[MAPA] Empresas salmoneras y acuícolas de Errázuriz y Stengel tramitan concesiones en la costa de la región del Maule

[resumen.cl] La industria salmonera y la acuicultura industrial buscan expandirse hacia el borde costero de la zona central de país. Así como 83 concesiones se mantienen en trámite en la región del Bio-Bio, en la costa de la región del Maule se tramitan otras 18 concesiones para acuicultura a gran escala. Desde Chovellén hasta el sur del río Maule, son 10 sitios en los que se tramitan concesiones de cultivos de salmones, cuyas empresas involucradas son Salmoconcesiones (Grupo Errázuriz) y Chilean Aquaculture S.A., ligada a Marine Harvest Chile. Escasos kilómetros al norte, específicamente en las desembocaduras de los ríos Huenchullamí y Mataquito, se tramitan 8 concesiones de miticultura para las empresas Cultivos Marinos Lago Yelcho y algunos sindicatos. Aunque inicialmente Resumen informó que Cultivos Marinos Lago Yelcho era otra de las empresas de la familia Stengel  (que también pretende instalar proyectos acuícola-industriales en la costa de Ñuble) posteriormente se rectificó la información: la empresa Cultivos Marinos Lago Yelcho con sede en Puerto Montt no estaría relacionada directamente con las empresas del grupo Stengel. Estos centros de cultivo podrían establecerse como nuevas fuentes de contaminación y trastornos socioambientales para la costa de la región donde, anteriormente, solo se habían desarrollado cultivos de salmones en ríos. Esto podría modificar el ecosistema del borde costero de forma drástica y poner en peligro la seguridad alimentaria de la propia población local.

En la región del Maule, 18 solicitudes de concesiones para salmonicultura y acuicultura industrial se encuentran en trámite. Diez de ellas, de salmonicultura, se ubican en la costa de las provincias de Cauquenes y Constitución y otras ocho, principalmente de miticultura industrial, se ubican en la provincia de Licantén, específicamente en las desembocaduras de los ríos Mataquito y Huenchullamí. Durante 2016, la acuicultura industrial ha buscado posicionarse a gran escala en la costa de la zona centro-sur de Chile. En la región del Bio-Bio, un total de 83 solicitudes para cultivo de salmónidos y 21 solicitudes para cultivo de mitílidos (choritos) registra la Subsecretaría de Pesca, mientras que 11 proyectos en la costa de Ñuble ya fueron ingresados al Servicio de Evaluación Ambiental.

MAPA: Concesiones de acuicultura por estado de trámite y proyectos de acuicultura industrial y salmonicultura ingresados en la región del Maule. Un total de 10 solicitudes para cultivo de salmónidos y 8 solicitudes para cultivo de mitílidos se registran actualmente en la región. Para desplegar la información de cada concesión o proyecto, hacer click en los puntos respectivos. Fuente: subpesca.cl y sea.gob.cl

 

En la costa abierta cercana a la Reserva Nacional los Queules, al sur de Chovellén, se tramitan dos concesiones marinas de 15 hectáreas para el cultivo de distintas especies, tales como: salmón cereza, salmón del atlántico, salmón keta, salmón plateado, salmón rey, salmón rosado, trucha arcoiris, trucha café, trucha de arroyo y trucha de la montaña. Las concesiones se tramitan a nombre de la empresa Salmoconcesiones S.A.

Salmoconcesiones S.A. es una empresa controlada por Salmones de Chile S.A. e Hipermarc (Ex Supermercados Unimarc S.A), todas empresas de propiedad del grupo Errázuriz, cuyo controlador final es la Familia Errázuriz, sociedad liderada por Francisco Javier Errázuriz Ovalle, hijo del fundador del conglomerado, el ex candidato presidencial y ex senador Francisco Javier Errázuriz Talavera.

[caption id="attachment_31746" align="aligncenter" width="600"]errazuriz_ovalle Francisco Javier Errázuriz Ovalle. Fuente: Archivo La Segunda[/caption]

El grupo ha sido investigado por fraude tributario, por crear empresas fantasmas, usar facturas falsas y simular transacciones con su producción de yodo. Además de Salmoconcesiones S.A., las empresas del grupo Errázuriz participan en el rubro pesquero y salmonero con Bahía Coronel y Salmones de Chile S.A. Estas dos empresas han sido cuestionadas recientemente por corrupción y pesca ilegal de mediante el mayor decomiso de la historia del Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA), ocurrido el 25 de septiembre de 2015. Inicialmente, SERNAPESCA anunció la detección de 5.602 toneladas de harina de pescado no declaradas, distribuidas en tres bodegas en Coronel y Cabrero, pertenecientes a Salmones de Chile Alimentos S.A., comercializadora que no se encontraba registrada en la institución. Posteriormente, las cantidades procesadas por Bahía Coronel se recalcularon a 7.588 toneladas avaluadas en 11.000 millones de pesos, y se concluyó que para fabricar esta cantidad se debieron pescar más de 40.000 toneladas de pesca silvestre.

