Lucio Cuenca y el Negocio forestal: “Nadie podría decir que esta actividad es sustentable”

[resumen.cl] En nuestra región, 48 de 54 comunas se abastecen de agua a través de camiones aljibe; igualmente, hemos resaltado a nivel nacional como la que encabeza la tasa de desocupación; una alimentación cada vez más costosa menos variada y nutritiva; pérdida de bosque nativo y terrenos cultivables y desaparición del campo ¿Qué relación tendrá lo anterior con el modelo forestal?

Lucio Cuenca, miembro del Observatorio Latinoamericano de Conflicto Ambientales (OLCA) comenta a Resumen los mitos que han respaldado la promoción de este modelo, cómo se expande en nuestro país y en el resto de América Latina amparado por la clase política y el empresariado local. Asimismo expone sobre los efectos que el monocultivo forestal y las plantas de celulosa provocan en la población y en el ambiente.

En Chile el discurso del empresariado forestal y del Estado justifica la expansión de las plantaciones forestales afirmando que detuvo la erosión y aprovechó terrenos improductivos ¿Qué discursos en América Latina se han utilizado con el mismo propósito? Hay muchos mitos que han respaldado la promoción y el subsidio directo a la implantación de estos monocultivos. El decreto original efectivamente dice que tiene como objetivo principal detener la erosión, como un instrumento de lucha contra de desertificación; pero lo que se demostró con el tiempo es que su implementación promovió la sustitución de bosque nativo y de tierras agrícolas y en un porcentaje menor suelos declarados de aptitud forestal que eran los suelos que no podían ser utilizados en ningún otro tipo de actividad y que quizás cumplían este requisito de ser suelos que requerían la intervención para detener la erosión; pero en el caso del bosque nativo y las tierras agrícolas claramente hay una gran pérdida de biodiversidad y de suelos para la producción de alimentos .

Este argumento fue muy importante en Chile y también se incorporó en otros países, pero yo diría que en la etapa en que esto se promueve en Argentina, Uruguay y Ecuador, ya es directamente como fomento forestal, o sea, como fomento a una actividad productiva que generaría solución a problemas sociales y económicos contribuyendo al progreso de los países. No está asociado como lo fue en Chile a esta lucha contra la desertificación y la erosión de los suelos.

Desde el punto de vista económico y ambiental, ¿podría afirmarse que las plantaciones forestales son sustentables? En nuestro país existen 3 millones de hectáreas de monocultivo que en la cadena productiva solo tanto en la extracción del monocultivo como en la industrialización primaria (aserraderos, fábricas de celulosa) emplean aproximadamente 130 mil personas, esto no llega a ser el 2% de todo el empleo nacional, por lo tanto, es una actividad muy intensiva en el uso de los territorios y del ecosistema, que entrega muy poco empleo y genera impactos ambientales muy significativos, ya sea, por pérdida de suelo producto de la erosión, intervienen fuertemente el ciclo hídrico, lo que provoca sequía y pérdida de agua, uso de sustancias químicas que contaminan suelo, agua y agrede químicamente a los vecinos de estas plantaciones; entonces hay un fuerte impacto ambiental y social que no da mucho empleo y desplaza a la población de alrededores por la manera en que se lleva a cabo esta actividad, que destruye nuestra biodiversidad y los suelos que deberían cultivarse y aportar a nuestra soberanía alimentaria. Nadie podría decir que esta es una actividad sustentable, esta dejando un reguero de mayor empobrecimiento ya sea del punto de vista ambiental como social en nuestro país. ¿Cuáles son los efectos que tienen la instalación de una celulosa y su funcionamiento en la zonas donde se emplazan?. La producción de celulosa a nivel nacional está reconocida como un proceso altamente contaminante, esto porque el proceso de separación de la fibra de celulosa de otros componentes que tienen los árboles se requiere procesos químicos y de calor que generan muchos residuos tanto industriales líquidos como sustancias que se vierten a la atmósfera. En el caso de nuestro país, el objetivo de la instalación de estas plantas fue principalmente para proveer a nuestro país de papel, pero luego con la expansión del modelo forestal pensado para el mercado internacional lo que ocurre es que entre los 90 y años posteriores al 2000 se comienza a producir aceleradamente celulosa y de tener un millón y medio de toneladas de producción anual, pasamos hoy día a 5 millones de toneladas anuales de producción de celulosa blanqueada. Para este proceso se usa compuestos de cloro, esta acción es una de las que más sustancias químicas altamente tóxicas genera. Lo que la industria programa es generar gran cantidad de plantaciones de monocultivo que permita ir abasteciendo a las plantas de celulosa, por lo tanto, la primera estrategia es la expansión de monocultivo, luego viene la instalación de la celulosa, éstas se instalan en lugares en los que tengan cerca la materia prima pero también tienen cerca las carreteras, abastecimiento de grandes volúmenes de agua y también un lugar donde disponer los desechos que generan este tipo de industria (líquidos y residuos lanzados a la atmósfera). Un ejemplo es lo que sucede con la planta de celulosa en Valdivia que genera aproximadamente 1 metro cúbico por segundo de residuos industriales líquidos que se evacuan al río Cruces. Entonces genera una intervención a gran escala que altera la vida de toda la zona. Otro ejemplo: la lluvia ácida que es generada por los residuos emanados al ambiente impacta en las zonas agrícolas que se emplazan alrededor de estas plantas generando problemas de erosión, problemas en la vegetación, y si a lo anterior le agregamos el sistema de transporte, el traslado de las materias primas, o sea, por la escala esta industrias es un impacto muy significativo en las comunidades donde se instalan. Y sobre todo el tema de los desechos, no es menor lo que pasó en Valdivia, no es menor lo que ha pasado con la planta Nueva Aldea donde incluso recientemente se rompió una tubería que trasladaba los residuos y que generó un desastre ambiental significativo en Cobquecura. Es decir, una planta puede tener distintos focos de conflicto de acuerdo a su funcionamiento.

