El sitio web InvestChile indica el éxito de un proyecto dirigido por la empresa química Monsanto en la instalación de sus complejos sobre experimentación de semillas transgénicas, fechado en 2009.
InvestChile es un programa de la CORFO que llama a la inversión extranjera y proporciona subsidios del Estado a proyectos del exterior.
La descripción del proyecto de Monsanto versa, “Establecer una plataforma tecnológica nueva para desarrollar características de maíz y germoplasma, con el objetivo de superar la sustentabilidad y los desafíos productivos de la agricultura del siglo 21”, creando cargos de 7 altos ejecutivos y 60 empleados.
La ubicación de sus instalaciones experimentales son especificadas como “la Región Metropolitana y las regiones de Arica y Parinacota, O’Higgins y Maule”.
Las locaciones han sido escogidas por ser “áreas donde es posible preparar experimentos bajo condiciones de estrés hídrico que permiten el desarrollo de un maíz resistente a la sequía”. Monsanto explica que “estas locaciones son adecuadas para experimentos regulatorios”.
“El Valle de Azapa, ubicado en Arica, permite el cultivo de cultivos múltiples de maíz en un año”, versa un párrafo bajo el título “¿Por qué Chile?”.
El programa explica que InvestChile apoyó la instalación de este proyecto en el país “a través de subsidios para el entrenamiento profesional del personal contratado y la adquisición de capitales fijos”.
El presidente del panel de Monsanto Chile, Alfredo Villaseca D., afirma que las “condiciones medioambientales, el marco institucional y el apoyo a la inversión de altas tecnologías desde CORFO-InvestChile son las razones por las que Monsanto Chile escogió desarrollar este proyecto, lo cual mejorará nuestro impacto global y agregará valor a nuestra corporación”.
Durante su visita en nuestro país en 2010, la periodista francesa Marie-Monique Robin afirmó que "es importante saber que desde aquí se exportan semillas transgénicas".
"Me enteré que hay más de 20 mil hectáreas aquí en Chile donde se producen semillas transgénicas que se exportan a los Estados Unidos”, declaró la documentalista.
Explicó además que “los transgénicos son patentados, lo cual significa que, como en Estados Unidos, el agricultor que siembra transgénicos tiene que firmar un contrato”, cuya letra le impide conservar parte de su cosecha para re-sembrarla al año siguiente.
Justamente, el pasado 11 de mayo, con 13 votos a favor, 5 en contra y 6 abstenciones, el Senado de Chile aprobó el Convenio UPOV 91 que impedirá a los campesinos guardar sus semillas y extenderá los derechos y garantías de multinacionales como Monsanto para que vendan semillas transgénicas e híbridas en el país.