La manifestación más grande de la historia post franquista de este país se ha vivido este sábado en Barcelona. Según fuentes de la Guardia Urbana (policía municipal) 1.1 millón de personas han asistido a la manifestación, mientras tanto, desde Òmnium cultural, entidad que ha organizado la manifestación, han sido 1.5 millones los asistentes. La cabecera de la marcha se ha visto sobrepasada por la gran cantidad de manifestantes y tuvo que disolverse antes de llegar al final, Plaza Tetuán, esto en medio de la polémica por las presiones del gobierno autonómico por participar en una deslucida cabecera, sin lemas, cosa que se pactó en medio de la insatisfacción de las entidades organizadoras.
José Montilla, president de la Generalitat, (PSC-PSOE) no ha podido acabar la marcha, entre pifias y envoltado por banderas y gritos independentistas, él y sus predecesores, Jordi Pujol y Pasqual Maragall y los dirigentes políticos catalanes, han tenido que salir de la marcha, el presidente se refugió en la consejería de Justicia del gobierno catalán, en medio del rechazo ciudadano por su tímida acción a favor de los derechos de Cataluña. Los socialistas entregaban pegatinas con la cara de Montilla, apoyando el estatuto que, votado y reconocido por las cámaras catalana y española y reafirmado en un referendum, ha sido declarado inconstitucional por un tribunal constitucional heredero del franquismo, todo ello tras un recurso presentado por el Partido Popular, la derecha españolista que tinen una pálida representación política en cataluña.
Luego de cuatro años de espera y desacuerdos, la sentencia declara inconstitucional gran parte del articulado del estatuto, dejando cerrada cualquier posibilidad de ganar autogobierno e incluso, retrocediendo en derechos lingüísticos, económicos y judiciales. La manifestación ha dejado claro que la vía autonomista no tiene futuro, la gente ha gritado a favor de la independencia, con plena conciencia de que el estatuto es parte del pasado y que no se puede negociar con España, como lo han dicho algunos políticos nacionalistas, intentando captar la nueva sensibilidad independentista.
Políticamente, ha destacado el bloque de la izquierda independentista, formada por partidos políticos, asambleas de jóvenes i las CUP (candidaturas de unidad popular, referente municipalista de la izquierda independentista) que se encontraba fuertemente representada, tras la consigna "ningún estatuto nos hará libres: independencia". Por su parte, las CUP han tenido una gran concurrencia de militantes de todo el país, estando presentes en toda la marcha con banderas y pancartas, en un rol muy activo de visibilidad.
Hacia el final y desde un camión ubicado en Paseo de Gracia, se han leído comunicados y parlamentos de representantes de este bloc de la izquierda independentista, posteriormente, en la esquina de Paseo de Gracia y la calle Aragó, un grupo de manifestantes ha quemado una gran bandera española, dejando en claro el camino que proponen las organizaciones del independentismo de izquierda: no hay concesiones hacia el estado español.
La manifestación está levantando gran revuelo, pensando en que este año hay elecciones para el parlamento de Cataluña, además, se han convocado manifestaciones en otros puntos del mundo, en San Sebastián (País Vasco) miles de personas han apoyado la idea de autodeterminación, tanto para su país como para Cataluña, en otras capitales europeas, norteamericana y latinoamericanas también se ha llamado y se han hecho concentraciones para dar apoyo a la manifestación catalana.
Desde hoy, la relación entre España y Cataluña toma otro cariz y existe la convicción entre muchos catalanes y catalanas que es la independencia el concepto que se debe discutir, lejos de las quimeras federalistas o autonomistas, veremos como evoluciona, ahora el turno de mover ficha lo tiene Madrid