Según una investigación de radio Bio Bío, el médico José Barría Gómez, que trabaja en el consultorio de Boca Sur y paralelamente tiene una consulta privada, extendió una licencia médica por la que dejó de trabajar en el consultorio. Sin embargo esta licencia no ha impedido que continúe atendiendo pacientes de forma particular, cobrando $20.000 por consulta.
Al ser consultado por esta situación, Barría no quiso ser grabado, pero señaló que su doctor le recomendó esa terapia para retomar sus actividades de a poco y antes de su recuperación total.
Esta situación devela el sentido de negocio que tiene para este médico una labor que debe estar al servicio comunitario bajo principios morales, pero también muestra que las autoridades coinciden con esta idea al permitir que suceda esto.
Es paradójico, cuando los trabajadores de la salud deben movizarse para conseguir mejores condiciones laborales, todo el aparato municipal y estatal los condena, acusandolos de incosciencia social, en cambio cuando un médico comete la inmoralidad relatada, las autoridades mantienen silencio o pronuncian palabras calmantes igual de inmorales.