Si analizamos el funcionamiento de estas fábricas desde una perspectiva que beneficie a la comunidad como a través del aporte de trabajo, el modelo forestal y la industria de la celulosa es la que genera menos empleo. Actualmente de los 130 mil trabajadores que emplea ese modelo forestal que tiene casi 3 millones de hectáreas de monocultivo, que produce casi 5 millones de toneladas de celulosa al año, solamente emplea entre 6 mil y 7mil trabajadores, o sea, el sector más cuestionado por su impacto ambiental y social es la que menos empleo genera y la que más problemas de contaminación de agua y de aire provoca, entonces realmente aquí uno se explica por qué esta industria ha sido desplazada desde países como Dinamarca, Canadá que hoy se abastecen de la celulosa a bajo costo que se producen en Chile, Brasil o Argentina que externalizan los costos al medio ambiente y las comunidades aledañas.

¿Es la fabricación de celulosa dentro del modelo forestal lo más contaminante? La producción de celulosa es el sector de la industria más contaminante, y más intensivo del punto de vista de la inversión del capital pero que genera menor empleo e impacta fuertemente al medioambiente. Ni siquiera con las nuevas tecnologías, la utilización del dióxido de cloro (antiguamente se utilizaba cloro elemental), ha reducido el impacto, ya que sigue emanando dioxinas, furanos, toneladas de azufre, Anhídrido sulfuroso que son sustancias de una alta toxicidad, que afectan a la salud de la población, producen cáncer y otro tipo de enfermedades graves, pero que también como es el caso del Anhídrido sulfuroso es el precursor de la lluvia ácida en las zonas con alto niveles de humedad como el sur de Chile que no se nota de un día para otro, pero genera problemas de erosión y afectación de la vegetación y también problemas respiratorios en la comunidad. La transmisión a la población igualmente se lleva a cabo por la bioacumulación, por ejemplo, si la celulosa descarga en un río, las especies que viven allí consumen este tipo de sustancias tóxicas, luego uno consume esas especies y por lo tanto nosotros vamos acumulando estas sustancias en nuestro organismo. Si bien, esta tecnología se presenta como más amigable, no ha resuelto todos lo grandes problemas de contaminación que se generan. Hoy día hay tecnología en el mundo que prescinde totalmente del uso de los compuestos de cloro para el blanqueo de la celulosa, pero es una tecnología más cara y no se utiliza en nuestro país. Lo que pasa es que también estamos hablando de plantas gigantescas que antes no se construían en el mundo, estamos hablando de plantas que producen un millón de toneladas de producción anual. Para esto necesitan mucha materia prima y muchos insumos químicos. Estas plantas también queman una buena parte de los desechos que generan. Las plantas de celulosa hoy en día como Arauco tienen certificaciones que las presentan como amigables con el medio ambiente porque generan su propia energía, en el fondo con la quema de residuos ellos se autoabastecen de la energía que necesitan e incluso están vendiendo energía al sistema interconectado central y se están clasificando como plantas generadoras de electricidad a partir de la biomasa. Pero esto de la biomasa es bien relativo porque no es solo desecho que no ocupan de los árboles que procesan, sino que también estamos hablando de una cantidad de sustancias químicas que ellos usan en el proceso y que están siendo quemados y emitidos a la atmósfera y allí entre otras cosas va distintos compuestos de azufre, dioxina, furanos que son altamente