[resumen.cl] Durante la semana pasada, los reyes de Noruega Harald V y Sonja, visitan Chile en el marco de los 100 años de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Junto a ellos se desplaza una comitiva de 60 empresarios de esta nación escandinava, principalmente, del negocio salmonero. Además de su visita a la zona central y metropolitana, también estuvieron en Punta Arenas y Puerto Williams, considerado el asentamiento administrativo más austral del mundo. Manifestantes dejaron en claro que se oponen a los impactos socioambientales de la industria salmonera en las prístinas aguas de Magallanes, mientras agrupaciones realizaron una declaración binacional contra este negocio.
Cabe recordar que Noruega es el primer productor mundial de salmones cultivados, y el segundo es Chile. Precisamente, empresas salmoneras de Noruega y el sector financiero de la nación nórdica son importantes inversores de la industria salmonera chilena, donde operan las cuestionadas empresas Marine Harvest (Mowi) y Mainstream (Cermaq).
En Punta Arenas, habitantes de la ciudad protestaron contra la visita con la consigna: "No a las salmoneras", según informó Radio Uchile
[caption id="attachment_60239" align="alignnone" width="460"] Foto: https://radio.uchile.cl/[/caption]
En Puerto Williams, última ciudad habitada del mundo, en medio de una zona de reserva de la biosfera donde habitan los últimos yaganes, hay oposición a la instalación de salmoneras. La semana pasada, el medio especialista en temáticas ambientales Mongabay denunció que precisamente la empresa Nova Austral S.A. se está instalando en las prístinas aguas de la reserva de la Biosfera Cabo de Hornos.
Este domingo la delegación de empresarios y monarcas noruegos llegó a Puerto Williams. En la ciudad, manifestantes instalaron pancartas e intentaron realizar una caravana para protestar ante la llegada de los reyes al aeródromo, la que fue interceptada por Carabineros.
De todas formas algunos manifestantes gritaron consignas contra los intereses empresariales durante el discurso del gobernador, según consignóEl Mostrador.
[caption id="attachment_60238" align="alignnone" width="760"] Protesta en las afueras del museo antropológico de Puerto Williams[/caption]
Posteriormente los reyes se trasladaron hasta el el museo antropológico Martín Gusinde. En las afueras del establecimiento, se desarrollaba una protesta donde manifestantes gritaban denunciaban los impactos socioambientales del negocio salmonero y expresaban su negativa a que empresas se instalen en el canal Beagle. Además, denunciaban el despido injustificado de director del museo Alberto Serrano, quien fue precisamente quien tuvo que recibir a los reyes y desempeñarse como traductor.
[caption id="attachment_60240" align="alignnone" width="760"] Comitiva monárquica dentro del museo antropológico de Puerto Williams[/caption]
El mismo medio señala que efectivos de seguridad de la comitiva monárquica intervinieron para evitar que Serrano tradujera un mensaje de una representante histórica del pueblo yagán que se expresaba en desaprobación al negocio salmonero.
En la zona también se encontraba el presidente de la comisión de medio ambiente del Senado, Guido Girardi (PPD) quien recordó que la industria del salmón en Chile ha generado una serie de consecuencias ambientales y que además suelen traspasar las normas, actuando reiteradamente de forma fraudulenta e irregular. Además agregó que van a presentar un proyecto de ley que exija estudios de impacto ambiental y no simples declaraciones de impacto ambiental, como ocurre ahora.
Por otra parte, la directora del programa de conservación y biodiversidad del centro de investigación Omora de Puerto Williams dependiente de la Universidad de Magallanes, Tamara Contador expuso a la comitiva las características que hacen importante el cuidado de toda la zona del Canal Beagle y especialmente la delimitada como Reserva Mundial de la Biosfera.
Además, autoridades municipales de Cabo de Hornos, junto a representantes del Concejo Deliberante de Ushuaia, redactaron un manifiesto binacional contra la expansión salmonera, al cual adhirieron representantes de pueblos originarios, científicos, agrupaciones sindicales y organizaciones políticas de Chile y Argentina.
En su declaración destacan que "Los habitantes de las ciudades ribereñas del canal Beagle exigimos el derecho de decidir sobre el crecimiento de nuestra región, si será en base al cuidado del recurso paisajístico, el manejo del turismo y el desarrollo sustentable de los recursos naturales, o si será con actividad intensiva, altamente contaminante, como es el caso de las salmoneras, es decir, repitiendo los errores del pasado"
Además, concluyen que: "Es un contrasentido pensar en generar empleo a expensas del ambiente. Las salmoneras son salmones para nosotros hoy, hambre para las generaciones futuras". Expansión del negocio salmonero.
La expansión de la industria salmonera hacia los mares del sur se da en un contexto de profundo cuestionamiento a este sector extractivista. Todas las etapas de su circuito de producción de mercancías en base al cultivo de salmones introducidos a los ecosistemas locales generan impactos ambientales como: alta demanda de harina de peces silvestres e insumos de la agroindustria; contaminación en ríos, lagos y zonas costeras con basura, residuos orgánicos, compuestos tóxicos (pesticidas) y antibióticos; contribución a la diseminación de organismos parásitos y a la propagación de microalgas, y también de los propios salmones mediantes escapes masivos, entre otras consecuencias. Además, múltiples denuncias indican que empresas suelen operar en el margen de la legalidad, sin problemas para traspasarla, amparados probablemente en la escasa capacidad de fiscalización estatal y la remota ubicación de sus centros de cultivo en los fiordos australes.
Junto a esto, las deplorables condiciones laborales con las que trabajadores y trabajadoras del sur de Chile históricamente han sido explotados por estas empresas, han generado muertes, enfermedades y trastornos culturales en las últimas décadas.