Si bien por motivos lógicos hubo menos participación que en las marchas de 2019, la actitud y la moral de las y los participantes fue notable, resistiendo la represión valientemente, así como los intentos desesperados de los grandes medios de comunicación para atacar las manifestaciones. Por otra parte, hubo algunos saqueos que habrían sido permitidos por Carabineros uniformados y de civil que estaban en ese mismo lugar pero con la aparente misión de reprimir las manifestaciones. Si desde la élite creen que los sectores populares están absolutamente vencidos o doblegados, la manifestación de ayer en Concepción es una muestra de que aquello no es así, aún hay gente que resiste y mantiene las demandas sociales expresadas durante el Estallido Social.
Por Joaquín Pérez
Desde tempranas horas de ayer diversos establecimientos educacionales anticiparon las salidas de sus estudiantes, lo mismo comenzaron a hacer diversos lugares de trabajo de la ciudad. A las 17:00 horas algunas partes del centro de Concepción asemejaban a un día domingo, con pocas personas circulando. Solo un detalle alertaba lo que ocurriría horas más tarde en la capital regional, dispositivos de Carabineros se emplazaban estratégicamente en diversos puntos.
Mientras el centro de la ciudad se vaciaba, lentamente llegaban personas hasta la Plaza Perú, lugar de reunión y desde donde saldría la marcha por los tres años del “Estallido Social” de octubre del 2019.
Pasadas las 18:30 ésta se inició, avanzando por la Diagonal Pedro Aguirre Cerda para llegar a Avenida O'Higgins, donde se pudo ver el primer acercamiento de contingente policial, tanto por O'Higgins como por calle Tucapel, en una provocación que comenzaría a calentar los ánimos.
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La presencia permanente de COP de Carabineros detrás de la marcha y por calles en paralelo, era permanente. La decisión de las autoridades de reventar la manifestación podría haber estado tomada desde antes que ésta se iniciara. Más aún, la aparente presencia de los “intramarcha” -policías de civil infiltrados- acompañados por una intensa vigilancia de cámaras y drones, además de un helicóptero, no hacían más que buscar episodios de enfrentamientos.
Por eso resultó tan sospechoso el actuar de un grupo de unas nueve personas, que se descolgaban de la marcha para provocar destrozos e intentar saqueos, a metros de policías de civil y uniformados. Sin embargo, las únicas personas que hicieron algo para controlarles fueron los propios manifestantes. Dos personas mayores que participaban de la manifestación fueron agredidas por este grupo, al tratar de impedir el saqueo de una tienda de ropa usada, de la cual los delincuentes salieron con algunos accesorios de computación.
Bastó este hecho para que se produjera la primera agresión de Carabineros, no contra el lumpen, sino contra los manifestantes que se encontraban a la cola de la marcha.
Al paso por calle Salas, a una cuadra de la primera comisaria de Carabineros se produjo el segundo choque y esta vez los efectivos de COP intentaron dispersar la manifestación con carros lanza agua, lanza gases, efectivos de infantería y caballería. No obstante, se encontraron con manifestantes que los encararon y contuvieron, con lo cual la marcha pudo proseguir.
Un tercer intento de Carabineros por disolver la manifestación se dio en Avenida Prat, frente al gobierno regional, luego de que un manifestante rompiera el vidrio de una garita de seguridad apostada a orilla de la calle. Nuevamente el actuar policial se concentró no en la situación específica, sino que en reprimir e intentar disolver la manifestación. Se produjeron apaleos, cargas con caballos, utilización del carro lanza aguas cuyo contenido ,al igual que como se denunció reiteradas veces durante el Estallido, tenía altas concentraciones de sustancias lacrimógenas disueltas, que provocaban intenso ardor en la piel, vista y olfato.
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De ahí en adelante la retaguardia de la marcha se mantuvo en un permanente roce con carabineros, que intentaron reventarla. Los grupos de cabecera de la marcha comenzaron a prender fogatas con basura en algunos puntos de avenida Los Carrera.
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En el intertanto, se produjo un segundo intento de saqueo en una estación de servicios Shell, específicamente en el punto de venta de comida. La marcha continuó por Los Carrera y a pesar de todas las embestidas, logró llegar hasta la rotonda de Paicaví, epicentro del Estallido Social en Concepción, como pretendían los manifestantes.
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Si bien la manifestación está por lejos de tener la masividad de las que se realizaban en 2019, es significativamente mayor, al menos cuatro veces más gente, a la efectuada el 11 de septiembre pasado, inmediatamente después del triunfo del Rechazo. Pero además del número, la actitud y la moral de los marchantes fue distinta. Si desde el poder económico y político creen que los sectores populares están absolutamente vencidos o doblegados, la manifestación de ayer en Concepción es una muestra de que aquello no es así. Aún hay gente que resiste y mantiene las demandas sociales expresadas en octubre de 2019.
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