En el último trimestre, según el INE, la región lidera la tasa nacional de desocupación con un 7.9%. Llama la atención que, tal como pasa año tras año, se sigue responsabilizando al cierre de las minas y al problema de la reconversión laboral del desempleo estructural, cuando son cerca de 20 años de políticas nefastas de empleo de los distintos gobiernos en el sector.
Lota Y Coronel representan en lo que se señala cuando se habla de problema estructural. Los porcentajes de desocupación de las dos comunas- 11.9% y 11.4%, respectivamente- son cifras que se repiten desde la crisis que provocó el cierre de las minas de carbón. Hace alrededor de 20 años, que los gobiernos de la concertación y la derecha siguen condenando al olvido y al empleo precario, a través de los pro empleo, a estas dos significativas comunas de nuestra región. Las excusas que plantea la clase política, pone de manifiesto su actitud servil al interés económico privado: así como en la política de desarrollo energético se les entregan todas las facilidades legales y subsidios habidos y por haber a la iniciativa privada, la generación de empleo viene de la mano de la instalación del capital privado en nuestro territorio.
Es la misma lógica con la que intervinieron Coronel para infestar de Termoeléctricas la comuna y contaminar y cercar toda la costa a los pescadores artesanales: para que haya empleo, deben haber inversiones privadas. Y a ese capital no le importa la vida ni la salud de los trabajadores, ni de los pueblos en los que se instalan.
Desde el sector del Alcalde Leonidas Romero, independiente apoyado por la Alianza, se deja entrever la ingenuidad o el oportunismo de una política que aún cree en un capitalismo sustentable: evitando la instalación de proyectos contaminantes, al Alcalde le interesaría la instalación de un Mall. Quizás al edil sería bueno llamarle la atención respecto al impacto negativo que tienen estos megacentros comerciales sobre las economías barriales, muchas veces la última alternativa de subsistencia en las poblaciones.Y por otra parte, se entreve la poca valorización que se le da a la identidad barrial y a la plusvalía no medible de las economías locales y populares.
La reestructuración económica de nuestra región, debe ir de la mano de la valorización de lo social. Las inversiones productivas son de largo plazo y ha quedado demostrado en las últimas décadas que al capital privado solo le interesan la escasa inversión y las ganancias cortoplacistas. Por lo mismo, las inversiones productivas en el sector deben ser respetuosas del medioambiente y de las economías locales, permitiendo así el efecto de economías de aglomeración a nivel local, lo que permitiría entre otras cosas, que la mayor parte de la población de Lota y Coronel no tengan que atravesar el Bío-Bío para trabajar, descongestionando por tanto la capital provincial, descentralizando la producción, distribuyendo los excedentes a nivel local.
Porque quien general valor es el trabajador, más no el Capital.