Movilización de presos en Concepción concluye sin mayores garantías para ellos

[resumen.cl] Hace algunos días finalizó la movilización que, por dos semanas, sostuvieron presos de los módulos 42, 43, 44 y 46 del Complejo Penitenciario del Bío Bío. En ella estuvieron involucrados unos 160 reclusos denunciando diversas arbitrariedades que empeoran las condiciones de subsistencia al interior de la cárcel.

Lo que comenzó con un rechazo a recibir la alimentación provista por la concesionaria Sodexo, continuó con una huelga de hambre de 61 reos y que, 13 de ellos, se autoinfirieran heridas cortantes en su cuerpo para presionar a las autoridades penitenciarias a acceder a sus exigencias. Estas acciones desembocaron en castigos para los protestantes y su reclusión en celdas de castigo, aislados del resto de la población penal. Luis Arteaga, defensor penitenciario explicó a Resumen que “uno de los fundamentos para el ingreso a módulos de máxima seguridad fue que estos internos ejercían liderazgo en el grupo siendo identificados como promotores de la huelga de hambre. Esto evidencia el verdadero ánimo de Gendarmería, reprimir en lugar de encontrar soluciones satisfactorias”.

“Por otra parte, los internos denuncian maniobras destinadas a inducirlos a bajar la huelga, amenazándolos de ser trasladados al sur a los presos que proviene del norte y viceversa.”, declaró el abogado.

La protesta se inició para detener la arbitrariedad respecto qué tipos de encomiendas pueden ser entregadas a ellos, pues los criterios cambiaban según el funcionario a cargo de la labor. También denunciaron el mal trato sufrido por sus visitantes de parte de Gendarmería, lo cual se agrava cuando se considera que muchos de ellos provienen de otras regiones. Además, los reclusos exigieron terminar con los sucesivos traslados entre módulos, propiciando la ocurrencia de conflictos al interior de éstos. Y, por otra parte, revertir las limitaciones al acceso de venusterios o de visitas conyugales, pues estaban condicionadas a su “buena conducta”, constituyendo un error, pues éste es un derecho.

De acuerdo a Arteaga, Gendarmería planteó “que las demandas de los internos no tendrían mayor fundamento, ya que el ingreso de objetos y alimentos mediante encomiendas o con ocasión de las visitas habría sido regulado, detallando aquello que no se puede ingresar. Sin embargo, los internos sostienen que dicha regulación es muy restrictiva y que contiene prohibiciones arbitrarias, como por ejemplo la prohibición de ingresar Milo, lo que se permite sólo para los internos que lo deban consumir por prescripción médica. Denuncian, que esto obedece a que  la empresa concesionaria  del Complejo Penitenciario del Bío Bío, la transnacional Sodexo, vende productos a los internos, por lo que mientras menos alimentos ingresen, mayor es la necesidad o la obligación de comprar alimentos o productos a la concesionaria. Las autoridades del establecimiento, en cambio, se justifican en que estas restricciones obedecen a necesidades o exigencias de orden higiénico, de salud y también de seguridad”.

“En cuanto al maltrato hacia los familiares de los internos, se dispuso por la autoridad del establecimiento, que los funcionarios que controlan el ingreso de visitas deben portar su identificación en un lugar visible de su uniforme, cuestión que los internos denunciaban que no se cumplía, sin perjuicio de que igualmente son maltratados sus familiares”. Y respecto a los maltratos hacia los presos, no se adoptaron medidas por la autoridad. Arteaga denuncia que “en plena huelga de hambre los internos del módulo 46 fueron apaleados por más de 30 gendarmes”.

“En cuanto al venusterio o visita conyugal no hubo soluciones, manteniéndose en la práctica como un beneficio al que hay que postular y no un derecho. Y en lo que se refiere a los traslados, tampoco hay mayores avances, ya que si bien han sido trasladados algunos internos a lugares más cercanos a sus familias, se mantiene un gran número que no ha tenido la misma surte, subsistiendo el problema para ellos, sobre todo para los presos procedentes de otras regiones”, puntualiza.

En conclusión, expone el defensor, “la huelga terminó sin satisfacer las demandas de los presos y en cambió dejó a 13 internos en módulos de máxima seguridad y a todos  los del módulo 46 golpeados y con sanción de suspensión de visitas por su participación en la huelga”.

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