[resumen.cl] Este jueves se realizó una nueva marcha contra los proyectos de instalación de terminales de gas importado por vía marítima, conexiones y proyectos de grandes centrales termoeléctricas en el Biobío y Ñuble. Manifestantes y participantes de distintas agrupaciones socioambientales marcharon por el centro de la ciudad denunciando los planes estatales y empresariales de potenciar el sector energético e industrial pesado y sus consiguientes impactos ambientales a nivel local y global.
A partir del atardecer, cerca de 1000 manifestantes se reunieron en la Plaza de Tribunales. Gritaron consignas y con pancartas manifestaron su negativa a una serie de proyectos que podrían transformar la matriz energética de la región, potenciando la producción de energía a traves de combustibles fósiles como el gas proveniente de países exportadores para abastecer nuevas termoeléctricas en la zona.
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Los y las asistentes marcharon por avenida O'Higgins hasta calle Rengo, para posteriormente llegar a la Plaza Independencia, y luego hacia Avenida Los Carrera en donde a la altura de calle Ongolmo se registraron barricadas. Posterior a la llegada de Fuerzas Especiales de Carabineros, los manifestantes se dispersaron.
La convocatoria estuvo a cargo de la Coordinadora Intercomunal contra Octopus, instancia que agrupa a las distintas organizaciones que se oponen a dichos proyectos: Coordinadora Chorera, Coordinadora Tomecina, Coordinadora Penco-Lirquén, Comité Bulnes Sin Termoeléctricas, Comité Pemuco Sin Termoeléctricas y la Asociación Koñintu Lafken Mapu Penco.
Esta es la primera manifestación de la Coordinadora Intercomunal en este gobierno de Piñera, que sería continuador de las políticas energéticas anteriores, fomentadoras de generación para el consumo principalmente industrial, y con miras hacia la exportación.
Principales proyectos energéticos en la Bahía de Concepción y en el trazado del Gasoducto del Pacífico
El terminal GNL Penco-Lirquén(Ex Octopus) implica la operación de la central termoeléctrica El Campesino en Bulnes, más otra central bajo el nombre de Inversiones El Carmen. La central termoeléctrica El Campesino, con una inversión de US$ 804 millones, es la segunda etapa del proyecto de importación masiva de gas de Biobiogenera, iniciativa empresarial ligada a inversionistas chilenos tales como Juan José Gana y César Norton Sacre, en conjunto con las compañías Cheniere Energy de Estados Unidos y EDF (Electricidad de Francia). El proyecto de terminal marítimo inicialmente fue aprobado, pero tuvo que retroceder para completar el proceso de Consulta Indígena, un trámite que inicialmente el proyecto no había cumplido y el cual debería cerrarse este año.
En diciembre pasado, empresa Biobiogenera anunció que la Unidad Flotante de Almacenamiento y Regasificación (FSRU, por su sigla en inglés), que se construye en Corea del Sur para operar en el terminal GNL Penco, había cunplido con sus pruebas de navegación y se acercaría su entrega definitiva al proyecto. En una declaración de la empresa Biobiogenera aseguraron que luego del retraso del proyecto, el contrato original para la construcción del terminal había quedado fuera de plazo. Ellos esperaban estar en condiciones de adjudicarlo en el segundo semestre de este 2018.
El terminal GNL Talcahuano tendrá una inversión superior a 160 millones de dólares. Su principal accionista es el fondo estadounidense Stonepeak. El proyecto busca materializarse en base a sociedades con otras empresas locales, como la Universidad de Concepción, Cementos Bío Bío y CAP, empresa que facilitará instalaciones de muelle. Pudiendo ser el primer paso para la instalación de la denominada Plataforma Logística del Biobío, una nueva zona industrial que se asentaría sobre 900 hectáreas del humedal Rocuant-Andalién, zona de alta prioridad de conservación biológica y que actualmente es de propiedad de ASMAR y de la Inmobiliaria Parque Andalué. Se encuentra asociado a la central termoeléctrica Tierra Noble en la comuna de Cabrero, la cual sería desarrollada por Global Power Generation GPG, filial de la multinacional española Gas Natural Fenosa, que actualmente es la propietaria mayoritaria de CGE. Organizaciones socioambientales de la zona solicitaron anular el permiso del proyecto GNL Talcahuano debido presuntas irregularidades cometidas sobre recursos naturales que no habrían sido declarados en la evaluación, aspectos no considerados sobre la actividad pesquera y sobre sectores estratégicos para la conservación, así como la omisión de un proceso de consulta indígena en la comuna chorera.
