Octavio Paz hablando de la fiesta mexicana dice que en ella “muerte y vida, júbilo y lamento, canto y aullido se alían no para recrearse o reconocerse, sino para entredevorarse”. Pero es así, nos dice, porque la vida y la muerte han perdido valor. “Nuestra indiferencia ante la muerte es la otra cara de nuestra indiferencia ante la vida. Matamos porque la vida, la nuestra y la ajena, carece de valor”.
Algo de eso fue evidente el 2 de Octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Un mitin estudiantil terminó en uno de los sucesos más trágicos de la historia moderna del país. Cientos de jóvenes estudiantes, obreros, profesionales y hasta amas de casa fueron asesinados o desaparecidos por policías y militares. Unos días después, el 12 de Octubre, aniversario de la invasión española a nuestro continente, se inauguraban los XIX Juegos Olímpicos de nuestra era. Muerte y vida se entredevoraban para usar el verbo creado por Octavio Paz.
Han pasado 46 años de la matanza y como para celebrarla el pasado 26 de septiembre, elementos policiacos de la ciudad de Iguala, Guerrero, asesinaron a siete jóvenes. Además todo hace pensar que elementos de ese mismo cuerpo son los responsables de que 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa se encuentren desde entonces desaparecidos. Lo que ha aparecido en su remplazo son fosas comunes, aún cuando todavía está por comprobarse si se trata de los normalistas.
La Normal de Ayotzinapa tiene una importante tradición de lucha. Se fundó en el año 1926 para que, como la mayoría de las normales rurales impulsadas por el presidente Lázaro Cárdenas, diera educación a hijos de campesinos y obreros para que tuvieran más adelante una carrera. La aspiración de muchos de sus estudiantes es devolver el privilegio de una carrera universitaria siendo luego profesores en pueblos indígenas, siempre relegados. Otros tantos optan por la decidida acción política como Lucio Cabañas que fue presidente de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México y murió asesinado en la década del 60.
Pero la propia Normal es victima del abandono oficial. "Nos podrán faltar recursos pero nunca nos fallará la razón", “Estudiar y aprender para el pueblo defender" rezan dos mantas colgadas junto a un pabellón que estos días se ha convertido en capilla improvisada y en lugar de espera y reunión.
De hecho la falta de recursos ha sido motivo de serios enfrentamientos entre estudiantes que protestaban y la policía. El 12 de diciembre de 2011 los alumnos bloquearon la Autopista del Sol. En el desalojo murieron Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús lo que repercutió en una serie de protestas a lo largo del país pero sobre todo en el Distrito Capital. Este año, 2014, el 21 de marzo, fueron detenidos 162 jóvenes. Ahora han vuelto a bloquear la vía. Esta vez en defensa de la vida. Exigen al gobierno del estado que presenten con vida a sus 43 compañeros que se encuentran desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre.