Si bien siempre se ha sabido que el golpe de Estado fue una acción de EEUU que utilizó a los militares chilenos como marionetas para su trabajo sucio, poco a poco se va conociendo también la intervención de Brasil, Reino Unido, Bélgica y ahora de Alemania, que envió armas a los golpistas a través de Colonia Dignidad, según revelaron medios alemanes.Por Alejandro Baeza
Una importante revelación se ha dado a conocer los últimos días. Investigaciones llevadas cabo por el programa Fakt de la radiodifusora pública ARD develó el papel del servicio secreto de Alemania (Federal), el Bundesnachrichtendienst (BND), en el golpe de Estado contra el pueblo chileno.
En la planificación del golpe, participaron nazis que escaparon de Europa y se encontraban residiendo en Colonia Dignidad. Aun cuando es conocido que este lugar fue utilizado como campo de detención, tortura y exterminio, así como de centro de entrenamiento e instrucción para criminales de lesa humanidad, ahora también se supo que en este "paraíso nazi" se llevaron a cabo planificaciones para el golpe en colaboración con la República Federal Alemana (RFA) o "Alemania Occidental".
La investigación de principios de septiembre reveló también el envío de armas desde que Allende ganó las elecciones en 1970 por un valor de 126.000 marcos (unos 100 millones de pesos chilenos actuales) hacia Colonia Dignidad, cuya exportación fue autorizada por el BND, la que llegó al país enmascarada como supuesta caridad para hospitales de beneficencia.
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El trabajo periodístico demostró que el traficante de armas Gerhard Mertins, quien fuera parte de las Waffen-SS del régimen nazi, fue agente clave en esta conspiración, vendiendo armas a los golpistas y siendo uno de los principales agentes colaboradores de Colonia Dignidad, todo con el beneplácito de la BND, que incluso le entregaba nóminas.
El experto Jan Stehle, del Centro de Investigación y Documentación Chile-América Latina, explicó a DW: “Estas informaciones nos obligan a redefinir el papel de Alemania en el golpe, pero es necesario que el Gobierno alemán se pronuncie al respecto y, sobre todo, que el BND abra sus archivos para conocer la dimensión completa de esa relación”. En la publicación señalan haber consultado al ministerio de Relaciones Exteriores para que se refiriera al tema, sin obtener respuesta. Además, aseguraron que este ministerio estaría “frenando” los trabajos de memoria sobre la Colonia Dignidad. Durante semanas, ni el gobierno federal alemán ni la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, se refirieron al tema.
En tanto, los líderes del partido de izquierda Die Linke, Janine Wissler y Martin Schirdwan, han exigido que se esclarezca el papel de su país en el golpe en Chile y que se pidan disculpas oficiales. “Para favorecer a las corporaciones alemanas y, motivado por un arraigado anticomunismo, se pasaron por alto los derechos humanos”, comentaron, agregando que “varios gobiernos federales observaron cómo Chile perdía su democracia, mientras que los servicios secretos y las empresas alemanas participaban activamente o se beneficiaron como cómplices silenciosos”.
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Mientras, al otro lado del Muro de Berlín, en la República Democrática Alemana (RDA), su servicio secreto contraparte de la BND, la Stasi, ayudó a escapar de Chile a muchos militantes socialistas y comunistas en operaciones secretas. Éste es uno de los argumentos que utiliza el reportaje para suponer el motivo para negarse a entregar información por parte de las autoridades, pues implicaría una comparación sobre el rol de ambas Alemanias y debilitaría el relato oficial que ha establecido el país sobre la RDA y no cuadraría con el discurso que se ha erigido sobre la Stasi.
Recién el día 11 de septiembre, cuando se conmemoraban 50 años del golpe, y ante la insistencia de Deutsche Welle sobre si pensaban desclasificar documentos, un vocero del gobierno federal, Steffen Hebestreit, respondió "no podemos decir nada desde aquí sobre asuntos relacionados con los servicios de inteligencia alemanes, pero también les digo que estamos estudiando el asunto y en cuanto podamos decir algo lo haremos a través de los canales correspondientes".
https://twitter.com/dw_espanol/status/1701328508348154123?t=LtkFgFn7TvZ51jcadDENKQ&s=08
Asimismo, otro reportaje publicado esta semana por la radio WDR titulado Los padrinos alemanes de Pinochet señala cómo Walter Rauff, quien fuera dirigente de las SS, responsabilizado por la muerte de medio millón de personas en Auschwitz y que había llegado arrancando a Chile en 1958, introdujo técnicas de tortura y prácticas como la desaparición de personas, dando instrucción a militares chilenos en lugares como Tejas Verdes.
El reportaje cita a un exagente de la DINA que recuerda al propio Rauff en este regimiento de San Antonio. “Nos decía, ustedes ahora son parte de la élite del Ejército, y su tarea es eliminar el comunismo de toda Latinoamérica” indicó agregando que “Los chilenos no tenían experiencia en esa clase de torturas, esto lo trajeron acá, lo importaron acá. Eran gringos, eran alemanes. Y nos dieron la bienvenida: ‘Willkommen0′”.
¿Desnazificación?
Eso de que Alemania vivió un proceso de limpieza de la extrema derecha, como se suele decir en Chile, es verdad solamente hasta cierto punto. Si bien el régimen nazi fue derrotado en una guerra, por lo que se vio obligado a capitular y rendirse, a diferencia de nuestro país en que hubo un pacto con la dictadura, el proceso de «desnazificación» no eliminó toda presencia de la extrema derecha ni tampoco de todos los funcionarios del régimen fueron castigados o siquiera perdieron sus trabajos.
Contrario a la caricatura que se ha construido de nazis arrancando a Sudamérica, el país que más nazis «refugió» fue precisamente la misma Alemania (Occidental), que mantuvo a buena parte de su planta funcionaria, militar, policial y sobre todo, técnica y científica.
Así también ocurrió en su Inteligencia. En los orígenes del BND tras el fin de la guerra, ya se contabilizaban muchos exnazis reclutados, como muestra la historia de Otto John, el primer director de la agencia y su fundador, quien abandonó su puesto y se refugió en la Alemania Democrática, ya que al haber sido parte activa de la resistencia contra el régimen que encabezó Adolf Hitler, se horrorizó al ver cómo la inteligencia y el aparato estatal de la RFA estaba lleno de nazis y el Estado les protegía, cuando el servicio supuestamente tenía como una de sus funciones el perseguirlos.
Así, rápidamente la BND -repleta de exnazis- cambió sus objetivos y se dedicó en gran parte a combatir al comunismo y los grupos de izquierda, en cooperación mucho más que estrecha con organismos como la CIA o el MI6. Hasta ahora se conoce esta intervención en Chile con su enlace en Colonia Dignidad, pero probablemente pronto se comience a desclasificar intervenciones en otros países de América Latina o el mundo.