Por Arnaldo Pérez Guerra / Punto Final
Nelly Díaz Delgado (58 años), presidenta de la Asociación Nacional de Empleados del Registro Civil e Identificación (Anercich), que mantuvo una huelga durante 39 días y le dobló la mano al gobierno de la Nueva Mayoría, es una dirigente gremial infatigable. Posee una fortaleza de convicciones que ya quisieran muchos dirigentes sociales. “Tuvieron que pasar 39 días de paro, once reuniones con la ministra de Justicia y un paro nacional de la Anef, para que el gobierno hiciera una propuesta”, dice Nelly Díaz a Punto Final en la sede de la organización. “No podemos estar contentos con una movilización que no permitió atender a los usuarios como corresponde, a pesar que tuvimos turnos éticos. El gobierno podría haberse ahorrado esas cinco semanas de paro. Si me preguntan qué digo a los usuarios que sufrieron tantas molestias, digo que trabajadores y gobierno tenemos responsabilidades compartidas. No vi a los periodistas preguntando a las autoridades por su responsabilidad. Pero a nosotros sí nos preguntaban y nos ponían mal con la gente que sufría las consecuencias del paro”.
Los funcionarios del Registro Civil dicen que Nelly Díaz tiene un “genio fuerte” y que “no se anda con rodeos”. La han reelegido con amplia mayoría durante varios periodos. El 70 por ciento de los funcionarios del Registro Civil e Identificación son mujeres. Al cierre de esta edición se encontraban nuevamente en conflicto con el gobierno de la Nueva Mayoría por la decisión de la ministra de Justicia, Javiera Blanco, de descontar los días no trabajados durante la huelga.
NELLY Y SU FAMILIA Háblenos de la vida y de su familia…
“Soy la hija de un obrero. Mi papá trabajaba en Endesa; mi mamá era dueña de casa. Nací en Rancagua y soy la quinta de ocho hermanos. Vivíamos en la pobreza. Supimos de muchas necesidades. Con uno de mis hermanos nos turnábamos para usar el mismo par de zapatos para ir a la escuela… A los catorce años salí a trabajar. Esto me ha hecho fuerte, me ha hecho la persona que soy. Heredé el carácter fuerte de mi madre. Ella participaba en comedores comunitarios en las iglesias y en las ollas comunes en los años 70 y 80.
Llegué hasta quinto medio de contabilidad en un instituto comercial y no alcancé a sacar el título. Me casé hace 24 años. Con mi esposo, Jorge, tenemos dos hijos de 23 y 17 años. Mi marido me viene a dejar en las mañanas al Registro Civil y en las tardes pasa a buscarme. A las 7 de la mañana llego a mi trabajo, soy la primera en llegar y la última en irme. Vivo en una población popular de San Bernardo. Mi casa es una vivienda para trabajadores que adquirí cuando la Anef y la CUT lograron un convenio para que pudiéramos postular”.
¿Cómo llegó a trabajar al Registro Civil?
“Me inicié a los 14 años en una fábrica de ropa para bebés. Cosía las bastas a mano y cortaba hilachas; terminé como jefa del local… Estudiaba en las noches. A los 17 años fui monitora de confirmación en dos iglesias de San Bernardo. Así me inicié en el trabajo social y en tareas de organización, apoyando a jóvenes de campamentos. Eran años duros.
Alguien me dijo que necesitaban personal en el Registro Civil, que había que postular. Yo quedé y comencé a trabajar en el Departamento de Identificación e Identidad. Era 1981, el año en que llegó la computación al Servicio. Desde noviembre de ese año trabajo atiendiendo los reclamos de quienes no logran hacer los trámites por la página web. Cuando empecé a trabajar ganaba 4.500 pesos mensuales, que me alcanzaban para comprar mercadería y pagar el transporte… Siempre hemos ganado una miseria. Pero para que nos diéramos cuenta que teníamos que salir a la calle a reclamar, pasaron décadas. Hace solo ocho años ganábamos menos del sueldo mínimo. Ahí iniciamos nuestra pelea”.
SUELDOS BAJOS Usted parece que no descansa… ¿Y cuál es su sueldo?
“No puedo cansarme ni renunciar… Somos un gremio muy trabajador. Durante el paro hicimos muchas atenciones de urgencia… Yo gano poco más de 600 mil pesos líquidos y mis hijos que están estudiando, no tienen acceso a becas. Estamos clasificados como ‘clase media’, no somos pobres. Entonces tenemos que pagar más de 200 mil pesos en educación. Pero a mi hijo menor no podré pagarle la universidad, no nos alcanzará para eso. Tendrá que esperar. ¿Es eso justo?
En dos años más mi jubilación será de 170 mil pesos. Lo que los trabajadores del Registro Civil exigíamos no afecta la economía del país. El Servicio tiene excedentes pero hoy todo se licita. Los privados se llevan la plata de los pasaportes. Son millones los que se pagan a privados; se externalizan los servicios, el software , los guardias, etc.”.
En 2012, Nelly Díaz sufrió un accidente cerebro-vascular. A medianoche tuvieron que llevarla de urgencia y estuvo en riesgo de muerte. Se recuperó por completo, pero hace poco le diagnosticaron tromboflebitis en la pierna izquierda.
¿Por qué sus compañeras y compañeros la reeligen como presidenta de la Asociación?
“No lo sé. Supongo que la gente me cree. Soy dirigenta desde 2007. He salido elegida con mayoría todas las veces. En la primera elección salí cuarta o quinta, era la primera vez que me presentaba a nivel nacional. Pero en las sucesivas elecciones siempre he obtenido la primera mayoría. En 2007 nuestros sueldos estaban bajo la línea de la pobreza. Ganábamos menos del sueldo mínimo de entonces. En 2008 hicimos un paro y conseguimos un bono y mejoras en los grados. Logramos quedar un poquito mejor. En 2013 se peleó nuevamente por los grados… Es que nuestros sueldos permanecen estáticos y si bien, como decía el gobierno, hemos obtenido mejoras, no han sido suficientes para acortar la brecha que existe entre los servicios públicos. Somos todavía uno de los servicios del Estado peor pagados”.
“SIEMPRE HE SIDO PELEADORA” ¿Qué la llevó a postularse como dirigenta?
“Siempre he sido peleadora y necesitábamos mejoras en nuestro servicio. El Registro Civil es un servicio muy importante y éramos tan mal pagados. Nuestros sueldos no alcanzaban para nada. Había muchas cosas que defender y pelear, a eso se sumó un asunto familiar… y decidí involucrarme más en la lucha gremial…
Hoy tenemos uniforme, que antes no teníamos; tenemos mejor capacitación; procesos de selección; convenios con universidades, muchos colegas estudian, etc. Yo quería aportar desde la Anercich, porque siempre apoyé las organizaciones sociales”.
¿Qué le parecieron los ataques del gobierno, de los medios de comunicación y de dirigentes de la Nueva Mayoría que hicieron campaña en contra suya y los trabajadores del Registro Civil?
“Lo he dicho: cuando faltan argumentos, surgen los ataques. Ellos no tenían por dónde atacarnos. La única forma era atacarme a mí, porque era la cabeza visible del movimiento. Y apuntaron mal. Quisieron desprestigiarme por ser la vocera de un movimiento que nunca consideraron legítimo. Se mintió con nuestros sueldos y en muchas otras cosas. Sé que los medios de comunicación oficiales harán lo que se les ordene…
En el portal Gobierno Transparente yo aparecía con un sueldo de 1.450.539 pesos y en realidad gano poco más de 600 mil. Llevo 35 años trabajando en el Servicio y tengo grado 12, el máximo al que puedo aspirar. El resto de mis colegas, de otros escalafones, gana 380 mil pesos. Les dije a los medios: ¡Demuestren que gano un millón y medio! ¡Basta de mentiras! ¡Tengo mi liquidación de sueldo y la muestro a quién quiera verla! Mintieron para desprestigiarme y terminar con el paro. Fue la primera estrategia comunicacional del gobierno: afirmar que estábamos bien pagados, que nuestros sueldos eran mejores que los de otros servicios. Pero mentir no les sirvió de nada. También ganamos la batalla de la verdad”.
¿Considera un triunfo lo conseguido?
“No digo que sea un triunfo; yo lo miro como un reconocimiento a los funcionarios de este servicio, a su unidad y firmeza. Finalmente reconocieron que estábamos diciendo algo real respecto a nuestra situación laboral. Cedieron y reconocieron lo que antes nos habían prometido”.
FORMADA EN LA LUCHA ¿Cree tener un perfil diferente como dirigente gremial?
“No tengo ninguna formación como dirigenta. No tengo ningún curso, ni diplomado, ninguna capacitación especial. Me he formado sola, la vida me ha formado. No sé cuál será el perfil de otros dirigentes, pero creo que un dirigente social no debe tener un partido político, no debe estar inscrito en ninguno, tiene que tener cierta independencia, al margen de por cual candidato vote en las elecciones nacionales… Yo voto siempre, pero una tiene que tener cierta independencia, no recibir órdenes de nadie”.
Incluso la acusaron de ser de derecha, ¿es cierto?
“Hasta eso usaron. Ese fue un mito que inventaron en 2013. Con eso también se quiso desprestigiar al movimiento. No les resultó en 2013 y menos ahora… Pero, ¿y si fuera así? ¿Qué? ¿Tiene eso algo que ver con nuestras reivindicaciones? ¿Acaso solamente la Izquierda puede reivindicar los derechos de los trabajadores? Claramente no soy de derecha, pero si lo fuera ese no es motivo para descalificarme. Lo inventaron y no pude hacer nada contra la ofensiva mediática. Yo soy una humilde dirigenta sindical. ¿Qué puedo hacer contra el poder de los medios de comunicación?”.
Nelly Díaz explica que tres mil funcionarios de los 3.122 del Registro Civil están afiliados a la asociación. “Siempre he dicho -agrega- que la unidad de los trabajadores hace posible lograr conquistas sociales y económicas. Contra la unidad de los trabajadores no hay enemigo que valga. Eso es lo que tienen que entender los dirigentes sindicales. Unidos -como digo a mis colegas-, somos invencibles. Lo decía don Clotario Blest: ‘La unidad de los trabajadores es invencible’. Yo les digo: nuestra fuerza es la unidad y nuestra unidad nos hace invencibles”.
APOYO QUE RECIBIO LA HUELGA ¿Qué apoyos recibió la huelga del Registro Civil?
“La Anef estuvo siempre presente, y muchas otras organizaciones y sindicatos, también organizaciones internacionales. La OIT nos mandó su apoyo. Todavía nos siguen llegando saludos y declaraciones solidarias. Nos llaman y visitan en la sede de la Asociación. Un día que decidimos reunimos con todos, llegaron muchos del mundo laboral, asociaciones, sindicatos, confederaciones, el Comité de Iniciativa por la Unidad Sindical (Cius), los bancarios, trabajadores del Metro, del Transantiago, fue un apoyo transversal. Pero ese apoyo de los trabajadores y otras organizaciones populares no se publicó en los medios de comunicación. El gobierno y los medios quisieron hacernos aparecer enfrentados a otros trabajadores, los que necesitaban los servicios del Registro Civil e Identificación. Incluso, quisieron contratar rompehuelgas y muchos servicios públicos se resistieron, otros no pero entendemos a los que vinieron a reemplazarnos. Sus dirigentes de alguna manera tenían que pagar ciertos favores”.
El 10 de noviembre, la Anef y la Anercich interpusieron un recurso de queja ante la OIT en contra del Estado de Chile por las amenazas y prácticas antisindicales realizadas por el gobierno durante la paralización de los funcionarios del Registro Civil.
UNICA LECCION: UNIDAD ¿Qué lección dejó el movimiento del Registro Civil?
“No estamos para dar lecciones, pero la unidad es algo muy importante destacar. Los funcionarios del Registro Civil nos sentimos orgullosos de nuestra organización y de nuestro Servicio, de la labor que cumplimos diariamente. Creo que la lección que dejó el paro es el valor de la unidad. La unidad nos puede llevar muy lejos a los trabajadores. Gracias a la unidad y a nuestras convicciones pudimos lograr algo que se veía muy difícil al principio. El gobierno se vio obligado a ceder porque apreciaron que estábamos todos unidos. Aquí todos estábamos en la calle… A pesar de las maniobras, de toda la campaña de desprestigio, no pudieron con nosotros. La gente nos conoce, los funcionarios conocen a sus dirigentes y confiaron en nosotros, enfrentando ese bombardeo político y mediático”
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 841, 20 de noviembre, 2015 [email protected] www.puntofinal.cl