Daniel Belmar (1906-1991) vivió gran parte de su vida en Concepción, fue docente en la Universidad del mismo nombre en la Facultad de Química y Farmacia durante varios años, quizá este contacto frecuente con el ambiente universitario, lo llevó a escribir una novela que no supera las 156 páginas, la cual tituló Los túneles morados, en ella retrata la vida universitaria en la década de los cincuenta centrándose en un grupo de estudiantes de Medicina de la Universidad de Concepción, quienes durante una noche recorren la frías y húmedas calles penquistas, pasando por garitos, bares y lupanares de la época, es así como en el libro podemos encontrar alusiones explícitas a lugares de Concepción hoy desaparecidos, entre otras alusiones a la urbe cargadas de veracidad, de este modo, Los túneles morados, se transforma en un libro- tesoro, puesto que no tuvo mucha resonancia publicitaria como otras novelas de Belmar que pasaron a la posteridad como Roble Huacho o Coirón cuya lectura es 100% recomendable.
En Los túneles morados, Belmar narra dos historias conectadas entre sí, por un lado somos lector-testigo de las peripecias de los estudiantes de medicina y por otro lado, el narrador cuenta la historia del Chico Navarro, joven que acompaña a una mujer agónica de un cáncer, mientras escribe una carta a su hermana Judith contándole sus peripecias desde que abandonara su ciudad natal Nueva Imperial hasta instalarse en Concepción. Por medio de estas historias intercaladas, Belmar plasma la vida bohemia de la ciudad penquista de los años cincuenta donde es posible advertir el fuerte compromiso del autor con las cuestiones sociales, lo cual se evidencia en los lúcidos diálogos que tienen los personajes respecto a la sociedad y el torbellino económico, cultural y valórico que nos envuelve. Las recientes movilizaciones ciudadanas así lo afirman. La invitación que Belmar nos hace con esta novela es al rescate de la memoria histórica de una ciudad que constantemente ha sido azotada y bendecida. Los conflictos retratados son los mismos que hoy convocan a cientos de personas a cuarenta años de su publicación.
Los túneles morados es un tránsito por las oscuras calles penquistas y también el viaje final hacia el infinito.
Daniel Belmar es uno de los tantos escritores cuyo rescate literario es necesario, sus novelas contienen un fuerte contenido social, el cual ha sido trasladado al mundo literario y quedará resguardado para que futuros lectores encuentren en su literatura no sólo una fuente de deleite, sino además la sorpresa de hallar en su páginas nostálgicas pero hermosas referencias a la ciudad que habitamos.
Busque este libro en su biblioteca más cercana, de todas maneras si se topa con otra novela de Belmar, no dude en leerla.