El pasado miércoles 7 de septiembre de 2016, un fallo de la Corte de Apelaciones de Concepción ordenó al Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA) devolver 5.500 toneladas del total de harina incautada en septiembre de 2015. La corte acogió los recursos presentados por la empresa, estableciendo que no se debió presumir esta harina incautada como ilegal, pese a que aún no se conoce el origen de las especies con las que fue elaborada. En la costa industrial del Bio-Bio, la actividad de decenas de empresas pesqueras abastece a la industria salmonera en la zona sur y austral del país, mediante la explotación de cantidades indeterminadas de especies de peces tales como sardina y anchoveta, pero muy probablemente también: mote, pampanito, pejerrey, tritre, agujilla, sierra, calamares como jibia y pulpo, entre otras especies pelágicas.

En el caso de la incautación de septiembre de 2015, las deficientes características con las que se realiza la fiscalización pesquera en la Región del Bio-Bio pudieron haber permitido que la empresa recurriera a la corte para invalidar todo el proceso de incautación y las denuncias contra las empresas que continúan lucrando con la explotación pesquera, tanto legal como ilegal.

Entre Pelluhue y Chanco, en la costa cercana a la Reserva Nacional Federico Albert, se tramitan otras dos concesiones de 15 hectáreas para Salmoconcesiones S.A. del grupo Errázuriz, para el cultivo de las mismas especies de salmónidos mencionadas anteriormente. Una concesión se tramita al oeste del río Rahue, y otra al suroeste del estero Puchaman.

Frente a la desembocadura del río Reloca en la comuna de Chanco, se tramita otra concesión para la empresa Salmoconcesiones, con una solicitud de 15 hectáreas.

En la comuna de Constitución, en la bahía al norte de Loanco y al noroeste de Punta Parrón, se tramita una concesión de 15 hectáreas para Salmoconcesiones S.A. Al oeste del estero Malhueco se tramita otra concesión de 15 hectáreas, y otra también hacia el suroeste de la laguna Llau-Llau con la misma superficie, ambas de Salmoconcesiones. Lo mismo que al oeste de cabo Humos.

Al sur de la ciudad de Constitución, al suroeste de punta Maguellín se tramita una concesión de 18 hectáreas para la empresa Chilean Acuaculture S.A., anteriormente Pan Fish Chile, empresa que según El Mercurio, se fusionó hace una década con Marine Harvest.

En la desembocadura del río Huenchullamí, se tramita una concesión de mitílidos, ostras y pelillo para el sindicato de Putú y una concesión de miticultura industrial de cholga, chorito y choro para la empresa Cultivos Marinos Lago Yelcho. Esta empresa también tramita concesiones en las provincias de Concepción y Arauco. Aunque inicialmente se informó que Cultivos Marinos Lago Yelcho era otra de las empresas de la familia Stengel posteriormente se rectificó la información: la empresa Cultivos Marinos Lago Yelcho con sede en Puerto Montt no estaría relacionada directamente con las empresas del grupo Stengel.

Por su parte, la empresa de Stengel si pretende operar en el límite difuso entre 2 regiones administrativas. Inversiones Pelícano, empresa que a principios de 2016 presentó al Servicio de Evaluación Ambiental, 11 proyectos de salmonicultura y acuicultura en la provincia de Ñuble. Recientemente, en septiembre de 2016, Inversiones Pelícano S.A., solicitó una extensión de un año de plazo para responder las observaciones que la comunidad y los servicios públicos realizaron en el marco de las instancias de Participación Ciudadana (PAC). Un mecanismo que usan las empresas para buscar apoyo técnico, para validarse y reparar todas las fallas que traía su proyecto y que habían sido denunciadas y facilitadas por la comunidad ante el Servicio de Evaluación Ambiental.

  [caption id="attachment_31747" align="aligncenter" width="805"]stengel_empresarios Representantes de la familia Stengel. Fuente: Resumen Gráfico[/caption]  

En la desembocadura del río Mataquito, se tramitan 6 concesiones de miticultura industrial, con superficies que fluctúan entre 11 a 20 hectáreas para el cultivo de cholgas, choros y choritos, por parte de la empresa Cultivos Marinos Lago Yelcho del grupo Stengel.

Foco de contaminación y presión alimentaria para la Región del Maule.

