran la “primera línea” de las movilizaciones y lo que algunos olvidan, miles de hinchas son parte de los sectores populares empobrecidos, sin derechos sociales y precarizados laboralmente, y lo que algunos desconocen, el himno de este levantamiento popular lo hizo un hincha del fútbol. El Pepo lo viene cantando desde el 2002 al otro lado de Los Andes: “el verduguear a la gente es tu vocación. Matar a la gente pobre es tu profesión. Y así brindar a los ricos tu protección. Ya vas a ver, las balas que vos tiraste van a volver”. Este partido continúa y así como Roberto Matta pintó el mural “el primer gol del pueblo chileno” en 1971, esta generación tiene todo para hacer “la goleada del pueblo chileno a Piñera” en el segundo tiempo, que se inicia en marzo del 2020. Imagen: El primer gol del pueblo chileno, del pintor Roberto Matta.
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