tóxicas y cancerígenos. Comunidades que se encuentran contrarias a este modelo productivo y económico son acusados de tendenciosos ¿cómo podrías explicar esa situación y que respuestas se pueden ofrecer a este tipo de críticas? Primero hay una cuestión de vivencia, comunidades rurales que tienen que convivir, sobre todo el pueblo mapuche que ha tenido que convivir por décadas con el monocultivo forestal han visto cómo sus territorios han perdido el recurso agua, han visto cómo su actividad económica, la agricultura, se ha dañado y mermado, han visto cómo las especies nativas han desaparecido y con ello se han empobrecido y han sido obligados a abandonar sus campos e incluirse a los pobres de la ciudad. Segundo, hay estudios que demuestran que existe una asociación directa entre la pérdida de fuentes de agua, el quiebre de los ciclos hídricos de estos territiorios a partir de la expansión del monocultivo forestal. También hay estudios como el realizado por especialistas de la Universidad Austral y FORECOS que igualmente han demostrado lo vital que es el bosque nativo en la mantención y en el aumento del ciclo hídrico en nuestro territorio. Estos son datos que no se pueden desmentir, están en la ciencia como en la vivencia. No reconocerlo es no querer enfrentar la gravedad y eludir la responsabilidad de lo que está ocurriendo porque aquí estamos hablando de zonas como comunas de Malleco y el Bío Bío que entre noviembre a abril, sus habitantes no tienen agua y deben consumir agua que se les entrega en camiones aljibe. El Estado y las empresas deben hacerse cargo de las consecuencias que ha traído a las comunidades la expansión del monocultivo, al parecer no hay voluntad para hacerlo y por lo tanto sigue la idea de que este modelo se puede expandir sin límite sin considerar el empobrecimiento de las comunidades. Actualmente empresas como Arauco y CMPC han expandido su negocio a países vecinos ¿Cómo se explica esto? La expansión de las empresas de los grupos forestales como Arauco y CMPC tanto en Chile como la región se explica por la rápida capitalización que se debe a dos fuentes fundamentales: uno todo lo que fue el proceso de privatización, de liquidación del patrimonio forestal estatal a fines de los años 70 a favor de las empresas privadas y segundo, los subsidios directos e indirectos que les ha permitido tener niveles de ganancia como en ninguna otra parte del mundo y eso en un periodo de dos a tres décadas. Tener en el caso de Chile casi tres millones de hectáreas de monocultivo, más haber multiplicado por tres por lo menos la producción de celulosa con grandes plantas como la de Valdivia o Itata, mega productoras de celulosa, que son las que más rentabilidad les dan y son las que más consecuencias ambientales y sociales tienen hacia los territorios donde están incertas.

Son distintos apoyos, subsidios y políticas que benefician a las empresas que les ha permitido un alto nivel de capitalización, un alto nivel de rentabilidad que se dan el lujo de comprar plantas de celulosa en Argentina, comprar cientos y cientos de hectáreas de monocultivo en Brasil, construir plantas de celulosa en Brasil, plantas de papeles suaves en Perú etc. Es decir, se han transformado en unos monstruos con un amplio poder de incidencia en las decisiones políticas, son grupos económicos que están en toda la cadena de la actividad económica del país, no se dedican solo a la actividad forestal, están en las AFPs, en los Bancos , por lo tanto, lo que frena cualquier cambio social es el lobby que estos grupos económicos hacen con los gobiernos.