En 2010, comenzó el incremento en el número de concesiones acuícolas entregadas a la industria salmonera en la zona austral del país, lo que ha sido denunciado por pescadores artesanales y organizaciones ambientales como “la privatización del mar chileno”. Esta medida consideró la entrega en propiedad de las concesiones de acuicultura a empresas que las usaron a modo de hipoteca al solicitar créditos a la Banca privada durante la crisis por el virus ISA en 2007. A finales de 2010, la Bolsa de Productos de Chile declaró la intención de asignar un valor de mercado a las concesiones acuícolas. Desde entonces, se ha denunciado el alto valor en el mercado especulativo que alcanzan las concesiones acuícolas de esta industria, fomentando la solicitud de varios cientos de concesiones acuícolas en el mar austral de Chile, incluso dentro de Parques Nacionales Marinos. Y aunque la cifra de concesiones solicitadas sea mayor al número de centros de cultivo que finalmente entran en operación, la actividad de los centros de cultivo existentes ya ha generado trastornos ambientales y sociales en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes.

Anteriormente en la región del Maule, solamente se habían desarrollado cultivos de salmones en ríos en las provincias de Talca y Linares, los que tampoco han estado exentos de conflictos. En 2014, La comunidad de Molina, en la Región del Maule, manifestó su rechazo a la instalación de centros de cultivo de salmones de la empresa Loncoyen SPA, en el río Claro frente al sector rural de La Palmilla, según señaló el medio local Vivimos la Noticia, por los impactos que podría generar al turismo local, especialmente en la zona cercana al Radal 7 Tazas.

Las descargas directas de los sistemas acuícolas, o mediante canalizaciones, depósitos en rellenos sanitarios y vertederos, contienen materia orgánica, nutrientes y sólidos suspendidos. Esto puede repercutir en los sistemas de agua dulce debido al agotamiento del oxígeno, y al incremento en la eutrofización y la turbidez de las aguas receptoras. Mientras se desarrolla la operación de la industria salmonera en múltiples ríos de la zona centro-sur de Chile, sus consecuencias ambientales permanecen poco estudiadas.

En la costa de la región del Maule, ahora amenazada con la instalación de cultivos industriales marinos, se podrían generar nuevos focos de contaminación en zonas que hasta ahora presentan baja o nula influencia antrópica. Estudios han reportado que los centros de cultivo de salmonicultura industrial en general presentan un alto riesgo de incremento de materia orgánica en los sedimentos por fecas de peces y comida no ingerida, impacto de acumulación de metales pesados en las comunidades del fondo marino, impacto de componentes terapéuticos en organismos silvestres, riesgos de efectos fisiológicos en organismos del ecosistema, debido a los bajos niveles de oxígeno disuelto en la columna de agua o debido a acumulación de H2S (sulfuro de hidrógeno) y amonio, riesgo de efectos tóxicos por blooms algales, cambios en la comunidad biológica del fondo marino, proliferación de organismos patógenos para peces silvestres e incremento en la incidencia de enfermedades entre los peces silvestres. Además, la contaminación con elementos sólidos, como metales y desechos plásticos, también puede tener impactos en los ecosistemas marinos.

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Por otra parte, la miticultura industrial, dependiendo de la intensidad del cultivo, también puede generar altas tasas de sedimentación por fecas o seudofecas, incrementando el contenido de materia orgánica, aumentando la eutrofización y el consumo de oxígeno, derivando en modificación de las comunidades de organismos del fondo marino y pérdida de biodiversidad.

En la costa de las regiones de Los Ríos, Araucanía, Bio-Bio y Maule, las empresas de cultivos industriales tramitan hoy importantes concesiones en el mar, llamativamente cercanas a la desembocaduras de ríos o esteros. Sectores que son fundamentales en el ciclo de vida y reproducción de muchas especies, algunas de ellas de importancia para la pesca artesanal. En el caso de las desembocaduras de los ríos Mataquito y Huenchullamí al norte de Constitución, una serie de centros de cultivo de la empresa Cultivos Marinos Lago Yelcho y algunos sindicatos locales pretenden instalarse en una zona de alta prioridad para la conservación de la biodiversidad local, caracterizada además por sus humedales y alta presencia de aves.

La salmonicultura industrial en Chile, que requiere un enorme volumen de insumos alimentarios desde la agroindustria y la pesca industrial, ya generaba una fuerte presión sobre las poblaciones de peces y sobre los territorios que soportan cultivos agroindustriales en la zona centro-sur, potenciando una contradicción desastrosa: la pesca silvestre y la comida producida en los campos termina como alimento para peces cultivados para exportación, mientras la población local es empujada forzosamente a alimentarse de comida industrial procesada. En la región del Bio-Bio, esta presión ha contribuido fuertemente en la generación de una crisis en la economía de la pesca artesanal, cuyas especies que abastecían a miles de familias ahora se encuentran en colapso luego de décadas de depredación pesquera industrial y semi-industrial. La región del Maule, hasta ahora ha podido conservar mejor algunas poblaciones de especies debido a la menor escala de extracción de la pesca artesanal local y la relativa lejanía a centros de procesamiento industrial de pesca pelágica, pero el establecimiento de nuevas fuentes de contaminación en el mar y la demanda de alimentos para uso de esta industria, podrían modificar el ecosistema del borde costero de forma drástica y poner en peligro la seguridad alimentaria de la propia población.

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