La termoeléctrica “Las Arcillas” de la firma E-CL (filial de la franco-belga Engie-GDF Suez) pretende generar energía a partir de una unidad de ciclo combinado a gas y vapor con una potencia neta de 480MW. Esta central considera una conexión al Gasoducto del Pacífico en una distancia de aproximadamente 16 km. Este proyecto estaría pronto a ser votado en la Intendencia en las próximas semanas.
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Además de buscar las instalación de terminales marítimos como GNL Penco-Lirquén o GNL Talcahuano para recibir gas importado desde países productores, el sector empresarial local y las políticas de estado han potenciado directamente la producción energética en la zona mediante grandes centrales y proyectos termoeléctricos de gas natural en torno al Gasoducto del Pacífico, que conecta la conurbación de Concepción con la Provincia de Neuquén en Argentina, donde hay vastos yacimientos de gas que son extraídos mediante la nociva técnica de fractura hidráulica o fracking.
Reuniones bilaterales entre Chile y Argentina y también específicamente de las regiones y provincias limítrofes, para traer este combustible a la zona a través del Gasoducto del Pacífico, construido en 1999 y que conecta Hualpén (Bio-Bio) y Loma de Lata (Neuquén).La intención es realizar un intercambio de energía, denominado “Swap” donde se puede enviar tanto electricidad como gas importado por vía oceánica desde Chile a Argentina por un punto, junto a la retribución con gas hacia Chile por otro punto de envío. Para esto se evalúa utilizar la infraestructura ya existente del Gasoducto del Pacífico.
Sector energético, emisiones invernadero y cambio climático catastrófico
El sector energético es uno de los principales responsables de las emisiones de gases invernadero a nivel global y está basado principalmente en el uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Pese a las restricciones nominales que se han planteado desde las más recientes cumbres climáticas, este uso de combustibles fósiles se incrementa a nivel global, aumentando las emisiones de gases invernadero, y se prevé que estos combustibles continúen siendo por lejos, la principal fuente de generación de energía durante las próximas décadas.
Un análisis de cinco conjuntos de datos internacionales arrojó que el promedio de la temperatura superficial global este recién pasado 2017 se mantuvo aproximadamente 1,1 °C por encima de la era preindustrial. Este promedio global de las temperaturas en 2017 se mantuvo cerca de 0,46°C sobre el promedio del periodo 1981-2010.
Las concentraciones promedio globales de CO2 alcanzaron las 403,3 partes por millón en 2016, por sobre las 400,00 ppm en 2015 debido a una combinación entre las actividades antropogénicas y un fuerte evento El Niño. Las concentraciones de CO2 ahora están en 145% por sobre los niveles preindustriales (antes de 1750) de acuerdo con el boletín de gases invernadero de la Organización Meteorológica Mundial. La última vez que la Tierra experimentó una concentración comparable de CO2 fue hace 3-5 millones de años atrás, cuando la temperatura era 2-3 °C más cálida, y el nivel del mar era 10 a 20 metros más alto que ahora.
La dirección que los principales Estados exportadores y/o consumidores de energía, junto a poderosas megacorporaciones multinacionales llevan a las sociedades humanas a potenciar aún más el aumento emisiones invernadero. Estas emisiones determinan el brusco cambio climático global que estamos viviendo y que nos amenaza con una extinción masiva, la que podría desencadenarse con la interferencia progresiva del sistema capitalista global sobre varios mecanismos clave para el funcionamiento de la biosfera.
Distintos analisis alertan de la escasa reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que resultaría de una eventual transición desde carbón hacia gas natural, apuntando a que incluso se podría volver más lenta una transición directa hacia formas de energía no fósiles. De esta forma, la entrada de gas natural en reemplazo de petróleo y carbón sería largamente insuficiente para evitar una catástrofe planetaria durante este siglo XXI.
La operación de centrales termoeléctricas es una de las formas más contaminantes de produccion energética. Las centrales de gas proyectadas en esta zona, aunque menos nocivas que el carbón, podrían generar impactos ambientales y sociales en el territorio donde se pretenden emplazar, tal como se ha reportado y denunciado en otras comunas afectadas por la presencia de estas industrias contaminantes.
De esta forma nuestra zona se mantiene amenazada por los impactos directos de proyectos que mantienen la producción energética concentrada en manos de megacorporaciones y alejados de una eventual y posible gestión comunitaria de la energía que asegure un futuro viable.