¿Qué relación hay entre la expansión en América Latina del negocio forestal y la globalización? El fomento de la actividad forestal en nuestra región se debe a una imposición de la globalización. La función de América latina es proveer de determinadas materia primas al mercado internacional sobre todo a los países de alto consumo, industrializados y que han ido elevando sus estándares ambientales que ya no quieren seguir soportando los altos niveles de contaminación de las plantas de celulosa y toda esta actividad que antes se desarrollaba en el norte. Por esto, comienza a ser desplazada a países como los nuestros donde el tema laboral es mucho más precario, las normas ambientales son flexibles, por lo tanto, estas son vías directas e indirectas de subsidios al desarrollo de esta actividad y se manejan entre comillas con mayor competitividad en el mercado, pero a costa de transferirle al ambiente y a nuestra sociedad costos que en otros lugares del mundo ya no están dispuestos a seguir asumiendo, es por esto que se desplazan a países como los nuestros donde se requiere grandes masas de monocultivo para atender la alta demanda de celulosa. Esta actividad como otras extractivas en nuestros países, ya sea en dictaduras o en procesos de reformas estructurales donde el Banco Mundial les ha impuesto determinadas directrices económicas de reconvertir sus matrices productivas, han ingresado asociadas con grupos económicos nacionales y con grupos políticos nacionales. Por ejemplo, en el caso de Chile uno de los grandes actores del negocio forestal es la familia Angelini, tanto en el sector forestal como en el pesquero se ha sabido de su vinculación con sectores políticos de derecha y también de centro como la DC, altos directivos del grupo Angelini han sido familiares o altos dirigentes de la DC o igualmente directivos asociados a la dictadura en su momento que luego de ser dirigentes del gobierno pasaron a ser altos directivos de estas empresas. Otro caso es el de Etchegaray , ministro en el gobierno de Aylwin y que luego en la crisis del desastre del río Cruces fue el designado por el grupo Arauco para encabezar la salida de la crisis que habían generado en este desastre ambiental. Claramente hay una asociación y complicidad de ciertos sectores políticos en Chile y en otros países de Latinoamérica para que se mantenga una institucionalidad favorable, para que se siga expandiendo este modelo extractivista y que estos grupos económicos puedan ir capitalizando y creciendo de una manera muy rápida y que además les permita expandirse dentro de los países y la región. ¿Que se requiere para provocar un cambio de esta realidad? Lo que se requiere es un cambio en las políticas, dejar de incentivar la expansión de este modelo. Se necesita el fortalecimiento de los sistemas agrícolas, de la producción agropecuaria. En Chile hay muy poca preocupación por la soberanía alimentaria, o sea, que en nuestro país se produzca alimentos en cantidad y calidad para nuestra población, por ejemplo hace 15 años producíamos todo el trigo que necesitábamos, actualmente el 50% lo exportamos desde Argentina y Estados Unidos, porque las zonas en las que producíamos este grano han sido reemplazadas por el monocultivo forestal, hay que revalorizar el papel de las comunidades agrícolas y campesinas. Con la continuación de este modelo no solamente tenemos pérdidas económicas; igualmente existe una pérdida sociocultural. Un Estado y una política responsable debería revertir lo que acontece, pero la tendencia es fortalecer esta matriz productiva extractivista y en caso del modelo forestal, es seguir incentivando el monocultivo. Hoy día se están sumando otras medidas tendientes a fortalecer el negocio forestal, por ejemplo, se quiere reemplazar el Decreto 701 por un decreto que no solo permita incentivar el monocultivo para uso de madera y celulosa sino que también para uso energético; se está poniendo también como incentivo involucrar estas plantaciones con las transacciones de bonos de carbono, se están agregando incentivos para expandir este modelo a pequeños propietarios.

Para cambiar esto hay que reconocer que el modelo forestal ha sido extremadamente dañino. Es necesario abandonar las políticas extractivistas no solo en esta área productiva sino también en la minería y explotación de las zonas costeras, tiene que haber una conexión para reencausar nuestra estrategia de desarrollo de nuestro país: democrático, descentralizado, soberano y respetando los territorios y comunidades.

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